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¿Quién dejó sin rescate a Orizonia: Botín, Lazard, Barceló o Hidalgo?
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EN PRECONCURSO PARA PODER DEMORARSE CON LOS ACREEDORES

¿Quién dejó sin rescate a Orizonia: Botín, Lazard, Barceló o Hidalgo?

Un año después, Orizonia todavía no tiene resuelto su futuro. El pasado viernes, el grupo turístico español se vio obligado a solicitar el preconcurso de acreedores

Foto: ¿Quién dejó sin rescate a Orizonia: Botín, Lazard, Barceló o Hidalgo?
¿Quién dejó sin rescate a Orizonia: Botín, Lazard, Barceló o Hidalgo?

Un año después, Orizonia todavía no tiene resuelto su futuro. El pasado viernes, el grupo turístico español se vio obligado a solicitar el preconcurso de acreedores para evitar el incumplimiento de sus obligaciones financieras con sus proveedores. El dinero que debía aportar su nuevo propietario, Juan José Hidalgo (Globalia), ha quedado en suspenso hasta que la Comisión Nacional de Competencia (CNC), que ha prorrogado su informe sobre la operación dos meses después de su anuncio, se pronuncie al respecto. 

La espantada de Pepe Hidalgo, a la espera del sí absoluto de Competencia, complica la supervivencia de Orizonia, atascada desde hace año en resolver su viabilidad después de que su accionista original, el fondo de capital riesgo Carlyle, decidiera dar por concluida su etapa en el operador turístico ante la imposibilidad de rentabilidad su inversión. Desde ese momento, en la previa del verano de 2012, los acreedores y los otros dos accionistas minoritarios, los fondos Vista Capital e ICG, tomaron las riendas.

El proceso de refinanciación de Orizonia abrió la puerta par que los dos fondos de inversión se convirtieran en los nuevos propietarios. A cambio de una reestructuración de los 600 millones de deuda con una importante quita, Vista Capital (private equity del Banco Santander) e ICG (especializado en mezzanine) estaban dispuestos a inyectar dinero fresco con el que recapitalizar la compañía y liderar la nueva etapa. La operación dejaba a Carlyle fuera y garantizaba las necesidades financieras para seguir operando.

Cuando todo parecía resuelto, los bancos acreedores (liderados por Bankia y Santander) se abrazaron a la propuesta de emergencia abanderada por Barceló. El grupo turístico mallorquín consiguió irrumpir en la operación de la mano del banco de negocios Lazard, que después de remover entre las más altas instancias del Banco Santander consiguió bloquear la opción de Vista Capital-ICG y colar a su cliente, un industrial del sector capaz de absorber y optimizar vía sinergías al rescatado Orizonia. 

Esta inesperada situación dio pie, de manera paralela, a una particular venganza. Como encargado del negocio de viajes de Barceló, el directivo Gabriel Subías era el responsable de ejecutar la absorción de Orizonia, su antigua casa, donde hizo carrera con la familia Fluxá hasta ser consejero delegado, cargo que dejó de manera abrupta tras desavenencias con Carlyle. A cambio de un pico de 60 millones de euros, el destino le brindaba la posibilidad de convertirse en líder de un alicaído sector y ajustar cuentas con el pasado.

Veto de ICG a la opción Barceló

Sin embargo, Barceló fue dueño de Orizonia una semana. Las formas del comprador colado a la fuerza por Lazard desataron la ira del fondo ICG, que en un tenso consejo de administración esgrimió, con un informe sobre la gestión de Subías durante su mandato (caso Marsans), que prefería llevar la compañía a concurso de acreedores antes que entregarla al candidato aceptado por los bancos acreedores. Un órdago que deshacía lo andado y obligaba a una solución de urgencia para no acabar con 5.000 empleos.

En ese momento, a la desesperada, la alternativa de Globalia apareció como único salvavidas. A lo largo de un frenético fin de semana, Pepe Duato, consejero delegado de Orizonia y a la sazón amigo y antigua mano derecha de Pepe Hidalgo, explicó al dueño de Viajes Halcón y Air Europa el estado de la situación y la oportunidad de reemplazar a Barceló de la operación por el mismo precio, 60 millones de euros. No hubo tiempo para due dilligence, bastó con un apretón de manos para sellar el acuerdo.

Casi dos meses después de toda esta carambola, Orizonia vuelve a estar en el aire. La demora de la CNC a la hora de pronunciarse sobre la fusión ha provocado el achique de Hidalgo, que tras adelantar 15 millones de euros no está dispuesto a cumplir con el resto de compromisos financieros hasta tener la certeza absoluta de que contará con todos los parabienes del supervisor. El plantón ha llevado a la compañía a presentar preconcurso de acreedores y a depender de un fallo administrativo.