Tengo dos pagadores: ¿Cómo afecta a mi declaración de la renta?

Existe una creencia popular en torno al número de pagadores de un trabajador que, pudiera considerarse como el 'coco' o 'el hombre del saco', si nos referimos al hecho de cómo nos afecta tener más de una fuente de ingresos a la hora de realizar la declaración de la renta. Pues bien, a pesar de esta convicción, lo que realmente delimita el resultado (generalmente nos referimos a pagar o a devolver) de la declaración de la renta, es la suma de ingresos sin importar el número de pagadores.

En España hay muchas y diversas situaciones, que pueden llevar a que una persona tenga más de un pagador a lo largo del ejercicio fiscal: que el trabajador cambie de empresa o que se trate de un autónomo que trabaja como freelance para diferentes pagadores, por ejemplo.

En estos casos, lo que realmente afecta al resultado de la declaración de la renta es cuánto dinero hayas ganado en el ejercicio. ¿Por qué? Pues porque se pueden producir varios supuestos muy diferentes:

Que no hayas ganado el mínimo para tener que realizar la declaración

En este sentido, la leyenda urbana sobre los pagadores hace que, a priori, pensemos que el hecho de tener dos pagadores va a hacer que siempre estemos en la obligación de presentar la declaración y no, no siempre es así.

Si los ingresos obtenidos fueron menores a los 22.000 euros durante un año y provienen de un solo pagador, no es necesario hacer la declaración de la Renta. Pero tampoco será obligatorio para aquellos que tengan dos pagadores, siempre que el segundo de estos no haya retribuido al trabajador con más de 1.500 euros en todo el ejercicio.

Es decir, que para sea obligatorio el tener que presentar la declaración, debes tener dos pagadores que te hayan retribuido de la siguiente forma: que el primer pagador y principal te haya pagado más de 14.000 euros y el segundo, más de 1.500 euros.

En resumen:

• Menos de 14.000 euros al año: no es obligatorio hacer la declaración de la renta en ningún caso.
• Entre 14.000 y 22.000 euros al año: es obligatorio hacerla si se tiene más de un pagador, siempre que el segundo y los posteriores paguen más de 1.500 euros.
• Más de 22.000 euros al año: es obligatorio, se tengan los pagadores que se tengan

Lo que realmente delimita el resultado (generalmente nos referimos a pagar o a devolver) de la declaración de la renta, es la suma de ingresos, sin importar el número de pagadores.

Dependerá del dinero que hayas ganado para que tributes en el tramo que corresponde

El verdadero problema, si pensamos en que una declaración salga a pagar cuando tenemos más de dos pagadores, no reside en el hecho de que nuestros ingresos provengan de dos fuentes, sino que, realmente, se suele producir que una declaración sale con resultado desfavorable para el trabajador, cuando no ha tributado lo que corresponde a sus ingresos.

Por ejemplo, si un trabajador gana 30.000 euros anuales, la retención correspondiente será, como mínimo, del 17%, puesto que es el porcentaje de retención que, teniendo en cuenta sus ganancias, le corresponde por tramo. En el caso de tener dos pagadores, si en ambos casos la tributación se ajustase a la retención y tramo que marca su salario, no tendría por qué existir ningún tipo de problema, sea cual fuere el número de pagadores.

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El problema sería si, por ejemplo, un trabajador ha recibido esos 30.000 euros de dos empresas diferentes. Con una ha ganado 22.000 euros y ha tributado lo que le corresponde por tramo, pero con los otros 8.000 euros, no ha tributado lo que corresponde, puesto que el porcentaje de retención era inferior al que debería haber sido. En ese caso, sí pudiera ser que entonces la declaración saliera a pagar, ya que se entiende que, derivado de esas ganancias de la segunda empresa, el trabajador no ha tributado lo que tenía que tributar.

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Por lo tanto, lejos de esa creencia impuesta de que el mundo se acaba si tenemos dos pagadores, lo importante es tener en cuenta qué porcentaje de las ganancias vamos a tributar de cada uno de los trabajos que tengamos. La otra opción, en caso de no ajustar la retención a la cuantía ganada, es la de pensar en ir ahorrando un dinero del que poder disponer cuando, presumiblemente, la declaración salga a pagar. Una herramienta muy útil a la hora de calcular todos estos pormenores, es la calculadora de IRPF que pone a disposición de los trabajadores la Agencia Tributaria.