El rompecabezas chino de Nigeria

La industria energética de Nigeria es un caos. La violencia ha provocado un recorte en la producción de petróleo desde los 2,6 millones de barriles por día en 2005 hasta los 1,7 millones a fecha de hoy. Paradójicamente, las disfunciones de las refinerías significan que en realidad el país importa un 85% del combustible que utiliza.

¿Puede el grupo estatal China National Offshore Oil arreglar esto? No. Pero depender de las perspectivas de una gran inversión por parte de Cnooc en Nigeria es un propósito útil para el Gobierno.

Una nueva normativa tendría como objetivo, entre otras medidas, elevar los cánones sobre los yacimientos mar adentro. Estos, actualmente, tienen unos términos más laxos para incentivar las inversiones, y también son menos vulnerables a los ataques que otros campos que pagan más impuestos y están más cerca del violento foco del Delta del Níger. Los operadores actuales como Royal Dutch Shell (RDSA) han advertido de que las propuestas podrían afectar a las inversiones mar adentro.

Poniendo en juego a un rico comprador motivado por preocupaciones sobre su suministro de energía doméstico más que por criterios financieras, se aprieta las tuercas a las grandes compañías occidentales. Un 11% de la producción de Shell procedió de Nigeria en 2008, y otras compañías como Chevron y Exxon Mobil cuentan con intereses en el país.

Los gigantes tienen algo de margen para resistir y deben hacerlo si hay perspectivas de que Cnooc eche un pulso a su situación. Sebastian Spio-Garbrah, de Eurasia Group, apunta que la nueva normativa también es impopular en el país. Mientras, las elecciones primarias del partido que tendrán lugar el próximo año, anticipando los comicios de 2011, retrasarán el debate y alentarán la violencia.

Cnooc y Pekín también deben ponderar los beneficios de "asegurarse" el suministro de un país inestable que también está sujeto a una cuota de producción de la OPEP. Además, al igual que el modo en que el surgimiento de los grupos petroleros estatales han contribuido a las primas de adquisición del sector energético, ahora proporcionan un aliado útil para los gobiernos que quieren una mayor parte de los beneficios.