Francia confía en las empresas españolas y les anima a instalarse en el país
Hay más de 1.000 empresas nacionales en el país galo que emplean a 50.000 personas “y queremos tener más”, decía el embajador francés en España
A pesar de la cercanía y de compartir frontera, las cámaras de comercio españolas y francesas nunca se habían encontrado para intercambiar experiencias. Hasta hoy. Madrid ha acogido esta semana por primera vez un foro empresarial para animar a las empresas nacionales a instalarse en Francia. Organizado por la Cámara de Comercio francesa, su objetivo es incitar a las pymes no sólo a seguir exportando al país vecino sino también a crear negocio en su territorio, a invertir, en definitiva, en el país galo. Los franceses confían en nosotros, les gusta nuestra tecnología y acogen muy bien nuestros productos.
“El año pasado España tenía una crisis muy severa y ahora está recuperándose” -explicaba el embajador de Francia en España, Jérôme Bonnafont-. “Hay un progreso impresionante. La visión que tenemos ahora de este país es muy positiva y los emprendedores españoles son muy bien recibidos”.
Según datos proporcionados por el embajador, hay más de 1.000 empresas nacionales en el país galo que emplean a 50.000 personas.“Y queremos tener más”, apuntaba. Nuestro país es el sexto en inversiones en Francia y el cuarto cliente comercial. Sólo las empresas madrileñas exportan el 8% del total y el 23% de las importaciones francesas acaban en la capital, según explicaba Arturo Fernández, presidente de la Cámara de Comercio madrileña, que también acudióa la presentación de este foro.
Los negocios, en francés
Aunque parezca una obviedad, a Francia hay que ir a hacer negocios en francés. Y así lo recordaba Isaac Martín, director general de Internacionalización de la Empresa del ICEX. “Hay que tener un conocimiento de la realidad. No vale ir a Francia a internacionalizarse hablando en inglés”, advertía. Recordaba, además, que hay que tener paciencia, que en ese país “las cosas llevan tiempo”.
Así lo corroboran tres firmas españolas que han invertido fuera y que quisieron aconsejar en el encuentro a los futuros exportadores.“Hay que hablar francés, pero no sólo la lengua, hay que ponerse en el lugar del francés”, aconsejaba José Antonio González, Consejero Delegado de Pikolín. “Les gusta que les hables en francés y que pienses como ellos”.
González apuntaba, además, que se debe “perder el miedo y los complejos porque tenemos capacidades y somos competentes. No nos autolimitemos”. Una idea suscrita por Nicolás Mediavilla, presidente de Fain Ascensores. “Es un gran reto pero un mercado excelente. Se gana dinero. Somos eficientes y eso te da el éxito”. Para Pedro Larrea, presidente ejecutivo de Ferroatlántica -la tercera empresa que contó su experiencia en el país vecino-, la principal recomendación es “aprender a querer a Francia”. “Hay que adaptarse, por nuestra parte y por la suya, pero, una vez que se hace, la combinación es muy buena”.
Ventajas económicas, estricta legislación
“Hay que poner especial atención y cuidado en el riguroso cumplimiento de la normativa local, de forma muy particular en los ámbitos tributarios y social”, advertía desde el ICEX Isaac Martín. Y no sólo atender las “reglas del juego” sino también al ámbito social. El embajador francés avisaba al inversor extranjero: “Es capital conocer bien el derecho social. Los trabajadores franceses tienen un modo de representación y de discusión con los jefes que no es como en el resto del mundo. Pero, eso sí, la producción industrial es la mejor de Europa porque hay un sistema de incentivos para motivar al personal de manera individual”.
Es el mercado laboral uno de los frentes con los que se han encontrado Pikolín, Fain Ascensoresy Ferroatlántica. Anécdotas como que los jóvenes pregunten en su proceso de selección el número de vacaciones complementarias, el convencimiento de trabajar únicamente 35 horas a la semana y la compensación por norma de las horas extras.
“Al no haber mucho paro, la gente se vuelve a colocar en el mercado laboral en 15 días o tres semanas”, decía el presidente de Fain. Mediavilla también contaba que “cuando hemos implantado el ritmo español, más fuerte, la gente no ha respondido. De las 150 personas contratadas, hemos cambiado a 80 y me faltan otras 20”.
Pese a las dificultades, Mediavilla reconocía que tendrá trabajo hasta 2021 porque la legislación francesa obliga a renovar todos los ascensores antiguos. “Además, facturamos más en ese país pese a instalar y mantener menos maquinaria que en España”.
Los sectores punteros
Aeronáutica, e-commerce y el sector alimentario son las grandes bazas de las empresas españolas para desembarcar al otro lado de los Pirineos. Tanto el embajador de este país como el presidente de la Cámara de Comercio de Francia insistían en la garantía de seguridad de invertir en el país.
“Las reglas del juego son claras, conocidas, estables. Ir a Francia es una verdadera garantía. Si tu proyecto ha sido bien medido, tus presupuestos y supuestos se van a cumplir. Además, lo que viene de España es muy bien recibido”, aclaraba Domingo San Felipe, presidente de la Cámara de Comercio francesa.
“La empresa española es respetada en Francia porque sabe ofrecer precios competitivos y máxima calidad”, señalaba Martín desde el ICEX. Las empresas que ya están implantadas en el mercado francés recordaban que pese a que se puede crecer más en América Latina, la ventaja del país galo es la estabilidad, el crecimiento progresivo.
Este foro también ha servido para reiterar a las empresas galas que hay que seguir invirtiendo en nuestro país. “Los bajos costes laborales no sonla principal atracción, pero sí siguen siendo importantes para los que trabajan en exportación”, reconocía el embajador Bonnafont.
En su intervención, el representante francés también recordaba que durante la crisis las empresas francesas no han dejado España y que ahora toca convencer a otras de que “vuelvan a considerar el mercado español como un mercado de crecimiento”.
A pesar de la cercanía y de compartir frontera, las cámaras de comercio españolas y francesas nunca se habían encontrado para intercambiar experiencias. Hasta hoy. Madrid ha acogido esta semana por primera vez un foro empresarial para animar a las empresas nacionales a instalarse en Francia. Organizado por la Cámara de Comercio francesa, su objetivo es incitar a las pymes no sólo a seguir exportando al país vecino sino también a crear negocio en su territorio, a invertir, en definitiva, en el país galo. Los franceses confían en nosotros, les gusta nuestra tecnología y acogen muy bien nuestros productos.