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Los expertos miran al modelo anglosajón para solucionar el futuro de las pensiones
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MESA REDONDA EL CONFIDENCIAL

Los expertos miran al modelo anglosajón para solucionar el futuro de las pensiones

En Reino Unido, los planes de empresa son uno de los pilares estrella y todos los trabajadores están inscritos a uno, dando así un empujón al ahorro

Llevamos mucho tiempo escuchando hablar de la fragilidad financiera de la Seguridad Social, la inestabilidad del sistema público de pensiones y la importancia de ahorrar para la jubilación. Pero ¿están realmente las pensiones públicas tan próximas al precipicio? Según los datos, parece que se acercan a pasos agigantados, al menos de momento: el coste no deja de aumentar mientras que las aportaciones caen en picado. El Gobierno ha fijado para el próximo año un gasto récord de más de 163.000 millones de euros (casi el 36% del gasto total), que supone un aumento del desembolso en pensiones de más del 20% en tan solo cinco años. Y el covid no ha aportado mucha luz a la situación. Despidos, ingresos más bajos… Una bola de fuego cada vez más sólida que pone en jaque el ‘statu quo’ del sistema.

Para debatir sobre la situación del sistema público de pensiones y la importancia de los planes de pensiones privados, El Confidencial organizó el encuentro 'Las pensiones y el ahorro a largo plazo tras los efectos del covid-19', en el que se analizaron las medidas tomadas al respecto por el Gobierno y se sugirieron posibles soluciones para abordar esta cuestión. En el foro participaron Tomás Pintó, director de Renta Variable Internacional en Bestinver; Gonzalo Rengifo, director general de Pictet; Juanjo Cotorruelo, director de Vida y Pensiones de Caser, y José Manuel Amor, socio director del Área de Análisis Económico y de Mercados de Afi.

¿Cómo valoraron los expertos el contexto presente y futuro? “Pan para hoy y hambre para mañana”, así lo describió Gonzalo Rengifo, director general de Pictet, quien criticó la falta de contundencia respecto al problema real que representa la sostenibilidad de las pensiones: “Nadie termina de admitir la situación que estamos viviendo y al Gobierno le cuesta reconocerlo”, dijo. Rengifo tiene la firme opinión de que la política enmascara el mensaje. Para él, las palabras tendrían que ser simples y sin rodeos: “La pensión no va a llegar al salario mínimo porque el sistema no da más de sí”, señaló.

placeholder Gonzalo Rengifo, director general de Pictet.
Gonzalo Rengifo, director general de Pictet.

¿Por qué el sistema no da (o no va a dar) para más? La situación es compleja. El ciclo de vida de la jubilación ya es prácticamente igual que el ciclo activo. La población de más de 65 años crece con fuerza, a la par que aumenta la esperanza de vida, la brecha entre las pensiones más altas y más bajas se acentúa y el problema de déficit en el sistema contributivo sigue presente. Es la lectura de José Manuel Amor, socio director del Área de Análisis Económico y de Mercados de Afi. El Gobierno estima que el peso sobre el PIB de las pensiones para 2021 será del 13,3%, y, si seguimos en esta línea, “para el año 2050 nos enfrentaremos a un gasto que rondará el 17%”, opinó.

El sistema de pensiones en España necesita una gran transformación que requiere implicación política. Tomás Pintó, desde Bestinver, achacó parte del problema a una "falta de miras" por parte de los gobiernos: "Las legislaturas duran de cuatro a ocho años, y los políticos no tienen esa perspectiva de largo plazo que necesita esta gran reforma".

¿Estamos acelerando demasiado?

Si el debate ya estaba servido antes de la pandemia, el Pacto de Toledo —acuerdo parlamentario que acoge las recomendaciones para el futuro de las pensiones— y las últimas medidas recogidas en los Presupuestos de 2021 sobre la fiscalidad de los planes de pensiones privados han avivado aún más la llama: disminuyen las ventajas fiscales de los planes de pensiones individuales al tiempo que aumentan las de empresa. José Manuel Amor comparte con el Gobierno la iniciativa de fomentar los planes de empleo de cara al futuro, pero critica "el mazazo" al ahorro individual. "Cuando un Gobierno quiere incentivar algo, lo más fácil es esto, penalizar a uno respecto a otro, pero es una decisión errónea. Hay que incentivar los dos por igual".

"Si seguimos el modelo de pensiones británico, la transformación será progresiva y pasarán años hasta que sea una realidad palpable" (Cotorruelo)

“El Pacto de Toledo penaliza los pocos vehículos de ahorro a largo plazo que tenemos al tiempo que promete un sistema de pensiones de empleo parecido al de Reino Unido”, expresó Gonzalo Rengifo. En el modelo del país anglosajón, los planes de empresa son uno de los pilares estrella. Desde octubre de 2012, Reino Unido emprendió un plan de afiliación automática —es decir, todos los trabajadores están inscritos—, dando así un empujón al ahorro. Allí, la tasa de sustitución media de la pensión pública —que relaciona el último salario como empleado con la pensión que se va a cobrar tras la jubilación— ronda el 40%, la mitad que en España. El director general de Pictet alabó esta fórmula: un mínimo asegurado por el Estado y complementado con ahorro privado. Pero consideró que nos estamos apresurando. Añadió que "para que el impacto no sea tan grande, no deberíamos quitar una vía de ahorro hasta que no funcione la otra".

El motivo es que la huella de esta medida será significativa para el ahorro individual en un momento en que no están bien definidos y desarrollados los planes de empleo, según los ponentes. Juanjo Cotorruelo, desde Caser, quiso recordar que, según datos de Inverco (asociación de instituciones de inversión colectiva y fondos de pensión), el próximo 1 de enero se perderán 1.000 millones de aportaciones a planes de pensiones individuales por esta rebaja fiscal. Por eso, aunque puede que estemos en el buen camino, “nos espera una travesía en el desierto, en que la nueva legislación respecto a los planes de empleo no estará todavía en vigor. Si seguimos el modelo británico, la transformación será progresiva, y pasarán años hasta que sea una realidad palpable, en los que se disiparán muchísimas aportaciones”, continuó diciendo el director de Vida y Pensiones de Caser.

placeholder Tomás Pintó, director de Renta Variable Internacional en Bestinver.
Tomás Pintó, director de Renta Variable Internacional en Bestinver.

En este contexto, Bestinver insistió en la necesidad de seguir ahorrando de cara al futuro y poner a funcionar los ahorros. En general, "tenemos que empezar a hacerlo cuanto antes por el interés compuesto [estrategia de inversión en la que los intereses se suman cada año al capital inicial, es decir, reinviertes los beneficios]". Con el covid, ha habido mucho ahorro que se ha ido a instrumentos líquidos y a depósitos, aunque, según Tomás Pintó, en este preciso momento no es una apuesta tan segura: “Las medidas fiscales de bancos centrales y gobiernos pueden desembocar en una inflación, por lo que a medio plazo tener este ahorro en depósitos puede suponer mucho más riesgo que la renta variable, por la pérdida de poder adquisitivo”. Además, si queremos maximizar la rentabilidad, no es el camino, porque “en el mundo de la renta variable, si pierdes las recuperaciones fuertes, pierdes mucho rendimiento a largo plazo”, explicó Pintó desde Bestinver.

¿Cómo solucionar el problema?

Un futuro con un modelo de pensiones mixto, mitad público y mitad de empresa, siguiendo el paradigma anglosajón mencionado anteriormente. Y fomentando el ahorro individual. Esa es la apuesta de Tomás Pintó. Pero añadió una dificultad de base: la falta de cultura financiera del español medio en comparación con Reino Unido. Además, a diferencia de nuestro país, “allí existe una flexibilidad espectacular en los planes de pensiones. Las personas están exentas fiscalmente al hacer movimientos de un fondo a otro, y esto hace que desde muy jóvenes ya piensen en ahorrar para la jubilación”, indicó. Para él, sería positivo seguir esta idea.

En línea con la falta de flexibilidad, Rengifo hizo una crítica a los planes de empleo españoles. "Son muy flojos en el ámbito de alternativas. Todos los empleados tienen que tener la misma política de inversión, tengan la edad que tengan", afirmó. Y esto, según el director de Pictet, tiene que cambiar: "Los planes de pensiones que existen en el resto del mundo dan libertad de elección al ahorrador y flexibilidad con base en su situación personal".

placeholder Juanjo Cotorruelo, director de Vida y Pensiones de Caser.
Juanjo Cotorruelo, director de Vida y Pensiones de Caser.

Para ser más conscientes del problema real de las pensiones, Cotorruelo propuso que cada persona en España reciba una carta en su domicilio con la estimación de su pensión pública, porque aunque esa información está en la web, pocos la miran. Otros aspectos que barajó para salir de este bache tienen que ver con las fórmulas de ahorro por consumo y con el ‘home equity to cash’ (de la equidad de la casa al dinero en efectivo): “Hay muchas personas mayores de 65 años y con liquidez". Y esto supone una oportunidad: "Hay fórmulas que convendría desarrollar más, desde la hipoteca inversa —el banco da a la persona (que tiene que ser mayor de 65 años) un dinero por su casa, sin que esta pierda el uso ni la propiedad durante su vida— a la venta de nuda propiedad”. Con esta última la persona, aunque vende su casa, no la abandona hasta que muere: el comprador obtiene la propiedad, pero no su posesión.

En general, y en línea con algunos puntos del Pacto de Toledo, José Manuel Amor consideró que cualquier recomendación para solucionar el futuro de las pensiones tiene que apoyarse en cuatro soportes básicos: separar las fuentes de financiación —una de las prioridades del pacto es eliminar el déficit de la Seguridad Social trasladando algunos gastos a los Presupuestos Generales del Estado—, mantener el poder adquisitivo de las pensiones, alinear la edad efectiva de jubilación con la edad legal y estimular los sistemas de previsión social complementaria. Para concluir, los expertos insistieron en la necesidad de que la jubilación del futuro pivote sobre los tres pilares básicos de las pensiones: la prestación pública, los planes de empresa y los productos de ahorro individuales.

Llevamos mucho tiempo escuchando hablar de la fragilidad financiera de la Seguridad Social, la inestabilidad del sistema público de pensiones y la importancia de ahorrar para la jubilación. Pero ¿están realmente las pensiones públicas tan próximas al precipicio? Según los datos, parece que se acercan a pasos agigantados, al menos de momento: el coste no deja de aumentar mientras que las aportaciones caen en picado. El Gobierno ha fijado para el próximo año un gasto récord de más de 163.000 millones de euros (casi el 36% del gasto total), que supone un aumento del desembolso en pensiones de más del 20% en tan solo cinco años. Y el covid no ha aportado mucha luz a la situación. Despidos, ingresos más bajos… Una bola de fuego cada vez más sólida que pone en jaque el ‘statu quo’ del sistema.

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