¿Tarjetas de crédito y débito? Mantenerlas ya cuesta 50 euros al año, un 6,5% más que en enero

Utilizar el plástico para pagar una compra empieza a ser una práctica de riesgo. Al menos para su bolsillo en forma de comisiones. La banca ha incrementado este año en un 7,4% la cuota anual que cobra por el mantenimiento de las tarjetas de débito, que en enero suponían al usuario 15,43 euros y en octubre ya implicaban un cargo cada doce meses de 16,66 euros. Céntimo a céntimo, las entidades financieras han elevado el importe hasta en cinco ocasiones en lo que llevamos de ejercicio, según datos hechos públicos por el Banco de España. El banco que menos cobra detrae de su cuenta sólo 4,51 euros. El que más, nada menos que 25 euros sólo por mantener operativa la tarjeta.

Si además tiene tarjeta de crédito, la factura sube. A esos 16,66 euros debe sumarle otros 33,30 de media al año. En enero, el coste era sólo de 31,25 euros, lo que implica una subida en diez meses del 6,1%. El banco en que resulta más gravoso tener una tarjeta de crédito le resta de su cuenta corriente nada menos que 47 euros. En total, si tiene en su cartera ambos medios de pago, abona cada ejercicio a su entidad bancaria 49,96 euros, frente a los 46,68 de principios de 2009, un alza del 6,5%. Por primera vez, la suma de ambas comisiones roza los 50 euros, tras el aumento exponencial de los últimos tiempos. En enero de 2008, hace apenas 22 meses, ambas tarjetas suponían sólo 42,50 euros. El crecimiento es del 15%.

A este escenario debe sumarse la aprobación por el Congreso de los Diputados de la Ley de Servicios de Pago, que permitirá a los comercios imponer comisiones a los consumidores que paguen sus compras con tarjetas de crédito a partir de enero de 2010. La nueva norma permite a los comerciantes aplicar un recargo próximo al 1% a los clientes que recurran al plástico, con lo que se les traslada la comisión bancaria que antes abonaban los comercios. Aunque desde diversas asociaciones de comerciantes se ha advertido que no se aplicará de momento la comisión, de llegar a aplicarse la medida podría retraer el uso de las tarjetas de créditos y hasta ralentizar el consumo.

En todo caso, si la opción que se plantea es empezar a pagar en efectivo, como medida preventiva, no estará de más tener cuidado con las comisiones por el uso de los cajeros automáticos, que también se han elevado. En el caso de las tarjetas de crédito, la disposición de efectivo en terminales de la propia red lleva aparejado una tasa de 3,09 euros, frente a los 3,07 de hace apenas dos meses. En el caso de que acuda a un cajero de otra red, el coste será de 3,23 euros, frente a los 3,21 de hace 60 días. Recurrir a la tarjeta de débito no garantiza menores penalizaciones. En la propia red, le supone ya 76 céntimos de euro, frente a los 71 de comienzos de año. En diez meses se han producido dos subidas.