¿'Vendetta' en el caso Villarejo? Goirigolzarri complica la defensa de Cano

Fuego ‘amigo’ en la Audiencia Nacional. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank y ex consejero delegado de BBVA, dejó este lunes varias minas en su declaración como testigo en la pieza BBVA del caso Villarejo. Una para su exjefe, el expresidente Francisco González (FG), y otra para uno de los directivos que dependían de él, Ángel Cano, que a la postre fue su sucesor cuando salió del banco vasco.

Goirigolzarri, que declaraba como testigo, hizo un relato que contradice la versión que dio Cano hace medio año. El banquero vasco descubrió una reunión de mayo de 2005 en la que Cano, que dependía de él, le habría hablado de la contratación “en la época de Sacyr a una empresa de inteligencia para hacer el posible análisis de la operación”. Algo que, según el entonces CEO, le provocó un “enfado” por la “deslealtad” de Cano de hacer algo así sin avisarle previamente. Por ello le amenazó con cesarle en caso de que volviera a repetirse, a pesar de que entendió que la orden procedía del presidente.

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Jorge Zuloaga

Dicha sociedad era Cenyt, de Villarejo, que estuvo entre finales de 2004 y comienzos de 2005 ayudando a BBVA a parar el intento de la constructora presidida por Luis del Rivero de tomar una participación de control en el banco.

Frente a ello, Cano afirmó en su declaración como investigado de finales de 2021 que todo lo relacionado con Cenyt fue responsabilidad del director de Seguridad, Julio Corrochano, que dependía de él, y del presidente FG. Añadió que lo único que él hizo fue firmar facturas. De modo que el testimonio de Goirigolzarri podría comprometer esta versión y dejar a su sucesor como CEO como uno de los exdirectivos investigados de más importancia en el caso.

Heridas abiertas

Estas declaraciones llegan casi dos décadas después de los hechos y reflejan la división que había en BBVA en aquella época. BBV y Argentaria se habían fusionado cinco años antes (1999) y por el camino había salido gran parte del equipo procedente del grupo vasco —Emilio Ybarra, José Domingo Ampuero y Pedro Luis Uriarte— tras el escándalo de las cuentas de Jersey. FG ganó ese asalto en 2002, en el que Cano fue uno de sus grandes apoyos, y se consolidó como presidente, con Goirigolzarri como número dos y representante del antiguo BBV.

Aunque habían pasado algunos años, las heridas no estaban cerradas en 2004 y 2005. De hecho, según el relato de algunos de los investigados, FG se enfadó con Goirigolzarri por una reunión a la que acudió con Del Rivero en pleno asalto, sin consultárselo previamente, por lo que decidió sacarle del comité que se encargó de rechazar la operación. Algo que encaja con la versión dada por el banquero vasco ante el juez, de que hasta mayo no tuvo noticias de un trabajo de inteligencia.

Esta versión también encaja con el informe que hizo a los fiscales citar a Goirigolzarri, uno en el que Corrochano señalaba a empleados de Cenyt que el “CD [consejero delegado] se ha mosqueado” al enterarse del “Proyecto Trampa 2”. El presidente de CaixaBank negó esta segunda parte. Asegura no haber visto nunca ningún informe de Villarejo y zanja que no quiso saber nada del tema cuando se lo comentó Cano, dejándole claro que “todo era legal”.

De cara al resto del caso, quedan varias preguntas en el aire. La primera es por qué Goirigolzarri se enfadó tanto por la contratación de una empresa de inteligencia para una operación en la que había estado casi al margen. La segunda es por qué el entonces CEO no pidió también explicaciones a FG. Y la tercera es si Cano avisó al presidente de que había hablado con Goirigolzarri, y si eso pudo influir en que BBVA no renovara el contrato con Cenyt, que no volvió a trabajar con la entidad hasta la salida del banquero vasco.