El 'mail' premonitorio del BCE a Popular: "Preparaos para una crisis de liquidez"

"Nos invitan' a implementar las medidas de contingencia necesarias para enfrentarnos a una potencial crisis de liquidez, así como a establecer un plan de comunicación". El Banco Central Europeo (BCE) tenía ya claro en marzo de 2017 uno de los principales riesgos a que se enfrentaba Banco Popular, la fuga de depósitos. Así lo explicaba en un correo electrónico del 1 de abril de 2017 —dos meses antes de la resolución— el secretario general técnico, Miguel Ángel Moral, al entonces presidente, Emilio Saracho.

En dicho 'e-mail', aportado esta semana a la Audiencia Nacional, se incluye el original enviado el 31 de marzo por Carlo Giorgis, entonces jefe del JST (equipo conjunto de supervisión, por sus siglas en inglés) de Popular: "Dada la relevancia de las posibles consecuencias que podrían derivarse de la publicación de los hechos relevantes, te invitamos a que implementes todas las posibles medidas de contingencia para afrontar una crisis de liquidez".

Este correo surgió a raíz de la reexpresión de cuentas que anunció Popular a comienzos de abril de 2017, que unida a la dimisión de su entonces consejero delegado, Pedro Larena, provocó un desplome en bolsa y tensiones en la liquidez.

Este 'e-mail' y varias decenas más han llegado a la Audiencia Nacional enviados por Saracho, en un escrito con el que defiende su gestión en los cuatro-cinco meses que estuvo al frente de la entidad: "La gestión del Banco Popular durante la 'etapa Saracho' tuvo como único objetivo mejorar la situación del banco, incrementar su valor y buscar una solución adecuada a sus problemas, siempre velando por los intereses de sus accionistas, bonistas y empleados", expone.

La reformulación de Uría

La petición del BCE fue atendida, ya que otro de los 'e-mails' de Saracho refleja las conversaciones para gestionar una inyección urgente de liquidez del Banco de España, o ELA, desde finales de abril. La petición de esta línea se efectuó finalmente entre finales de mayo y primeros de junio, siendo insuficiente para la supervivencia del banco.

Entre los correos aportados, también está todo el cruce de impresiones con sus principales asesores en la reexpresión de cuentas, el despacho Uría Menéndez. En uno de ellos, se refleja cómo se puso sobre la mesa la posibilidad de que Popular hubiera reformulado las cuentas de 2016 y desconvocado la junta de accionistas, ya que hubo dudas entre la CNMV y Popular sobre si los cambios contables podrían solventarse con una reexpresión.

Saracho también envía al juez José Luis Calama 'e-mails' corporativos en los que se menciona cómo Santander cerró una línea de liquidez a Popular a finales de abril: "En contrapartida de saldos de 400 millones de euros de fondos de titulización depositados en Santander, el banco tenía concedida una línea de crédito sin colateral, no comprometida. Nos han denegado su uso, aparentemente con la involucración de la cúpula del banco. Esto no cambia la situación real, pero no permite mejorar la presentación del balance o de la liquidez y muestra el nivel de preocupación", exponía el 25 de abril el exdirector financiero Miguel Escrig.

Algo similar ocurrió con Sareb a mediados de mayo. El banco malo decidió no renovar un depósito de 633 millones: "Jaime [Echegoyen] comenta que la dirección de Sareb no puede ir contra una decisión de su consejo y podría llevar a la próxima una propuesta de cambio, pero tendrían que aprobarlo el resto de bancos", explicaba el exdirectivo Rafael Galán. Lo mismo ocurrió con la CNMC o el FROB (Fondo de Reestructuración), entre otros organismos.