La nicotina, la aliada de los expertos en la lucha contra el tabaquismo

Ocho millones de personas fallecen cada año, 60.000 de ellos en España, a un ritmo de mil a la semana. No, no es por causa del covid-19, el culpable principal de estos números es el tabaquismo. La búsqueda de soluciones es el objetivo de los expertos en salud, que este mes se han reunido telemáticamente en el E-Cigarette Summit de Londres. En él se han alcanzado varias conclusiones entre las que destaca: la nicotina es la mejor aliada para reducir el daño por tabaquismo producido por los cigarrillos.

Erradicar el tabaquismo sigue siendo la máxima de los gobiernos para luchar contra este problema. Pero, ¿qué ocurre con aquellos consumidores que no pueden dejar de fumar? Para ellos, una de las alternativas es el uso de cigarrillos electrónicos con nicotina u otros elementos como el Snus noruego. En este sentido, la profesora del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Minnesota Dorothy Hatsukami aclara que con estos productos se logra reducir el daño ya que no son tan nocivos para la salud como los productos de tabaco de combustión: "Los productos de combustión son los más tóxicos. La nicotina mantiene la adicción, pero otros elementos son más perjudiciales para la población".

Hatsukami: "Con la regulación, se consigue una rápida eliminación de los cigarrillos de combustión"

Además, explica que el sector debe luchar por la "abstinencia de los productos de nicotina", pero también hay que proporcionar alternativas de "menor riesgo" para aquellos usuarios a los que les resulte difícil abandonar el tabaco: "Es importante innovar. Una gran mayoría de fumadores eligen productos para que les ayuden a dejar de fumar rápidamente y también con terapias de nicotina, pero hay evidencia de que los e-cig son posiblemente más eficientes que las terapias de nicotina para ayudar a la gente a dejar de fumar. [...] Con una regulación adecuada y actualizada a la realidad de las alternativas sin humo existentes, se conseguiría una rápida eliminación de los cigarrillos de combustión, reduciendo el efecto de puerta de entrada al consumo dual".

En este punto, los expertos sanitarios proponen una tercera opción, la primera es la prevención y la segunda el cese, con el fin de lograr reducir las terribles consecuencias del tabaquismo, ya que en la práctica eliminarlo completamente es más difícil. Esto se resume en: reducción del daño. Sobre esta cuestión el profesor Karl Fagerstrom detalla: "Hay una conversación a día de hoy sobre si la reducción del daño es mala o buena, para muchos de nosotros es buena. La pregunta es ¿podemos erradicar completamente el uso de tabaco o nicotina? Si la respuesta es sí, la reducción de daño no tiene sentido; pero si la respuesta es no, existe una obligación de minimizar el daño”.

Para Fagerstrom la reducción del daño aplicada al consumo de cigarrillos "es ideal", porque lo que los fumadores lo que buscan de fumar es la nicotina, pero la nicotina en sí no es tan perjudicial, son las otras sustancias las que causan cáncer, enfermedades cardiovasculares, etc.. La prueba de que la reducción del daño funciona se ve en la siguiente diapositiva. Los que vemos aquí son datos del Global Burden of Disease sobre la mortalidad atribuible al tabaco en Suecia en comparación con la UE. Vemos Suecia en azul, el país europeo con mayor mortalidad en naranja, la mortalidad media en color rosa y el país con la tasa más baja en la UE, en color verde claro, a excepción de Suecia. [...] si miramos los hombres, del total de la población, vemos que de media, de 100.000 hombres, 125 mueren de una enfermedad relacionada con fumar. En Suecia el dato se sitúa en 70. Más bajo que el segundo país con la cifra más baja en tasa de mortandad por esta causa) [...] esto es prueba clara de que la mortalidad es muy baja en Suecia para los hombres, por enfermedades relacionadas con fumar. Y tenemos el mismo dato en mujeres”.

El mejor ejemplo: Snus noruego

Un producto que ha servido de ejemplo durante el congreso, ha sido el Snus noruego. Si hay un sustitutivo del tabaco eficaz ese es Snus, un producto que mezcla tabaco picado -nicotina-, agua y sal y se consume por vía oral. Este elemento se ha convertido en Noruega en el método más utilizado para dejar de fumar, seguido del cigarrillo electrónico.

Los efectos de su uso son muy positivos: “El punto de partida es la asombrosa transformación del territorio de la nicotina en Noruega en los últimos 20 años. De acuerdo con datos oficiales la cuota de mercado de Snus ha incrementado desde el 7% hasta el 46% en dos décadas. A la vez, el consumo total per capita de tabaco se ha reducido a la mitad. Este cambio podría en última instancia resultar en una reducción de la mortalidad relacionada con fumar que debería ser el fin último de cualquier política de control del tabaquismo”, explica el doctor Karl E. Lund, investigador senior del Instituto Noruego de Salud Pública.

El doctor concluye: “Si trasladamos las tendencias del hábito de fumar a un gráfico para el snus podemos observar casi una perfecta correlación inversa: mientras que fumar desciende por debajo del 5% en ambas, paralelamente, el snus crece”.

Asociación para la reducción del daño

El pasado mes de septiembre se creó una asociación para impulsar las políticas de reducción de daño del tabaco en las normativas de salud pública internacionales. Bajo el nombre de Smoking Control & Harm Reduction Association (SCOHRE), un grupo de médicos de al menos 26 países aboga por "establecer un diálogo con las autoridades nacionales y europeas" para que se reconozcan los datos científicos que apuntan a que el principal problema del tabaco no es la nicotina sino la combustión y el humo que ésta genera.

Con ello, aspiran a que los conocidos como productos de reducción de daño --cigarrillos electrónicos, tabaco calentado o productos orales con nicotina-- sean reconocidos como menos dañinos que el cigarrillo convencional por las diferentes legislaciones nacionales de salud pública, tal y como hacen países como Reino Unido o Suecia.