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Alicia Koplowitz inyecta dinero en el Ritz para cumplir con la banca
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LA CAÍDA DE LOS INGRESOS OBLIGA A APORTAR CAPITAL

Alicia Koplowitz inyecta dinero en el Ritz para cumplir con la banca

La crisis financiera también afecta y mucho al negocio del lujo, especialmente al sector de los hoteles. El Ritz de Madrid, uno de los establecimientos cinco

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Alicia Koplowitz inyecta dinero en el Ritz para cumplir con la banca

La crisis financiera también afecta y mucho al negocio del lujo, especialmente al sector de los hoteles. El Ritz de Madrid, uno de los establecimientos cinco estrellas más carismáticos de la capital, ha sufrido la caída de los ingresos hasta el punto de que su máxima accionista, Alicia Koplowitz, ha tenido que inyectar capital para hacer frente a las obligaciones con la banca.

 

Así consta en las últimas memorias de resultados del Ritz, controlado por las sociedades Orient Express y Landis Inversiones, la primera propiedad de un grupo estadounidense y la segunda en manos de la exejecutiva de FCC. En 2009, Orient Express aportó algo más de siete millones de euros, mientras que Landis le concedió 6,1 millones en forma de préstamo participativo. Ambas operaciones fueron utilizadas para hacer frente a los créditos que el hotel tenía con Eurohypo.

 

El banco alemán prestó a Alicia Koplowitz y su socio americano cerca de 75 millones de euros cuando la empresaria adquirió el establecimiento a la cadena Le Meridien en 2003 por unos 120 millones. En 2009, últimas cuentas publicadas, la gestora del hotel incumplió sus compromisos con la entidad germana porque la valoración del Ritz fue rebajada por una auditora de forma abrupta para ajustarla a la tasación de mercado. Al tener un valor inferior al que Eurohypo le concedió el crédito, la deuda pasaba de largo plazo a corto y el banco podía ejecutar las garantías.

 

Lo cierto es que los dueños del Ritz siempre habían hecho frente a sus obligaciones financieras y que el incumplimiento se debía a un ajuste contable del valor del negocio. Por ese motivo, Eurohypo no endureció las condiciones del crédito al considerar que Koplowitz cumplía sobradamente con sus pagos. No obstante, esa situación ponía de manifiesto que los ingresos, que llegaron a caer un 23% en 2009, no eran suficientes para cubrir los intereses de la deuda.

 

Por ese motivo, la inversora y su partners hicieron aportaciones en 2009, inyecciones que se han repetido en 2010 y 2011, según fuentes del sector. Los socios acumulan pérdidas de más de 25 millones de euros por esta apuesta, considerada a largo plazo, coyuntura que mejoró sensiblemente el pasado año. En el último ejercicio, la ocupación de las habitaciones ha crecido hasta el 65% desde el 61% de 2010 y el 55% de 2009. En 2008, año del estallido de la crisis, el Ritz gozaba de un ratio del 70%.

 

Aunque no se conocen los datos concretos, el precio por estancia también ha aumentado, si bien sigue estando lejos de los 358 euros que costaba alojarse en el Ritz en 2008, según distintas fuentes. La facturación del hotel, construido por iniciativa de Alfonso XIII a principios del siglo XX, depende a partes casi iguales de la reserva de habitaciones como de los negocios relacionados con actos promocionales, jornadas y convenciones.

 

La situación laboral también se ha arreglado. La gestora del hotel de lujo acometió una reestructuración de personal en 2009 que acabó con el despido de 17 de los algo más de 250 empleados. No obstante, las protestas de la plantilla, que finalmente aceptaron un plan de incentivos por productividad, obligaron al Ritz a volver a contratar a 11 de los despedidos.

 

Pese a todos estos datos, los dueños del Ritz consideran que su inversión ha resistido mejor la crisis que sus competidores. Por ejemplo, el Hotel Villamagna, que estuvo cerrado hasta finales de 2008 tras ser sometido a una profunda reforma, apenas alcanza una ocupación del 40% en los últimos años, con pérdidas que en algunos ejercicios han superado los 11 millones de euros. Este establecimiento es propiedad del grupo portugués Queiroz Pereira.

La crisis financiera también afecta y mucho al negocio del lujo, especialmente al sector de los hoteles. El Ritz de Madrid, uno de los establecimientos cinco estrellas más carismáticos de la capital, ha sufrido la caída de los ingresos hasta el punto de que su máxima accionista, Alicia Koplowitz, ha tenido que inyectar capital para hacer frente a las obligaciones con la banca.

Alicia Koplowitz