ERC ficha a Laporta como número dos al Ayuntamiento de Barcelona

El pacto ha tomado forma: el ex presidente del FC Barcelona y actual diputado no adscrito en el Parlamento catalán, Joan Laporta, irá definitivamente de número dos en las listas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) al Ayuntamiento de Barcelona en las próximas elecciones municipales del 22 de mayo. Las largas negociaciones con el cabeza de lista, Jordi Portabella (con la propuesta a Laporta para ocupar ese lugar que había adelantado este diario fructificaron por fin ayer, plasmándose en una lista donde el número tres será para la republicana Ester Capella, el número cuatro para el representante de Reagrupament Ignasi Planas y el número cinco para Anna Arqué, de Democracia Catalana, el partido de Laporta.

Es, dicen, “un pacto de largo recorrido y larga vida”. Una coalición que incluye a las tres formaciones independentistas que, a primera vista, tienen más peso en la política catalana. Y es que, a pesar del batacazo de ERC en las autonómicas (bajó de 21 a 10 diputados), Laporta consiguió arrancar cuatro diputados con su coalición Solidaritat Catalana per la Independència (SI). Y Reagrupament se quedó a las puertas de obtener representación institucional en la cámara catalana.

Portabella subrayó tras el acuerdo que aún “habrá más incorporaciones al tercer espacio de gran relevancia en el ámbito social de Barcelona”. Se trata, evidentemente, del espacio soberanista que intentará romper el bipartidismo de CiU y PSC.

De momento, los nuevos socios no quieren hablar de pactos postelectorales porque “nuestro objetivo es la victoria”, en palabras de Portabella. Pero sí admitió que, en principio, la nueva coalición apoyaría “la lista más votada”. Sus grandes ejes estratégicos son tres: “Constituir políticas para luchar contra la crisis y que generen ocupación, actuar como capital de Estado y ser sensibles a los problemas de la gente”. Ahora sólo falta encontrar el “nombre paraguas” con que se han de presentar a las elecciones.

El parto ha sido difícil. Laporta menospreció en un primer momento a Portabella, al que asoció al “equipo de gobierno tripartito”. Pero se da la circunstancia de que ERC no formó parte del equipo municipal en la última legislatura, sino que éste estaba formado sólo por PSC e ICV. Propugnaba, por ello, una lista totalmente renovada donde su partido coparía los mejores puestos. Luego, tuvo que recular para admitir que ERC es una fuerza con la que hay que contar y que Portabella tiene, como mínimo, una larga experiencia municipal. Pero éste también le hizo de las suyas.

Los últimos días planteó a los restantes partidos con representación municipal la posibilidad de que, si algún concejal abandonaba su grupo, pasase automáticamente a ser concejal no adscrito y, por tanto, no pudiese disfrutar de la infraestructura que se les da a los grupos municipales. Era, oficialmente, un pacto anti-transfuguismo. Extraoficialmente, era un blindaje para el caso de que Laporta protagonizase otra espantá en un futuro. Ninguno de los otros partidos le apoyó.

El pacto le acarreó a Laporta la ruptura con sus socios de SI. Tanto fue así que abandonó el subgrupo del Parlamento y pasó a ser diputado no adscrito. Ahora, hay quien ve en el acercamiento a ERC su intención final de acabar aterrizando junto con su partido Democracia Catalana dentro de la veterana formación republicana.

Opiniones encontradas

En las filas de la formación republicana, el acuerdo despierta críticas y alabanzas a partes iguales. “Laporta es un arribista, un personaje que sólo pretende medrar personalmente, que no tiene ideología y que nos puede dejar tirados en cualquier momento”, dice una fuente crítica con el fichaje. Otra fuente, no obstante, destaca que la gran coalición independentista atraerá “mucho voto soberanista y evitará la dispersión. Hay que tener en cuenta que, además de estos partidos, también existe el espacio de la Coordinadora d’Acció Popular y el de otros partidos, que aunque sean minoritarios restan”. Por ello, califican el pacto como un “golpe de efecto que puede significar un revulsivo para el independentismo en Barcelona”.

El fichaje de ERC ya ha tenido reacciones: el primero en posicionarse fue el presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández Díaz, para quien la incorporación de Laporta “confirma el declive irreversible de ERC en Barcelona”. Fernández Díaz criticó también este acuerdo recordando que el ex presidente del Barça “devuelve los favores que en su día Jordi Portabella le prestó con el Plan Laporta del Miniestadio”. Se refiere a la recalificación de terrenos que pretendía hacer el club azulgrana y que fue apoyada por PSC, CiU y ERC. El nuevo presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, frenó el pelotazo a la vista de la firme oposición vecinal al proyecto. El dirigente popular ya se había referido a este tema hace unos días, cuando vaticinó que habría pacto entre ERC y Laporta  “para devolver el favor que en su momento le prestó Esquerra”.