Mercadona se gasta 50 millones en rescatar a su proveedor de pescados y mariscos

Juan Roig trata de sobreponerse a las espinas con las que se ha encontrado en el intento por comercializar pescado y marisco bajo su formato de éxito. De momento, su cadena de supermercados Mercadona ha tenido que desembolsar más de 50 millones de euros en menos de tres años para cubrir las necesidades financieras de Caladero, el interproveedor en exclusiva para estos productos perecederos que tuvo que quedarse en propiedad hace ahora justo dos años.

Según las cuentas del año 2011, primer ejercicio al completo que Caladero ha estado bajo la tutela de Mercadona, la empresa zaragozana registró unas pérdidas de 27 millones de euros. Este resultado ha sido asumido por la firma de supermercados valenciana, que en octubre de 2010 adquirió el 83,5% que no controlaba de su interproveedor al que fuera fundador de la compañía, Carlos Amorós, tras las diferencias existentes sobre el modelo de negocio a seguir.

De esta manera, Mercadona ha desembolsado en poco más de tres años más de 50 millones de euros en su interproveedor Caladero. La primera aportación tuvo lugar en 2009, tras suscribir una ampliación de capital por 24 millones, por la que recibió a cambio un 16,5% del capital. Sin embargo, es a partir de 2010, tras quedarse con la compañía, cuando la reordenación estratégica del modelo de negocio y el posterior saneamiento han obligado a este esfuerzo millonario.

De acuerdo con la versión oficial, "a lo largo de 2011 se han abordado diferentes iniciativas encaminadas a racionalizar la estructura productiva y a obtener mejoras significativas en eficiencia y ahorro, que lógicamente han tenido su reflejo en las cuentas de Caladero, en especial por la decisión de realizar anticipadamente amortizaciones y evitar duplicidades en los gastos". Un esfuerzo que "está siendo muy positivo" y que debe arrojar buenos resultados este mismo 2012.

Aunque no forma parte de la filosofía de Mercadona participar en el capital de sus interproveedores, la empresa de Juan Roig optó por hacerse con Caladero tras la inversión inicial que tenía comprometida. De esa manera, mientras los antiguos socios se quedaron con parte de la actividad, concretamente la tradicional (mercas-granel), la compañía ha centrado su negocio sólo en producto bandejero, asumiendo en un sólo ejercicio todos los costes y compromisos de esta reordenación.

Como parte de esta reestructuración, encaminada a optimizar los recursos y mejorar la productividad, Mercadona ha amortizado parte de las instalaciones y de la maquinaria que destinaba a otras actividades distintas al bandejero, ha vendido con minusvalías varias filiales de Caladero y ha tenido que cerrar y trasladar algunas plantas de trabajo (Valencia, Tenerife y Las Palmas), con la posterior recolocación de los empleados afectados en bloques logísticos de la propia cadena.

Qué pasa tras romper con Mercadona

A diferencia del caso de Caladero, no siempre que Mercadona rompe un acuerdo con uno de sus interproveedores termina quedándose con la compañía. El año pasado, la cadena de supermercados rompió su relación con la conservera malagueña Ubago, en la que los nuevos socios mayoritarios decidieron desvincular su modelo de negocio empresarial de las exigencias asumidas tras el matrimonio comercial con Juan Roig, al que facturaban el 76% de su producción.

En otros casos, como el de Grefusa, fabricante de snacks y aperitivos para Hacendado, la ruptura del acuerdo con Mercadona se ha producido mediante la venta de la compañía, en ese caso la filial Ibersnacks, a través de la cual se mantenía la relación comercial, a otro operador industrial interesado en heredar el papel de interproveedor de la cadena de supermercados. Aunque puede servir como trampolín para el éxito, no todos quieren la unión con Roig para siempre.