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La Generalitat cuela una trampa técnica a Bañuelos en la ley de BCN World
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tensión por el número de licencias de juego

La Generalitat cuela una trampa técnica a Bañuelos en la ley de BCN World

Para que no tenga tan fácil ganar el concurso público en el que se otorgarán las licencias de juego del complejo para el que está captando inversores

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas (EFE)

Va para largo. El promotor Enrique Bañuelos asegura sobre BCN World a su entorno más cercano que el proyecto de casinos y ocio en Tarragona no se parece a una carrera, sino más bien a una maratón. Y superada la cuestión de la ley, que fue aprobada la pasada semana en el Parlament, la Generalitat le ha puesto una trampa al empresario valenciano para que no tenga tan fácil ganar el concurso público en el que otorgará las licencias de juego del complejo para el que está captando inversores.

Si bien portavoces de la Administración catalana y de Veremonte, el holding de Bañuelos, no han querido comentar el tema, fuentes conocedoras del proyecto han asegurado que en el redactado final de la ley no se habla de que en los terrenos del Centro Recreativo y Turístico (CRT) de Vila-seca y Salou pueda haber “seis licencias de juego”, sino “hasta seis licencias de juego”.

Gracias a esta argucia lingüística de incluir el “hasta” en el redactado de la normativa, se fija el número máximo de licencias que el departamento de Economía, del que depende el área de Juegos y Apuestas, sacará a concurso, pero también se deja abierta subrepticiamente la opción de que la cifra de licencias pueda ser inferior, lo que va claramente en contra de los intereses de Bañuelos.

BCN World es un proyecto de ocio y juego que tendrá un total de seis resorts. Cada uno de ellos contará con un hotel de cinco estrellas vinculado a un casino y luego otro hotel más pequeño, de unas 500 habitaciones, de corte familiar y cuatro estrellas. La edificabilidad prevista en el área suma 300.000 m² y la inversión que ha anunciado Bañuelos alcanza los 4.500 millones, de los que 1.000 millones serían absorbidos por la primera fase.

Cambio anunciado

Fuentes cercanas a las negociaciones han explicado que responsables de la Generalitat ya habían deslizado en recientes encuentros al consejero delegado de Veremonte, Xavier Adserà, responsable operativo del proyecto, la posibilidad de que hubiese menos licencias de juego que las pactadas inicialmente.


Se prevé que la Conselleria de Economía, que lidera Andreu Mas-Colell, saque a concurso las licencias del proyecto entre junio y julio, si bien el concurso no se fallaría hasta después del verano. Pero su diseño condicionará la concesión total de las licencias a la excelencia del proyecto que presente Bañuelos. Es decir, que si Veremonte quiere las seis licencias de las que siempre ha hablado, tendrá que esforzarse y presentar sin ninguna duda la mejor alternativa.

Crear un incentivo

Como buen economista de prestigio que es, Andreu Mas-Colell sabe de la importancia de un incentivo para buscar los efectos económicos deseados. Al jugar con el número de licencias de casinos, Bañuelos es consciente de que no le basta con tener la opción de compra sobre los terrenos de La Caixa en Tarragona. Si quiere la totalidad de las licencias tendrá que añadir un plus que le permita derrotar a otros grupos de juego interesados que se prevé que participen en el concurso.

Bañuelos partía con la ventaja de haber trabajado meses en el proyecto, de tener en cartera a socios como Melco Crown o Hard Rock Café, entre otros, y la opción de compra sobre la totalidad de los terrenos. Pero si el proyecto no es de verdad excelente, la Generalitat no le otorgará la totalidad de las licencias. Y menos licencias de casinos quiere decir menos hoteles y menos ingresos para el proyecto.

Esto también es una garantía para los grupos que vayan a competir contra Veremonte. Se tratará de un concurso de verdad en el que todos tendrán que arremangarse para conseguirlo, incluido Bañuelos.

Buena relación

Fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que la relación entre la Generalitat y Bañuelos sigue siendo fluida, en especial por el papel que está jugando el secretario de la Presidencia, Jordi Vilajoana. Y que esta precaución legal sólo se trata de un mecanismo de fuerza que se reserva la Administración catalana para mantener el equilibrio de fuerzas con el promotor y un control más a largo plazo sobre el proyecto.

Esta estrategia le permitiría también a la Generalitat organizar el proyecto, de manera que podría estructurarlo por fases. Una primera fase, por ejemplo, podría tener tres hoteles y tres casinos, si bien esto todavía está por determinar por el equipo técnico que diseña el concurso.

Va para largo. El promotor Enrique Bañuelos asegura sobre BCN World a su entorno más cercano que el proyecto de casinos y ocio en Tarragona no se parece a una carrera, sino más bien a una maratón. Y superada la cuestión de la ley, que fue aprobada la pasada semana en el Parlament, la Generalitat le ha puesto una trampa al empresario valenciano para que no tenga tan fácil ganar el concurso público en el que otorgará las licencias de juego del complejo para el que está captando inversores.

Andreu Mas-Colell Enrique Bañuelos Tarragona
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