Crédit Suisse fulmina a su presidente en España tras varios años negros
La entidad suiza, que perdió 2.400 millones de francos en 2015, ha decidido rescindir el contrato de Antonio Viana-Baptista en un nuevo volantazo en la alta dirección
Tiempos de tormenta en Credit Suisse, el segundo mayor banco suizo por capitalización bursátil. A los problemas globales de la entidad, que el año pasado presentó pérdidas de 2.944 millones de francos (2.634 millones de euros), los primeros números rojos desde 2008, se añaden los locales, como los que han provocado la destitución de su presidente en España. Según distintas fuentes, en los próximos días abandonará la entidad Antonio Viana-Baptista, que ejercía el cargo desde mediados de 2011.
El ejecutivo portugués, que fue presidente de Telefónica Móviles, de Telefónica España y uno de los principales directivos de la operadora española hasta 2007, dejará la presidencia de Credit Suisse en breve después de una época de continuos cambios en la filial española y pocos resultados. Viana-Baptista sustituyó hace cinco años a Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra en la actualidad, con el objetivo de mantener una marca que se había hecho un hueco significativo en los rankings de la banca de inversión en la Península Ibérica.
Pero lejos de conseguirlo, Credit Suisse, que tuvo que ser rescatado por Qatar para sobrevivir a la crisis, ha ido perdiendo presencia en el sector de las fusiones y adquisiciones y en los mercados de capitales. El banco señaló cuando anunció su fichaje que “bajo la dirección de Viana-Baptista, la compañía mejorará el negocio ibérico gracias a su "contrastada trayectoria y experiencia de gestión", y a su "profundo conocimiento" del mundo empresarial en la península ibérica y Latinoameérica.
Sin embargo, los resultados no han sido los esperados. De 58 años de edad, Viana-Baptista no ha realizado el trabajo esperado, el de abrir puertas al equipo de banqueros de inversión y conseguir operaciones para que después fueran ejecutadas. Pese a que anteriormente había trabajado en el Banco Portugués de Investimento (BPI) entre 1991 y 1998 y posteriormente en McKinsey, lo cierto es que su red de contactos en la Península no dio la rentabilidad prevista.
Según el ranking de Thomson Reuters, el indicador más reconocido del sector, Credit Suisse no aparecía ni entre los 25 primeros puestos de la clasificación de operaciones completadas en los doce meses de 2015. Ocupaba el puesto 12 de las transacciones anunciadas, pero sin terminar o sin haberse llevado a cabo. Apenas había aparecido como asesor en cuatro fusiones o adquisiciones y su cuota de mercado tan solo era del 7,9%, según esta clasificación.
La inestabilidad de Credit Suisse en España tampoco le ha ayudado mucho. Desde su llegada, la institución financiera suiza ha cambiado hasta en cuatro veces de máximo responsable de banca de inversión. Primero fue Eduardo Puebla el que abandonó la entidad, para ser reemplazado por Fernando Lázaro y Fernando Maldonado, Lázaro se fue al poco a tiempo a Prisa de la mano de Abril-Martorell. A mediados de 2015, Maldonado también se marchó y fue sustituido por Wenceslao Bunge. En noviembre desembarcó Manuel Lagares, exdirector general de Bankia y encargado de la reestructuración del banco público.
El pasado mes de octubre, Credit Suisse anunció una profunda reestructuración de sus actividades con el objetivo de lograr un ahorro de costes de 3.500 millones de francos suizos (3.130 millones de euros) y reducir la base de costes hasta un rango de entre 18.500 y 19.000 millones de francos suizos (16.530 y 16.977 millones de euros) En el cuarto trimestre, la entidad suiza registró pérdidas de 5.828 millones de francos suizos (5.211 millones de euros), frente al beneficio neto de 691 millones de francos suizos (617 millones de euros) en el mismo periodo de 2014, mientras su cifra de negocio bajó un 33,9%, hasta 4.210 millones de francos suizos (3.765 millones de euros). Cuando publicó estas cifras a principios de febrero, su cotización se desplomó casi un 40% en cuatro días.
Tiempos de tormenta en Credit Suisse, el segundo mayor banco suizo por capitalización bursátil. A los problemas globales de la entidad, que el año pasado presentó pérdidas de 2.944 millones de francos (2.634 millones de euros), los primeros números rojos desde 2008, se añaden los locales, como los que han provocado la destitución de su presidente en España. Según distintas fuentes, en los próximos días abandonará la entidad Antonio Viana-Baptista, que ejercía el cargo desde mediados de 2011.