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La auditoría de Deloitte revela que la matriz de Bankia estaba en quiebra técnica
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SU RATIO DE CAPITAL SE SITÚA EN EL 4,7% FRENTE AL MÍNIMO DEL 8%

La auditoría de Deloitte revela que la matriz de Bankia estaba en quiebra técnica

Las fuertes pérdidas sufridas por BFA, la matriz de Bankia, en 2011 dejaron su ratio capital principal en el 4,7%, muy lejos del 8% mínimo que

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La auditoría de Deloitte revela que la matriz de Bankia estaba en quiebra técnica

Las fuertes pérdidas sufridas por BFA, la matriz de Bankia, en 2011 dejaron su ratio capital principal en el 4,7%, muy lejos del 8% mínimo que exige la legislación española. Esto significa que se encontraba en situación de ser intervenida, en vez de un mero relevo 'voluntario' de los gestores y una inyección de capital público. Así se desprende del informe de auditoría de Deloitte a las cuentas anuales, publicado este martes, en el que también añade que BFA se encuentra en causa de disolución según la Ley de Sociedades Anónimas.

BFA (Banco Financiero y de Ahorros) ha presentado unas pérdidas anuales de 3.318 millones en base consolidada y de 7.263 millones, las mayores de la historia de la banca española, en base individual. Estas últimas se explican por una provisión de 5.185 millones para cubrir el desplome de Bankia, su filial cotizada, en bolsa.

El resultado de estas pérdidas es que "tal y como se indica en la Nota 4 de la memoria adjunta, al 31 de diciembre de 2011, el capital principal del Grupo BFA asciende a 7.712 millones de euros, siendo, por tanto, su ratio de capital principal del 4,7% frente al 8% mínimo requerido por la normativa en vigor", según el citado informe de auditoría que firma Francisco Celma.

La caída de los niveles de capital por debajo de los mínimos legales ha sido la causa esgrimida para justificar todas las intervenciones de entidades desde que comenzó la crisis: CCM, CajaSur, CAM y Banco de Valencia. Por el contrario, las entidades nacionaliadas -Unnim, CatalunyaCaixa y NovaGalicia- lo fueron después de no poder cumplir los nuevos mínimos exigidos el año pasado por el Gobierno socialista en el plazo fijado para ello, pero con anterioridad a ese Decreto sí cumplían la normativa vigente.

Deloitte va más allá y también sostiene en su informe que "de acuerdo a lo dispuesto en el Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital, las sociedades anónimas se encuentran en causa de disolución cuando las pérdidas dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad de su capital social. A 31 de diciembre de 2011, el patrimonio neto de Banco Financiero y de Ahorros, S.A. no alcanzaba la mitad de su capital social como consecuencia de las pérdidas acumuladas hasta ese momento".

Esta situación crítica es la que hace necesaria la inyección de 23.465 millones de dinero público para recapitalizar BFA y sacarle de dicha causa de disolución. Es decir, una vez aprobada la concesión de este capital deja de estar en esa situación y puede seguir operando como sociedad anónima, si bien bajo control estatal, como es evidente.

En todo caso, los fondos propios negativos implican que la valoración de BFA para la conversión de los 4.465 millones del FROB será cero o negativa, tal como adelantó El Confidencial el 10 de mayo. En consecuencia, el Estado se hará con el 100% del capital y las siete cajas fundadoras dejarán de tener participación en el banco, con lo que carecerán de recursos para llevar a cabo su obra social.

Deloitte desató la tormenta

Deloitte incluye todas estas opiniones en lo que se llama "párrafos de énfasis", con lo que la auditoría queda limpia de salvedades. Hay que recordar que la negativa del auditor a firmar las cuentas de 2011 -que sólo reconocían una pérdida de 439 millones individual y un beneficio de 41 millones consolidado- por su disconformidad con las mismas fue el detonante de la dimisión de Rodrigo Rato, su sustitución por José Ignacio Goirigolzarri, la nacionalización del grupo BFA-Bankia con la conversión en acciones de los 4.465 prestados por el FROB y, finalmente, la inyección adicional de 19.000 millones para poder acometer un saneamiento completo y reponer sus niveles de capital.

Celma también advierte en su informe de que las cuentas de BFA han sido reformuladas ante el deterior de la situación económica y de la evolución del mercado, que ha obligado a "realizar un análisis de la razonabilidad de las estimaciones y de la valoración y riesgo asociado a los activos y compromisos del Banco".

Añade asimismo las dificultades de la entidad para hacer frente a las exigencias de los dos Reales Decretos de saneamiento aprobados por el Ministerio de Luis de Guindos, y para cumplir las exigencias de capital de la EBA, y la falta de comparabilidad entre las cuentas de 2010 y de 2011 por la segregación de activos entre Bankia y BFA en el último ejercicio con motivo de la salida a bolsa.

Las fuertes pérdidas sufridas por BFA, la matriz de Bankia, en 2011 dejaron su ratio capital principal en el 4,7%, muy lejos del 8% mínimo que exige la legislación española. Esto significa que se encontraba en situación de ser intervenida, en vez de un mero relevo 'voluntario' de los gestores y una inyección de capital público. Así se desprende del informe de auditoría de Deloitte a las cuentas anuales, publicado este martes, en el que también añade que BFA se encuentra en causa de disolución según la Ley de Sociedades Anónimas.

Deloitte