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Presión internacional para que Rajoy meta dinero del FMI y de la UE en la banca española
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ESPAÑA SE NIEGA PARA EVITAR UNA INTERVENCIÓN 'PARCIAL' EN LA ECONOMÍA

Presión internacional para que Rajoy meta dinero del FMI y de la UE en la banca española

La posibilidad de que el sistema financiero español sea recapitalizado con dinero público de forma masiva -el denominado manguerazo- empieza a ser algo más que una

Foto: Presión internacional para que Rajoy meta dinero del FMI y de la UE en la banca española
Presión internacional para que Rajoy meta dinero del FMI y de la UE en la banca española

La posibilidad de que el sistema financiero español sea recapitalizado con dinero público de forma masiva -el denominado manguerazo- empieza a ser algo más que una opción. El Gobierno está recibiendo presiones por parte de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que acepte la recapitalización. Pero, por el momento, la respuesta de Mariano Rajoy es contundente: ‘No, no y no’. Tampoco el ministro de Economía, Luis de Guindos, está por la labor y confía en que el último plan de reestructuración del sector dé resultados.

El Gobierno teme que la utilización de dinero procedente de organismos internacionales -del propio FMI y del Mecanismo de Rescate de la Unión Europea- sea interpretado como una intervención ‘encubierta’ de la economía española, y de ahí que prefiera continuar con sus propios planes de reestructuración bancaria. Pero sin dinero público. La consecuencia es que casi cuatro años después de que estallara la crisis de la subprime, el crédito continúa contrayéndose -un 4% en términos reales- y nada indica que vaya a aflojar el racionamiento a corto y medio plazo.

Al contrario. Arrecia la presión vendedora sobre los bancos españoles en Bolsa, lo cual deteriora todavía más su balance. Buena parte de su inversión crediticia –preferentemente la relacionada con el sector inmobiliario y la construcción- está vinculada a operaciones de apalancamiento financiero, por lo que si el mercado bursátil continúa desplomándose, la banca estará obligada a ejecutar parte de sus préstamos. De la misma manera, la caída de los precios de la deuda pública (que evoluciona en sentido contrario a la rentabilidad) abre un agujero a las entidades de indudable transcendencia. Sobre todo ahora, en que los inversores nacionales han desplazado a los extranjeros en los mercados de deuda.

Igualmente, la mora bancaria continúa escalando a niveles de hace dos décadas, lo cual es coherente con la posición cíclica de la economía española. En palabras del FMI, las autoridades deben evitar un desapalan­camiento “desordenado y destructivo del sistema bancario”.

Según sus cálculos, los balances bancarios europeos pueden reducirse en dos billones de euros (dos veces el PIB español) hasta finales del año 2013, es decir, el 7% del total de los activos.  Y según sus estimaciones, alrededor de una cuarta parte de este desapalancamiento podría ocurrir a través de un recorte del crédito, y el resto principalmente a través de la venta de títulos y activos no esenciales.

Recapitalización parcial

Fuentes de toda solvencia aseguraron a El Confidencial que el Fondo Monetario está presionando cada vez con más fuerza al Gobierno para que acepte la nueva recapitalización. Y en este sentido, se recuerda el informe publicado este martes en Washington, en el que si bien el FMI reconoce que “la recapitalización parcial de los bancos con fondos públicos ya no parece figurar entre los planes”, recomienda que vuelva a ponerse en la agenda. “Quizá sí debería figurar”, sostiene.

Y el argumento que ofrece es, precisamente, que una nueva recapitalización bancaria sería más eficaz para promover el crédito y la actividad  “que muchas de las otras medidas fiscales”. Es decir, que la vía de los recortes fiscales (subir impuestos y reducir gastos) no es suficiente para salir de la crisis. Básicamente porque el ajuste es procíclico a corto plazo, y sin actividad crediticia -por la caída de la demanda solvente- los balances seguirán deteriorándose. Según el FMI, “una contracción rápida del crédito bancario es lo contrario de lo que la economía necesita”.

El Ministerio de Economía, sin embargo, se niega a utilizar los instrumentos de financiación extraordinarios de los que ya dispone la propia Unión Europea. En concreto, la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), destinada no sólo a cubrir las necesidades presupuestarias de los Estados, sino, también, una posible recapitalización de los sistemas bancarios.  No de forma directa, pero si a través de los gobiernos.

A vueltas con el banco malo

Durante algún tiempo se especuló con la posibilidad de la FEEF se utilizara para crear un ‘banco malo’ y despojar a los bancos y cajas de ahorros de sus activos contaminados, pero el ministro De Guindos ha rechazado esta idea apadrinada por el Banco de España. El propio gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, le presentó un proyecto en este sentido nada más tomar posesión del departamento, y el ministro, cortésmente, lo rechazó.

La utilización del dinero europeo permitiría a España disponer de unos 100.000 millones de euros, cantidad que se considera suficiente para sanear de una vez por todas, los balances de la banca. Algunas entidades han estimado que las nuevas necesidades de liquidez podrían ser algo superiores a los 50.000 millones de euros.

El problema, sin embargo, es político, y aunque ese dinero se destinara sólo a las entidades financieras, la opinión pública visualizaría que se trata de un rescate de España, aunque sea parcial, y de ahí que el Gobierno español se resista. Y ello pese a que su capacidad de maniobra es muy limitada. El margen de actuación desde el punto fiscal (déficit y deuda) es nulo y el Fondo de Garantía de Depósitos está prácticamente agotado. El Frob (Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria) podría endeudarse, pero a precios muy altos en unos contextos como los actuales, en los que el bono a diez años tiene una rentabilidad situada en el entorno del 6%.

La posibilidad de que el sistema financiero español sea recapitalizado con dinero público de forma masiva -el denominado manguerazo- empieza a ser algo más que una opción. El Gobierno está recibiendo presiones por parte de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que acepte la recapitalización. Pero, por el momento, la respuesta de Mariano Rajoy es contundente: ‘No, no y no’. Tampoco el ministro de Economía, Luis de Guindos, está por la labor y confía en que el último plan de reestructuración del sector dé resultados.

Mariano Rajoy