Alemania enfría las expectativas sobre el Midcat: las conexiones de la Península "funcionan"

El Midcat no es una prioridad para el principal país que se beneficiaría de su puesta en marcha. El Gobierno alemán ha destacado este miércoles que la red de gasoductos europeos que conecta los puntos de suministro de gas natural licuado (GNL) en la Península Ibérica con el resto de Europa ya "funciona" y ha ganado en "flexibilidad" en los últimos años. La alusión, aunque velada, demuestra el escaso interés de las autoridades teutonas en la infraestructura.

España podría duplicar su capacidad de exportación al resto de Europa gracias a la finalización del gasoducto que uniría Cataluña y Francia, en un momento en el que el país teutón busca cerrar nuevos acuerdos con productores como Catar para aumentar sus importaciones de GNL y así reducir sus importaciones de gas ruso. Este mismo miércoles, el canciller, Olaf Scholz, aseguró que se apoyará en los recursos disponibles en las instalaciones del oeste de la Unión Europea como medida a corto plazo para diversificar sus fuentes de aprovisionamiento, que actualmente dependen de Rusia en más de un 50%. Pero eso no significa que abogue por la construcción de otras nuevas.

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Preguntado por EFE sobre el anuncio de Scholz, el portavoz del ministerio de Economía, Robert Säverin, ha considerado suficientes las inversiones recientes: "Tenemos un mercado liberalizado del gas y en los últimos años se ha hecho mucho para mejorar la infraestructura, es decir, construir gasoductos a través de toda Europa con el fin de que si un punto de suministro falla se pueda sustituir".

Säverin se ha mostrado mucho más taxativo al rechazar la posibilidad de construir un ducto que conecte directamente la Península y Alemania, después de que el diario barcelonés 'La Vanguardia' publicase hace unas semanas que se encontraba entre los planes de la OTAN: "El que haya una conexión directa entre una terminal en la Península Ibérica y Alemania no es tan importante, porque de algún modo las terminales españolas están conectadas a la red general".

España es el país con más capacidad de almacenamiento de gas y regasificación de Europa, un tercio del total, aunque la escasez de interconexiones con el resto del continente limita sus posibilidades de ser una alternativa de suministro, según los expertos del sector.