Es noticia
La crisis toca a su fin: la economía vuelve a crecer, pero sin crear empleo
  1. Economía
ESPAÑA SALE POR PRIMERA VEZ DE UNA CRISIS SIN DEVALUAR

La crisis toca a su fin: la economía vuelve a crecer, pero sin crear empleo

El ajuste de la economía española toca a su fin. El pib acabó creciendo en 2010, según el Banco de  España, un 0,6% en términos interanuales,

El ajuste de la economía española toca a su fin. El pib acabó creciendo en 2010, según el Banco de  España, un 0,6% en términos interanuales, y, aunque en media del año todavía cayó un 0,1%, todos los indicadores apuntan en una dirección: el durísimo proceso de estabilización de la actividad económica está a punto de acabar. Aunque no del todo.

 

El débil crecimiento es todavía insuficiente para crear puestos de trabajo, y eso explica que la tasa de paro -que es un indicador retrasado respecto de la actividad- seguirá en el entorno del 20% de la población activa durante algún tiempo. ¿Cuánto? El consenso de los 17 institutos de coyuntura del país estima que hasta 2012 no será posible  rebajar esa tasa. O lo que es lo mismo, alrededor de 4,7 millones de trabajadores seguirán en paro durante los próximos trimestres. El FMI, la Comisión Europea y hasta el propio Gobierno avalan esta previsión. Zapatero (o el candidato que elija su partido) se presentará a las elecciones con una tasa de desempleo no inferior al 18-19%.

Ahora bien, este estudio de BBVA (pág.27) sostiene que excluyendo el sector de la construcción, el resto del aparato productivo puede crear puestos de trabajo a partir de un crecimiento del PIB del 1%, objetivo no tan lejano en el tiempo si se tiene en cuenta que en estos momentos  avanza un 0,6% en términos anuales.Este otro estudio estima (pág,16) que sin el sector de la construcción la economía habría crecido un 1,5% en 2010. O un 0,8% sin inversión en vivienda.

A la espera de que el mayor crecimiento se traslade al mercado de trabajo, la economía -la parte sana del tejido productivo que ha podido sobrevivir a la crisis- recupera el pulso, aunque todavía de forma tímida. Y lo hace, y aquí está la novedad respecto de otros periodos históricos,  gracias a las exportaciones. Pero al contrario que en la recesión de los 90 o de los primeros años 80, la recuperación del sector exterior se produce sin devaluaciones, el instrumento de política económica que  tradicionalmente han utilizado los gobiernos correspondientes para recuperar competitividad. Durante la Gran Recesión, sin embargo, el mecanismo de ajuste casi único ha sido el empleo, lo que explica las altas tasas de paro.

La sorpresa exportadora

 

Como es tradicional en la economía española después de una recesión (gracias a las devaluaciones), el sector exterior tira ahora de la economía, como reflejan estos informes oficiales, pero con un cambio cualitativo de indudable transcendencia. Al contrario que lo ocurrido durante los dos primeros años de la crisis, en los que la recuperación de la demanda externa vino de la mano del desplome de las importaciones, en estos momentos son las exportaciones las que están sosteniendo el crecimiento. Aunque todavía de forma insuficiente para compensar la caída de la demanda interna (consumo público, privado e inversiones).

La debilidad de las importaciones se explica, lógicamente, por la anemia del consumo (tanto público como privado) y de las inversiones. La renta disponible de las familias está por lo suelos, el sector público está inmerso en un duro proceso de ajuste presupuestario y  las empresas no invierten por falta de demanda y ausencia de crédito. Algo que, paradójicamente, está favoreciendo el crecimiento en términos macroeconómicos, aunque sin empleo.

España, por lo tanto, se está aprovechando no sólo del incremento de las ventas a la Unión Europea, sino, sobre todo, a los países emergentes, con tasas de crecimiento verdaderamente notables. Las exportaciones a China crecen un 35,2%, las destinadas a Latinoamérica aumentan un 33,7%, mientras que las que están dirigidas al conjunto de Asia se incrementan un 29,8%. Incluso las destinadas a los países fuera de la UE avanzan un 27,2%. En todos los casos, por encima del 14,6% que crecen las exportaciones al área del euro, lo que explica el 'renacer' (todavía timido), de la industria.

Como sostiene el director del servicio de estudios de un importante banco privado, “a la fuerza ahorcan y las empresas españolas se han visto obligadas a buscar nuevos mercados”. Y de ahí que mientras la demanda nacional detrajo en el cuatro trimestre de 2010 siete décimas de crecimiento del PIB, la demanda externa contribuyó con 1,3 puntos porcentuales, tres décimas más que en el trimestre anterior. El saldo son esas seis décimas que crece la economía respecto al cuatro trimestre de 2009.

Salarios y crecimiento

El perfil de salida de la crisis cuenta, además, con una novedad verdaderamente relevante. Se produce en un contexto de restricción del gasto público, lo que aparentemente debería de haber deprimido más la actividad. Sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario. La economía cayó en 2010 un 0,1%, menos que lo estimado a mediados de año por los analistas, que tras conocer las medidas de ajuste del Gobierno a mediados  de año empeoraron en algunas décimas sus estimaciones de crecimiento.

Ha ocurrido justamente lo contrario, dando la razón a quienes creían que la restricción del gasto público tendría efectos expansivos sobre la actividad. Básicamente porque el comportamiento de los agentes privados en dirección opuesta compensa el ajuste presupuestario. El servicio de estudios del BBVA publicó hace algunos meses un informe en el que sostenía que la contención salarial en la función pública tendría -paradójicamente- efectos positivos sobre los márgenes empresariales, lo que facilitaría la recuperación económica al favorecer los procesos de inversión, tanto en capital fijo como en plantillas.

Son los llamados ‘efectos no keynesianos’ derivados de una política de ajuste fiscal. En concreto, algunos estudios estiman que una reducción del 1% en el peso de los salarios del sector público en el producto interior bruto representa un impacto en la ratio de inversión privada respecto del PIB de 0,48 puntos, en el corto plazo, y de 2,56 puntos acumulados en un periodo de cinco años.

Algunos economistas consideran que a la luz de lo ocurrido en Irlanda o Dinamarca en los años 80, un plan de austeridad intenso como el planteado por el Gobierno “puede tener efectos positivos sobre la actividad”, en particular sobre los salarios en el sector privado.

Aunque es evidente que el menor consumo público tiene consecuencias adversas sobre el crecimiento económico a corto plazo (de ahí que hasta el propio Zapatero anunciara en su día una revisión a la baja de “unas décimas” en el crecimiento del PIB), se considera que en términos macroeconómicos es más relevante el comportamiento del sector privado (85% del PIB), cuyos salarios tienden a imitar lo sucedido en el sector público. Las empresas tienen nuevos argumentos para justificar una mayor contención salarial. Y realmente eso es lo que está pasando. En 2010, los salarios subieron un 1,3%, un punto menos que en 2009, que fue el año más intenso en cuanto a deterioro de la actividad (el PIB cayó un 3,7%).

La incipiente recuperación -ahora si que se observan los célebres ‘brotes verdes’ está avalada, además, por un hecho relevante. Como pone de relieve el último informe de coyuntura del Ministerio de Economía,  los datos de diciembre reflejan que la financiación a los sectores no financieros residentes en España del mes de diciembre un aumento interanual del 0,8%, lo que supone cuatro décimas más que en noviembre. La financiación destinada a las empresas, por su parte, aumentó un 1% (cuatro décimas más que en noviembre) mientras que la dirigida a las familias lo hizo en un 0,4% (dos décimas más que en noviembre), con un mayor crecimiento de la destinada a vivienda, 0,8% en diciembre (desde el 0,4% de noviembre).

Tasas todavía muy suaves pero que apuntan -ahora sí- en la dirección correcta. Otra cosa es saber cuánto tiempo pasará hasta que el paro vuelva a niveles del 10-12%. Desde luego, no antes de un lustro. 

El ajuste de la economía española toca a su fin. El pib acabó creciendo en 2010, según el Banco de  España, un 0,6% en términos interanuales, y, aunque en media del año todavía cayó un 0,1%, todos los indicadores apuntan en una dirección: el durísimo proceso de estabilización de la actividad económica está a punto de acabar. Aunque no del todo.

PIB Banco de España Exportaciones Paro Crisis