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Despedida por quedarse embarazada: la realidad de una de cada cuatro mujeres
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según UN ESTUDIO DEl instituto de política familiar

Despedida por quedarse embarazada: la realidad de una de cada cuatro mujeres

El 25% de las embarazadas de entre 18 y 25 años acaba de patitas en la calle, y casi el 20% recibe presiones por parte de su empresa. España está a la cola de la Unión Europea en flexibilidad laboral

Foto: Ocho de cada 10 españoles creen que ellas deberían reducir su jornada laboral para cuidar de los niños. (Corbis)
Ocho de cada 10 españoles creen que ellas deberían reducir su jornada laboral para cuidar de los niños. (Corbis)

Discriminación por traer niños al mundo. Lo llaman 'mobbing maternal', una lacra que hace que muchas mujeres descarten ser madres por miedo a tener problemas en el ámbito laboral. Problemas como los que afrontan no pocas mujeres en España según un estudio del Instituto de Política Familiar (IPF): el 18% ha recibido presiones por parte de la empresa al quedarse embarazadas. Una de cada cuatro (de entre 18 y 25 años) incluso recibió la carta de despido poco después. “Las mujeres todavía se ven en la tesitura de tener que renunciar a su carrera profesional o a formar una familia”, denuncia Mari Ángeles Mur, secretaria de Igualdad del CSI-F.

Este sindicato de funcionarios defendió a un cocinero del Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral de Madrid, que desde ahora podrá llegar una hora más tarde al trabajo para llevar a su hijo a la guardería. La justicia le dio la razón en diciembre con una sentencia sin precedentes que “marca un antes y un después” en el complicado panorama de la conciliación. El CSI-F ha recibido desde entonces una “avalancha de peticiones” por parte de trabajadores del sector público que también han dado un paso al frente para exigir este derecho. Mur censura que ni siquiera la Administración, que debería dar ejemplo, sea sensible a casos como el de este padre. Él es sin duda la excepción que confirma la regla, pues suelen ser ellas las que solicitan flexibilidad horaria, jornada reducida o tiempo para cuidar a sus hijos. “El 87% de los permisos no retribuidos de la Administración General del Estado los asume la mujer”, puntualiza Mur.

Muchas empresas siguen poniendo “mala cara” cuando son ellos los que solicitan permisos o flexibilidad horaria para hacerse cargo de los niños, algo que “debería estar dignificado” a juicio de Mariano Martínez Aedo, portavoz del IPF. Aunque la legislación prohíba despedir a una mujer por quedarse embarazada, las compañías siguen ideando fórmulas de lo más variopintas para 'favorecer' su salida sin que se note. No sorprende que la franja con mayor riesgo de despido sea 18-25 años, una edad donde el 'empleo basura' es lo predominante. “No les renuevan el contrato y punto. Aquí no ha pasado nada”, sostiene Aedo.

Es lo que le ocurre a Evohé, una joven de 26 años que lleva desde 2011 enlazando contratos eventuales como operaria en una línea de montaje. En unos días será madre por primera vez tras un embarazo de riesgo y su contrato finaliza justo en el momento de su reincorporación. Aunque admite que hasta el momento se han portado bien con ella y se han mostrado comprensivos al saber que es madre soltera, parece tener claro lo que va a pasar a partir de ahora: 'No me renovarán de ningún modo'.

Apretando las tuercas a las madres

¿Qué hay de las presiones en el trabajo? Casi el 20% de las madres trabajadoras tiene que escuchar 'indicaciones' o 'recomendaciones' por parte de su empresa sobre lo que debe hacer con su vida, mientras que el 16% incluso se siente acosada por reclamar sus derechos cuando da a luz. Todo con la tasa de natalidad por los suelos: 1,27 hijos por mujer según la OCDE, lejos de la media europea (1,67) y muy por debajo de los deseos de las mujeres (dos o más). “No es una decisión voluntaria. Tener un hijo te puede costar el trabajo o la promoción profesional”, matiza la experta. Eso sin contar con la brecha salarial, superior a la media de la Unión Europea (UE).

“Si pudiera tendría tres hijos, pero con dos ya no me salen las cuentas. Cobro 880 euros, pago 500 de guardería, 200 de gasolina y 50 por la plaza de garaje. Me quedan 130 euros para otro niño porque la hipoteca, la comida y los recibos los paga mi pareja. No quiero ni imaginar lo que hará una madre soltera”, relata Patricia (nombre ficticio) a este periódico. Esta joven es una de tantas mujeres que optaron por varios meses de excedencia y jornada reducida para pasar más tiempo con su hija de año y medio. “Mi marido cobra más que yo y mi sueldo es una miseria. Por eso lo cogí”, explica. La teleoperadora en la que trabaja no tardó ni dos días en moverla a otro departamento desde que comunicó su embarazo.

También estuvieron a punto de cambiarla al turno de tarde en contra de su voluntad, aunque ese solo es el principio de una ristra de despropósitos. Horas de pediatría denegadas a pesar de constar como derecho en el estatuto de los trabajadores, días de vacaciones consumidos para poder llevar al bebé al médico, cero posibilidades de trabajar las ocho horas diarias desde casa, jornada reducida pero mismos objetivos de venta... Su empresa no se caracteriza por dar facilidades a las madres trabajadoras. “Si las mujeres ya lo tenemos difícil, las madres lo tenemos aún peor. Aunque las condiciones laborales sean una basura, necesitamos el dinero”.

Fotografía de la desigualdad

“No son casos aislados, son señales de que la igualdad no está consolidada. Luego nos preguntaremos en clave económica por qué el sistema es insostenible”, señala Mur en referencia a la baja tasa de natalidad. España y Portugal están a la cola de la UE en flexibilidad horaria, algo que impide compatibilizar el trabajo con la familia. Tan solo uno de cada 10 españoles (11,9%) tiene un horario flexible. Ahí radica el problema básico a ojos de Aedo, partidario de impulsar el teletrabajo en España: apenas el 7% de las empleadas puede recurrir a esta fórmula pese al aumento de productividad que implicaría según los expertos. “Sacas el trabajo adelante de manera más eficiente”. ¿Acaso es mejor pasarse un montón de horas en el trabajo calentando la silla?, plantea tras anhelar un cambio de mentalidad en un país donde ocho de cada 10 ciudadanos creen que las mujeres deberían reducir su jornada laboral para atender a los niños.

Solo el 7% de las empleadas recurre al teletrabajo en España. La media europea se sitúa en 13,5%

“Los permisos no retribuidos tienen cara de mujer y generan un efecto negativo en su carrera profesional. ¿Por qué hay tan pocas en cargos directivos?”, plantea Mur. Según Aedo, el Gobierno debería compensar de alguna manera a los empresarios para que contraten a más mujeres en edad fértil. “Hacen falta más recursos o bonificaciones a la contratación. No valen discursos buenistas, hay que tomar medidas” porque no basta con que a los políticos se les llene la boca de buenas palabras en los platós de televisión o en los programas electorales.

Discriminación por traer niños al mundo. Lo llaman 'mobbing maternal', una lacra que hace que muchas mujeres descarten ser madres por miedo a tener problemas en el ámbito laboral. Problemas como los que afrontan no pocas mujeres en España según un estudio del Instituto de Política Familiar (IPF): el 18% ha recibido presiones por parte de la empresa al quedarse embarazadas. Una de cada cuatro (de entre 18 y 25 años) incluso recibió la carta de despido poco después. “Las mujeres todavía se ven en la tesitura de tener que renunciar a su carrera profesional o a formar una familia”, denuncia Mari Ángeles Mur, secretaria de Igualdad del CSI-F.

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