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Las empresas españolas pierden las ayudas públicas que sí disfrutan los bancos europeos
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OCAÑA ANUNCIA QUE ESPAÑA NO RECURRIRÁ LA DECISIÓN DE BRUSELAS

Las empresas españolas pierden las ayudas públicas que sí disfrutan los bancos europeos

El Gobierno ha sufrido una durísima derrota en Bruselas respecto a la polémica deducción del fondo de comercio en las compras en el extranjero de las empresas

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Las empresas españolas pierden las ayudas públicas que sí disfrutan los bancos europeos

El Gobierno ha sufrido una durísima derrota en Bruselas respecto a la polémica deducción del fondo de comercio en las compras en el extranjero de las empresas españolas, que la Comisión Europea declaró ayer ilegal por constituir una ayuda de Estado. El Ejecutivo de Zapatero ha conseguido que las empresas no tengan que devolver la deducción practicada por las adquisiciones anteriores a 2008, pero que se condene a España por esta norma fiscal mientras todos los países europeos han inyectado miles de millones de dinero público en sus bancos supone un agravio comparativo en toda regla.

"Se suponía que, después de autorizar las ayudas públicas masivas a la banca, la Comisión Europea no iba a atreverse a anular esta ventaja fiscal de las empresas españolas, por el escandaloso agravio comparativo que supondría", explica un experto fiscalista. Por tanto, "la decisión de Bruselas deja en muy mal lugar al Gobierno español", añade.

El denominado ‘fondo de comercio financiero’, aprobado en 2002 bajo el Gobierno de Aznar, consiste en la deducción, a lo largo de 20 años (a razón del 5% anual), de la diferencia entre el precio pagado por una empresa y su valor contable. Esta deducción implica que el 30% -el tipo del Impuesto de Sociedades- del fondo de comercio que pagaban las empresas en sus adquisiciones se lo regalábamos todos los españoles. Esta ventaja fiscal explica en buena medida la vorágine de adquisiciones de las grandes empresas españolas en el exterior en los últimos años –nuestras compañías pueden pagar un precio más alto- y, lógicamente, había levantado ampollas en los demás países de la UE.

Esta ventaja fue atacada duramente por el expediente abierto por Bruselas a finales de 2007, que desmontaba todos los argumentos con los que el Gobierno español defendía la legalidad de la medida. Es decir, que podía haber sido peor todavía: la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, podría haber obligado a todas las empresas a devolver toda la deducción de la que se han beneficiado desde 2002, que se cifra en unos 30.000 millones de euros.

Pero la sangre no ha llegado al río, y la Comisión ha aceptado la propuesta del Gobierno español, adelantada por El Confidencial cuando se abrió el expediente: salvar las operaciones ya hechas a cambio de la eliminación de esta ventaja para las operaciones futuras. Esta concesión a nuestro Gobierno no es completa, porque lo lógico habría sido salvar todas las operaciones realizadas hasta ayer y no hasta diciembre de 2007, fecha del expediente.

En todo caso, tampoco importa demasiado: las grandes compras, como la de O2 por Telefónica, Abbey por Santander y Scottish Power por Iberdrola, fueron anteriores a junio de 2007. Todas ellas podrán seguir deduciéndose el fondo de comercio hasta que expire el citado plazo de 20 años. La principal operación que tendrá que devolver el dinero es la compra de Alliance & Leicester por el banco de Emilio Botín. Y, a partir de ahora, las empresas españolas ya no podrán gozar de esta ventaja.

El Gobierno, "satisfecho"

En todo caso, se trata de un agravio comparativo con el resto de Gobiernos europeos, que sí han recibido autorización para las inyecciones de capital público a la banca. Y no se trata sólo de estas ayudas: Bruselas también ha autorizado ayudas fiscales de otros países, como el llamado 'interest box' de Holanda, que reduce la tributación de los ingresos financieros que se producen dentro de un mismo grupo empresarial.

Pese a este agravio, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, declaró ayer sentirse satisfecho con la decisión de Bruselas y que el Gobierno no piensa recurrir la propuesta de la Comisión Europea. Por tanto, procederá a suprimir el artículo del Impuesto sobre Sociedades que da derecho a las empresas españolas a practicar estas deducciones cuando se compran compañías extranjeras.

Las compras en EEUU, en el aire

Un fleco que deja pendiente la Comisión Europea se refiere a las adquisiciones de empresas fuera de la UE, algo que afecta a las numerosas compras de bancos en EEUU por entidades españolas en los últimos años. En principio, no deberían estar sometidas al escrutinio de Bruselas, pero sí es competente si las entidades españolas han competido con otras europeas por estas compras.

"Por lo que respecta a las adquisiciones en países que no pertenecen a la UE, las autoridades españolas aducen que persisten obstáculos específicos y que en un futuro próximo presentarán a la Comisión elementos adicionales a este respecto. Por lo tanto prosigue la investigación sobre esta parte de la medida. También se están llevando a cabo conversaciones constructivas con España sobre la configuración de un futuro régimen.", señala el comunicado de la Comisión.

El Gobierno ha sufrido una durísima derrota en Bruselas respecto a la polémica deducción del fondo de comercio en las compras en el extranjero de las empresas españolas, que la Comisión Europea declaró ayer ilegal por constituir una ayuda de Estado. El Ejecutivo de Zapatero ha conseguido que las empresas no tengan que devolver la deducción practicada por las adquisiciones anteriores a 2008, pero que se condene a España por esta norma fiscal mientras todos los países europeos han inyectado miles de millones de dinero público en sus bancos supone un agravio comparativo en toda regla.

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