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Otra amenaza para la banca en 2010: el estallido de la burbuja de la deuda pública
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PUEDE PROVOCAR FUERTES PÉRDIDAS A LAS ENTIDADES

Otra amenaza para la banca en 2010: el estallido de la burbuja de la deuda pública

Por si el próximo año no se presentara ya bastante peligroso para la banca, surge una nueva amenaza en el horizonte: las pérdidas que pueden sufrir

Por si el próximo año no se presentara ya bastante peligroso para la banca, surge una nueva amenaza en el horizonte: las pérdidas que pueden sufrir las entidades en sus enormes carteras de deuda pública en cuanto el mercado empiece a anticipar una subida de tipos. Unas pérdidas que se sumarán a las provocadas por la segunda -y más grande- oleada de morosidad, a una caída en picado de los márgenes, a unos balances repletos de activos inmobiliarios sobrevalorados y a un aumento de las exigencias de capital. Además, bancos y cajas incrementarán su exposición de los bonos del Tesoro en los próximos meses, con lo que el riesgo seguirá creciendo.

Aunque las grandes entidades lo niegan públicamente, lo cierto es que el sector se ha dedicado con fruición al llamado carry trade, que consiste en tomar prestado dinero al 1% en el BCE (aprovechando la barra libre de liquidez) para invertirlo en deuda pública, que renta entre el 3,5% y el 4%, con lo que las entidades ganan la diferencia. Así, el 50% del aumento del saldo vivo de la deuda del Estado en 2009 ha sido adquirido por bancos y cajas.

Pero esta práctica tiene los días contados, por culpa de las subidas de tipos que acometerán los bancos centrales el próximo año. Los expertos no esperan que Jean-Claude Trichet, el presidente del BCE, suba los tipos hasta bien entrado 2010; y cuando lo haga, lo hará de forma muy suave y espaciada en el tiempo. Ahora bien, la deuda pública es un mercado, y como tal se anticipa a los movimientos, con lo que es de esperar que los tipos de los bonos a largo plazo empiecen a subir bastante antes de que lo hagan los tipos a corto (los que fija el banco central). Cuando el tipo de interés -rentabilidad- de la deuda sube, su precio baja, con la consiguiente pérdida para el tenedor de los bonos.

Además, hay otros elementos que presionan a favor de una subida de las rentabilidades (caída de los precios) de la deuda: la recuperación de las economías de la zona euro -no la española-, la posible emergencia de fuerzas inflacionistas provocadas precisamente por el exceso de liquidez y el elevado agujero de las cuentas públicas de los principales países, que tiene que ser financiado mediante la emisión de más deuda: es decir, más oferta de papel en el mercado, que también empuja a la baja los precios.

Por tanto, nos encontramos con una situación potencialmente explosiva porque los bancos y cajas ya tienen unas carteras muy grandes de deuda pública que sufrirían fuertes pérdidas en un escenario como éste. Según fuentes del sector, el propio Banco de España está preocupado por este riesgo; aunque no lo considera todavía demasiado grave comparado con los grandes problemas que tienen las entidades en sus balances, sí empieza vigilar de cerca estas posiciones para evitar un nuevo incendio en el sector.

Algunas entidades ya han puesto de manifiesto la gravedad de esta amenaza: la semana pasada, el Banco Sabadell anunció que había vendido todas sus posiciones en deuda pública a 10 años para eliminar el riesgo de que suban los tipos de interés de estos activos. Tomás Varela, director financiero del Sabadell, explica que "anticipamos una posible caída de los precios y por eso decidimos eliminar totalmente la exposición a bonos a 10 años, ni españoles ni de ningún otro país".

Más compras de bonos a la vista

Pero la tendencia general no es ésa, sino la contraria: aumentar las posiciones en bonos del Estado. Un informe de Ahorro Corporación estima que las compras van a continuar tanto por la pendiente de la curva de tipos (diferencia entre los tipos a corto y largo plazo, que es lo que permite el carry trade), como por los nuevos requisitos internacionales de liquidez, que exigen a las entidades contar con un colchón importante de activos de máxima calidad, es decir, deuda pública.

La analista de Ahorro Corporación Virginia Romero opina que esta demanda por parte de la banca es una gran noticia para los Gobiernos, que podrán colocar las enormes emisiones de deuda que prevén para 2010: España ha anunciado la venta de 211.500 millones de euros (récord histórico), cifra que es incluso superada por Alemania, Italia y Francia. No obstante, hay quien discrepa de este optimismo: Barclays considera que las compras masivas de deuda pública por parte de los bancos se reducirán drásticamente a partir del segundo trimestre del próximo año.

Otro elemento de discordia es si esta demanda por parte de las entidades será capaz de anular todos los elementos -subida de tipos, recuperación económica, inflación y déficits públicos- que presionarán a la baja el precio de la deuda. Ahorro Corporación cree que sí va a anularlos, es decir, que no vamos a asistir a un desplome de la deuda en 2010. Pero el riesgo está ahí y los bancos y cajas pueden guardar en sus balances una nueva bomba de relojería.

Por si el próximo año no se presentara ya bastante peligroso para la banca, surge una nueva amenaza en el horizonte: las pérdidas que pueden sufrir las entidades en sus enormes carteras de deuda pública en cuanto el mercado empiece a anticipar una subida de tipos. Unas pérdidas que se sumarán a las provocadas por la segunda -y más grande- oleada de morosidad, a una caída en picado de los márgenes, a unos balances repletos de activos inmobiliarios sobrevalorados y a un aumento de las exigencias de capital. Además, bancos y cajas incrementarán su exposición de los bonos del Tesoro en los próximos meses, con lo que el riesgo seguirá creciendo.

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