Así es el modelo de negocio con el que Tour, Giro y Vuelta quieren superar los 200 M de facturación

El Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España son las tres grandes competiciones del ciclismo internacional y las tres están recurriendo a celebrar las primeras etapas de la competición en otros países para abrir nuevos mercados. Pero no se trata de la única fórmula de las grandes rondas para superar los 200 millones de euros de facturación y dejar atrás la crisis provocada por la pandemia.

Pese a las restricciones que impuso el coronavirus en 2020, la ronda española mantuvo estable el resultado neto con un beneficio de 5,15 millones de euros. Al año siguiente, esta cifra se incrementó en un 76%, hasta 9 millones. Así, la gestora Unipublic alcanzó una cifra de negocio de 28,7 millones de euros, generados por ingresos de televisión y patrocinios. Estos datos récord en tiempos complicados confirman el crecimiento de la Vuelta a España, aunque todavía se sitúa lejos de sus competidoras.

Pese a las restricciones de la pandemia, La Vuelta mantuvo estable el resultado neto con un beneficio de 5,15 M de euros en 2020

Por su parte, la carrera italiana facturaba en los años previos a la pandemia entre 60 y 70 millones de euros, mientras que el mismo indicador en la ronda francesa se situaba en torno a los 100 millones de euros —de hecho, dos tercios del negocio de su organizador, Amaury Sport Organisation (ASO), lo mueve el Tour de Francia—. La ronda francesa logró en 2020 un beneficio de 11,2 millones tras salvar la edición de ese año celebrando la carrera en otoño.

Respecto al negocio televisivo, France Televisión posee los derechos desde 2007 por valor de 25 millones de euros anuales. Misma cantidad percibida por el Giro, cuya producción a partir de este año ha pasado a manos de Euro Media Group (EMG), también productora de la ronda francesa. En el caso de La Vuelta, su acuerdo con RTVE está valorado en unos 2,6 millones anuales.

El mercado nacional supone la mitad de la cifra de negocio de la Vuelta: 14,7 millones de euros generados únicamente en España entre contratos de patrocinio, la factura de RTVE por las retransmisiones y el canon de los ayuntamientos por ser lugar de salida o llegada de etapas. Pese a todo, la dependencia del aficionado nacional es cada vez más pequeña y ha disminuido su peso un 11% en relación con el 2020. De esta forma, la pasada edición estuvo marcada por un fuerte crecimiento en el extranjero, donde facturó el doble, con 11,3 millones de euros.

El negocio de las primeras etapas en otros países

En este 2022, la ronda española salió desde Utrecht en Países Bajos. Aunque no se conocen los datos de desembolso, sí existe una referencia cercana en el tiempo, ya que la ciudad invirtió 4 millones de euros para hacer lo propio en el Tour de Francia en 2015. Y es que este modelo se ha convertido en una fuente de ingresos alternativa para las carreras de tres semanas. Mientras que en España esta es una de las primeras intentonas por acercar la prueba a otros mercados extranjeros, el Giro y el Tour tienen una amplia experiencia al respecto.

La ronda italiana arrancó la pasada primavera desde Hungría mediante lo que se denominó La Grande Partenza. Cuatro años antes ya lo hizo desde Israel recibiendo 6 millones de euros a cambio. Por su parte, el Tour comenzó desde Dinamarca este año, convirtiéndose así en el décimo país distinto por el que pasa la ronda francesa. No hay datos públicos sobre el desembolso danés por hacerse con las tres etapas de inicio del Tour, pero se presupone elevada siguiendo la línea de otras salidas en el extranjero como la de Dusseldorf (Alemania) que se cifró en 11 millones de euros por albergar la primera etapa de la edición del 2017.

Precisamente el año que viene el Tour de Francia saldrá desde Bilbao a cambio de 12 millones de euros, que la ciudad vasca espera se transformen en un retorno económico de 120 millones (el 75% de la inversión la asumirá el gobierno vasco y entre las diputaciones y las instituciones locales aportarán el resto). También en 2023, la Corsa Rosa volverá a su país de origen con salida desde la región de Abruzo, mientras que la Vuelta a España saldrá desde Barcelona medio siglo después a cambio de 1,16 millones de euros, cifra similar a lo pagado en años anteriores por Torrevieja (2019) o Burgos (2021).