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Los bancos renuncian a avales del ICO para evitar la caída de empresas
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Los bancos renuncian a avales del ICO para evitar la caída de empresas

La letra pequeña de los créditos que se dieron en 2020 está complicando refinanciaciones, hasta el punto de que se llega a amortizar estas líneas para no bloquear a la empresas

Foto: La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. (EFE/Fernando Villar)
La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. (EFE/Fernando Villar)
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Los créditos ICO fueron un salvavidas que evitó que muchas grandes empresas, pymes y autónomos se ahogaran por falta de liquidez por el covid-19. Ahora, sin embargo, algunas de estas empresas viven inmersas un triatlón económico, en el que el salvavidas representa más un freno que una ayuda. Este ejemplo resume la situación de muchas compañías que recibieron líneas ICO en 2020 y que ahora se ven con dificultades para refinanciar su deuda.

Así es, hasta el punto de que algunos bancos están optando por renunciar a los avales de estas líneas para cerrar grandes refinanciaciones que tienen en marcha: “En muchas situaciones se está llegando a la necesidad de amortizar anticipadamente los créditos ICO para poder sacar adelante operaciones”, explica Ignacio Ruiz-Cámara, socio responsable de Bancario y Financiero de Allen & Overy.

"Percibo incertidumbre a la hora de fijar nuevos criterios de riesgo para clientes ICO, incluyendo la refinanciación de sus posiciones así como la aplicación de quitas estipulada en el Código de Buenas Prácticas", añade Borja Sánchez, responsable de True North Partners (TNP) en España.

Foto: La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. (Juan Carlos Hidalgo/EFE)

El experto de Allen & Overy destaca que hay reestructuraciones en marcha que no encajan bajo las normas del ICO, por lo que los acreedores tienen que buscar soluciones para “mitigar el impacto” de la pérdida de los avales. "Si bien el ICO está reaccionando de forma muy diligente, es inevitable que los procesos puedan retrasarse, condicionar determinadas soluciones o tener que alterar los términos acordados con todos los demás acreedores para acomodarse a esa arquitectura", expone Ruiz-Cámara, quien aboga por "atajar de una forma clara y definitiva" esta "incertidumbre".

De este modo, los 122.000 millones de líneas ICO que se dieron principalmente en la primavera de 2020 tenían términos preestablecidos que limitaban su cesión, repago y modificación. Las normas son rígidas y suponen que cualquier entidad que las incumpla pierde 'de facto' los avales, que de media son del 75% del total de los préstamos.

Colchón de tranquilidad

Para los bancos, esta garantía es un colchón de tranquilidad ante el posible repunte de morosidad que se vivirá en los próximos meses. Pero, a su vez, suponen una complicación adicional con determinadas empresas en las que tienen grandes exposiciones sin aval del ICO y en las que la parte con garantía puede llegar a condicionar al conjunto.

Las entidades se han dirigido en los últimos meses al Ministerio de Economía para buscar algún tipo de solución global. Las fuentes consultadas señalan que el ICO ha aceptado aplicar algunos cambios, pero en casos concretos, y no ve de momento posible dar una solución estándar. Para el Gobierno, la alternativa tampoco es fácil, ya que se juega 92.000 millones con estas líneas, y su objetivo es que los bancos se centren en perder lo mínimo posible en estos créditos.

placeholder El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri (i), la presidenta de Banco Santander, Ana Botín (c), y el presidente del BBVA, Carlos Torres (d). (EFE)
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri (i), la presidenta de Banco Santander, Ana Botín (c), y el presidente del BBVA, Carlos Torres (d). (EFE)

Estos problemas de los ICO se suman a otros. Así, cuando haya préstamos morosos, el Estado pagará su parte del aval cuota a cuota, en lugar de adelantar la parte que el banco tendrá que provisionar por temas regulatorios. De este modo, habrá momentos en que las entidades tendrán que asumir mayores pérdidas que las que vaya ingresando del ICO. Esto, unido a las dificultades para cerrar refinanciaciones y vender créditos con aval, "supone un incentivo a los bancos para enviar empresas a concurso en lugar de tratar de salvarlas", según fuentes financieras consultadas por este medio.

Es este entorno el que lleva a los expertos financieros a pedir una mejor comunicación entre el Gobierno y las entidades: "Lo que mejoraría la situación sería un marco de comunicación transparente entre Gobierno, ICO y Bancos y un manual de casuísticas complejas donde se concretara el criterio del Estado para retirar o no el aval", señala Sánchez, de TNP. Además, otra idea es que "sería esperable una mayor flexibilización de los términos de la deuda ICO para facilitar las refinanciaciones, así como su cesión a terceros", explica el socio de Allen & Overy. Esta opción, de momento, no está sobre la mesa, pero no se descarta nada a futuro.

Los créditos ICO fueron un salvavidas que evitó que muchas grandes empresas, pymes y autónomos se ahogaran por falta de liquidez por el covid-19. Ahora, sin embargo, algunas de estas empresas viven inmersas un triatlón económico, en el que el salvavidas representa más un freno que una ayuda. Este ejemplo resume la situación de muchas compañías que recibieron líneas ICO en 2020 y que ahora se ven con dificultades para refinanciar su deuda.

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