El lobby del Puente Aéreo estrecha lazos políticos entre el Gobierno de CiU y el del 'futuro' PP

Huelen a cambio de Gobierno. El distinguido grupo de empresarios de Barcelona y Madrid que se reunió por primera vez el pasado jueves día 10 para estrenar el denominado ¨Lobby del Puente Aéreo¨ persigue un fin muy claro: estrechar lazos entre las dos principales capitales del país y sobre todo entre la clase política dirigente de ambas regiones, para hacer que comparta intereses y sensibilidades por los problemas comunes.

No es casualidad, por tanto, que el grupo en cuestión aglutine a figuras relevantes de la sociedad catalana ni a personajes destacados de la capital, aunque la sintonía política de ambos grupos está claramente identificada. ¨Aunque no nos mueve un fin político, claramente tenemos más interlocución con el actual partido en la Generalitat y con el que probablemente ocupará el palacio de La Moncloa en breve¨, asegura uno de los asistentes.

Igual que el lobby de las grandes empresas (G-17) se bautizó como ¨Foro para la Competitividad¨, este colectivo también ha recurrido a la figura del Foro (Puente Aéreo) para amparar su trabajo de mediación entre la clase dirigente que ocupa la Generalitat y la que puede desembarcar al frente del Ejecutivo de España, distanciados durante los años de hegemonía socialista. ¨Hay reflexiones que con los antiguos responsables políticos no se podían compartir y con los que ahora sí se puede debatir¨.

El protagonismo de la iniciativa ha sido compartido, pero gran parte de la propuesta ha sido pergeñada desde la familia Godó, editora del diario La Vanguardia, al que también se sumó el otro gran editor catalán, Jose Manuel Lara, con intereses estratégicos tanto en Barcelona como Madrid. Y en torno a ellos, figuras señeras de los negocios en Cataluña como los Cuatrecasas, Rosell, Conde, Lacalle, Daurella, Xercavins o Torreblanca.

Naciendo la iniciativa en la Ciudad Condal, en la cena celebrada en la Fundación Godia no podían faltar tampoco figuras de los otros dos pilares de la sociedad catalana, el que abandera la órbita de La Caixa, representada en ese encuentro por Juan María Nin, y el que ejerce el Barca, con su presidente Sandro Rosell, declarado convergente, al contrario que su antecesor Joan Laporta, ahora enrolado en el que fuera socio del tripartito ERC.

Por parte del bando madrileño, entre los asistentes a esa cena inaugural, en la que el invitado fundacional fue el nuevo presidente de la Generalitat, Artur Mas, acompañado por su escudero en Madrid, Josep Sánchez Llibre, estaban empresarios como Monzón (Indra), Entrecanales (Acciona), Florentino Pérez (ACS), Hernández Callejas (Ebro), Ignacio Garralda (Mutua), Antonio Catalán (AC Hoteles), Antonio Vázquez (Iberia), Castellano (Ono) y Borja Prado (Endesa).

Tampoco los que faltaron, como Luis de Guindos (Instituto de Empresa), Claudio Boada (Círculo de Empresarios) o Isak Andic (Mango), esconden sus afinidades y preferencias políticas, sólo el dirigente de Repsol, Antoni Brufau, puede ser capaz de pasar más desapercibido. ¨Entre unos y otros lo que queremos es transmitir a los que nos gobiernan la necesidad de abordar los asuntos comunes que unen al país y olvidar los conflictos que son utilizados para separar a Cataluña de España¨. 

Aunque esta aspiración no es nueva. ¨Es un intento por tender puentes entre los dos centros de poder del país por una parte de la clase empresarial catalana que siempre ha tenido aspiraciones de reconocimiento y de negocio a nivel nacional¨, explican desde otra familia industrial catalana no presente. ¨Más allá de la afinidad ideológica de los que se han reunido, la propuesta es totalmente lícita, pero llama la atención que se ponga en marcha cuando se barrunta un gran cambio político¨.