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La mayor tragedia desde la II Guerra Mundial pone a prueba a la economía japonesa
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La mayor tragedia desde la II Guerra Mundial pone a prueba a la economía japonesa

Japón se enfrenta a la peor tragedia de los últimos 65 años. La cifra de muertos supera el millar y aunque el alcance de los daños

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La mayor tragedia desde la II Guerra Mundial pone a prueba a la economía japonesa

Japón se enfrenta a la peor tragedia de los últimos 65 años. La cifra de muertos supera el millar y aunque el alcance de los daños provocados por el seísmo, el mayor en la historia de Japón, sigue sin conocerse con exactitud, el Gobierno ya ha advertido de que se trata de la peor crisis en el país tras la II Guerra Mundial. Dos compañías estadounidenses sitúan las pérdidas por encima de los 100.000 millones de dólares. Según expertos consultados por la cadena estadounidense CNN, podría ser el desastre natural más costoso de la historia.

El terremoto ha llegado en un momento en el que la tercera economía del mundo estaba mostrando señales de revivir tras la contracción del último trimestre del año pasado. El desastre generó perspectivas de que muchas empresas clave sufrirán daños, al menos en el corto plazo.

Los mercados financieros japoneses operarán el lunes con normalidad, tal y como anunció el domingo el Gobierno nipón al término de una reunión para evaluar las consecuencias económicas del seísmo de 9 grados en la escala Richter, seguido de un tsunami.

Mantener a raya a los especuladores

Para garantizar la estabilidad financiera tras el desastre, el Banco de Japón (BOJ) inyectará en el mercado una "gran cantidad" de liquidez a partir del lunes, según adelantó el gobernador del emisor nipón, Masaaki Shirakawa. El Financial Times habla de 26.300 millones de euros, tres veces más de lo habitual.

Además, aseguró que el BOJ hará todo lo posible para garantizar que los cortes en el suministro de electricidad anunciados a partir de mañana no afecten al funcionamiento de los sistemas financieros, según la agencia local Kyodo.

La evolución de los mercados también será seguida de cerca por el Gobierno, que se ha comprometido a su vez a tomar medidas contra la especulación y a trabajar con el BOJ para afrontar el impacto financiero del seísmo de forma coordinada.

El terremoto de magnitud 8,9 provocó el desplome de la bolsa japonesa el pasado viernes y, de paso, llevó a los mercados de todo el mundo a mínimos de casi seis semanas.

La economía nipona, a prueba

Japón cayó recientemente al tercer puesto de la economía mundial tras ser superado por China, pero durante más de cuarenta años se mantuvo en el segundo, sólo por detrás de Estados Unidos, debido a su poderosa industria.

En los últimos años, su antaño brillante economía se ha visto lastrada por una persistente deflación, un yen muy fuerte frente a otras divisas fuertes y las perspectivas de un preocupante envejecimiento de la población.

Miyagi, la región más afectada por el seísmo, representa cerca del 1,7% del Producto Interior Bruto (PIB) de Japón, dijo Macquarie Research. "Hay dos preocupaciones básicas relativas a la economía. La primera es que el frágil ciclo económico no está en posición de resistir un trastorno significativo", agregó Macquarie en una nota.

"La segunda es que la combinación de una economía más floja y la tensión adicional sobre las finanzas públicas pondrá una presión al alza sobre los rendimientos de los bonos", agregó.

Los tres principales fabricantes nipones de automóviles, Toyota, Nissan y Honda, mantendrán este lunes paralizada la producción en todas sus plantas de Japón, al no poder asegurarse el suministro de las piezas. También Suzuki anunció la misma medida, mientras el grupo Mazda, con sede en la provincia meridional de Hiroshima, es el único fabricante del motor que planea operar con normalidad.

La industria del motor es un peso pesado en el músculo exportador nipón, que tiene también parte de su fuerza en sectores como el electrónico y tecnológico.

Toyota Motor dijo que había paralizado la producción en una fábrica de componentes y dos plantas de ensamblaje en el área, mientras que Nissan, la segunda mayor automotriz del país, detuvo la actividad en cuatro plantas, informaron medios.

Por su parte, el gigante de la electrónica Sony, uno de los mayores exportadores de la nación, cerró seis fábricas. "Hay fábricas de coches y semiconductores en el norte de Japón, por tanto habrá algo de impacto económico debido al daño a las fábricas", explicó Yasuo Yamamoto, economista de Mizuho Research Institute en Tokio.

Temores del mercado

El yen cayó un 0,3% frente al dólar, antes de recuperarse, mientras que los futuros de acciones del índice Nikkei se hundieron hasta casi un 5%.

El desastre también afectó a los mercados del mundo, con un derrumbe de las empresas de seguros europeas. Los títulos de reaseguradoras como Swiss, Hannover y Munich perdían más de un 4%. Las acciones globales medidas por el índice MSCI retrocedían un 0,4 por ciento hasta su menor nivel desde finales de enero.

El seísmo se sintió poco antes de que la bolsa de Tokio cerrara, por lo que los precios no incorporaron completamente la dimensión del desastre.

"Las acciones probablemente caerán el lunes, especialmente en aquellas compañías que tienen fábricas en las áreas afectadas, pero al final la corriente vendedora probablemente será corta", comentó Mitsuhsige Akino, administrador de fondos de Ichiyoshi Investment Management.

Los futuros de bonos se dispararon por el miedo a que los daños generalizados pongan mayor presión sobre la economía, mientras que los contratos de oro en el mercado de materias primas de Tokio para entrega en febrero de 2012 subían levemente.

"Todavía no sabemos la escala total del daño, pero considerando lo que ocurrió después del terremoto en Kobe, esto ciertamente llevará al Gobierno a aprobar un presupuesto de emergencia. Podemos esperar que el consumo caiga. Esto podría reducir temporalmente el PIB", agregó Yamamoto.

Dado que los tipos de interés de Japón están cerca de cero, según los analistas, el banco central y el Gobierno tienen pocas opciones para actuar, aunque inyectarían más dinero a la economía, pese al riesgo de abultar aún más el enorme déficit fiscal.

"Es difícil calcular la magnitud del daño, pero parece devastador para la economía del norte de Japón. El Gobierno debe actuar rápidamente para anunciar paquetes de ayuda y el banco central debe inyectar más dinero en la economía", afirmó Tsutomu Yamada, analista de mercado de Kabu.com Securities.

Japón se enfrenta a la peor tragedia de los últimos 65 años. La cifra de muertos supera el millar y aunque el alcance de los daños provocados por el seísmo, el mayor en la historia de Japón, sigue sin conocerse con exactitud, el Gobierno ya ha advertido de que se trata de la peor crisis en el país tras la II Guerra Mundial. Dos compañías estadounidenses sitúan las pérdidas por encima de los 100.000 millones de dólares. Según expertos consultados por la cadena estadounidense CNN, podría ser el desastre natural más costoso de la historia.

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