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Pescanova amplió capital y emitió bonos cuando ya estaba quebrada
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EL AGUJERO QUEDA FIJADO EN 1.667 MILLONES

Pescanova amplió capital y emitió bonos cuando ya estaba quebrada

El informe de la administración concursal de Pescanova deja a Sousa a los pies de los caballos. El grupo pesquero se encontraba en quiebra en 2012

Foto: Sede central de Pescanova en Chapela. (EFE)
Sede central de Pescanova en Chapela. (EFE)

El informe de la administración concursal de Pescanova deja al expresidente Manuel Fernández de Sousa a los pies de los caballos. Pescanova se encontraba en quiebra en 2012, cuando en febrero de ese año llevó a cabo una emisión de bonos convertibles por valor de 160 millones y, posteriormente, en agosto, cerró una ampliación de capital por otros 125. Todas estas operaciones se llevaron a cabo ofreciendo a los inversores una contabilidad totalmente alejada de la realidad.

La Fiscalía Anticorrupción ya está investigando a Fernández de Sousa por haber vendido la mitad de sus acciones por valor de 27 millones. Las dos operaciones antes mencionadas también serían delito. Entre otros, se le podría acusar de falseamiento de lainformación económico-financiera,falseamiento decuentas anualesyuso de información relevante.

El informe del administrador concursal enmienda la plana contable al antiguo equipo gestor de Pescanova. Según el informe, el desfase patrimonial a cierre de 2012, más comúnmente conocido como agujero, sumaría un total de 1.667 millones de euros en la multinacional gallega.

Vistas las cuentas, lo único que había auténtico en Pescanova era el pescado congelado. Las ventas eran ficticias en un 80%, ya que se trataban de operaciones entre sociedades del grupo, algunas de ellas sin actividad, y se contabilizaban para poder emitir facturas sobre ellas que servían para financiar la expansión internacional. La deuda no eran los 1.500 millones declarados, sino que al final se eleva a créditos y obligaciones por valor de 3.640 millones. Y la sociedad no tuvo beneficios el pasado año, sino que debería haber registrado 26 millones de pérdidas.

Las falsedades ya se arrastraban de otros años. Esto se refleja en el margen bruto de Pescanova. En 2011, el grupo pesquero declaró que era positivo en 99 millones. Debería haber sido negativo en 33. Al año siguiente, mientras se ampliaba capital, el margen bruto declarado que se ofrecía al mercado era de 123 millones, mientras que en realidad esta partida estaba en números rojos por valor de 167.

La causa era la deuda oculta

La causa del deterioro era la deuda oculta. En esencia, como recoge el informe, la insolvencia de Pescanova se debió a la manera harto irregular en que financió su expansión internacional, un total de 830 millones invertidos en seis años, en especial en piscifactorías que se cubrían con créditos de la propia Pescanova o de la firma Novapesca Trading. Todo ello se arrastraba desde 2007.

Estas malas prácticas pasaban por financiar inversiones con flujo de caja negativo en una fase inicial de la inversión. Estas inversiones a largo plazo eran financiadas con deuda a corto, obtenida a un precio muy alto que disparaba los costes financieros. Incluso se recurría a instrumentos de circulante, según se detalla en el informe concursal elaborado por Deloitte. Entre estos sistemas estaban la emisión de facturas sobre ventas irreales.

De los 187 millones de costes financieros reales en 2012, Pescanova ocultó 82,9 millones, es decir, el 44%. Para cubrir los crecientes gastos financieros, pedía más crédito en un mecanismo que el informe define como “análogo a los sistemas piramidales de financiación”.

Sin meter mano en la caja

La parte buena para Fernández de Sousa es que el informe no le acusa de meter la mano en la caja. La parte mala, que llevó a la compañía a una situación de patrimonio negativo que ocultó de manera sistemática al consejo, a los inversores y a los organismos reguladores en una empresa cotizada en bolsa. Y que para hacerlo desplegó una serie de prácticas que se volvieron insostenibles cuando hubo retrasos en las inversiones y caídas en el mercado, combinadas con restricciones en el mercado crediticio.

El informe de la administración concursal de Pescanova deja al expresidente Manuel Fernández de Sousa a los pies de los caballos. Pescanova se encontraba en quiebra en 2012, cuando en febrero de ese año llevó a cabo una emisión de bonos convertibles por valor de 160 millones y, posteriormente, en agosto, cerró una ampliación de capital por otros 125. Todas estas operaciones se llevaron a cabo ofreciendo a los inversores una contabilidad totalmente alejada de la realidad.

Pescanova CNMV Manuel Fernández de Sousa
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