Cisma en la Fundación de las grandes empresas tras los cambios impulsados por el presidente Juan Arena

La institución que aglutina buena parte de la obra social de las grandes empresas del país vive tiempos convulsos. Fundación Empresa y Sociedad decidió cambiar hace un año de presidente. El elegido fue Juan Arena, ex presidente de Bankinter y ahora docente en la prestigiosa Universidad de Harvard, que asumió el encargo de liderar una transición silenciosa y al final tendrá que desfilar en breve ante los tribunales de justicia.  

El próximo 30 de septiembre, en los juzgados de lo Laboral de Madrid, tendrá lugar la vista oral del juicio que debe resolver sobre el despido (o “desestimiento de contrato”) de Francisco Abad, el que fuera fundador y director general de Fundación Empresa y Sociedad desde 1995 hasta mayo de este año. Un relevo resuelto de manera oficial con una mención de agradecimiento por el “trabajo desempeñado a lo largo de todos estos años” que, sin embargo, esconde un conflicto silenciado.

 

El pulso entre el nuevo equipo y su antiguo fundador no ha trascendido a los socios de Fundación Empresa y Sociedad, una institución que aglutina a 121 empresas que representan casi el 20% del PIB. De hecho, su patronato  está formado por personajes tan relevantes como Maite Arango (Vips), Jaime Castellanos (Lazard), Alfredo Sáenz (Santander), Vicente Moreno (Accenture) o Sebastián Escarrer (Sol Meliá) y cuenta habitualmente con la presencia del Príncipe de Asturias para presidir actos.

El conflicto que tendrá que resolverse en breve estalló el pasado mes de mayo, después de que Juan Arena formalizara la llegada de su propio equipo, con la incorporación de Ana Sainz, procedente también de Bankinter, donde había sido su directora de gabinete, como nueva directora general. Para hacer hueco a su gente, Francisco Abad fue invitado a pactar su salida con una oferta que no recogía, según explican en su entorno, las condiciones incluidas por contrato.

De nada ha servido la mediación voluntariosa entre las partes efectuada por el ilustre abogado Antonio Garrigues, miembro también del comité ejecutivo de la fundación, para que el conflicto se resolviera por vía amistosa y, sobre todo, sin que trascendiera más allá de las paredes de Fundación Empresa y Sociedad. De hecho, ningún portavoz oficial ha querido pronunciarse sobre este tema ante las preguntas de este diario, prefiriendo guardar silencio.

Las diferencias en la liquidación de su relación laboral, redactado en su día por Uría Menéndez, despacho de abogados que forma parte del patronato de la fundación, donde ocupa la secretaría general, no son el único punto de fricción. Además de la renovación del equipo directivo, incluido el anterior presidente, Felipe Oriol, que ocupó el cargo una década, Arena ha impulsado una serie de cambios en los estatutos de la Fundación llamados a romper con parte de su pasado.

Este nuevo rumbo chocó con la visión que Francisco Abad tenía de su criatura. El espíritu original de Fundación Empresa y Sociedad se sometía a cambio, un ejercicio que su fundador considera contrario a los principios que alumbraron su creación. Entre las novedades, Arena pretende eliminar la prerrogativa por la cual los tres fundadores tienen potestad para nombrar a los patronos cada tres años, una cuota de poder que “tiene estrangulada a la organización”.

Los estatutos, redactados en su origen y actualizados en 2002 por Garrigues, otro despacho miembro del patronato, guardan la llave del poder dentro de Fundación Empresa y Sociedad. Ante este desalojo total, incluida la relación laboral, Abad ha presentado un documento ante el Ministerio de Sanidad, del que ahora depende el Protectorado de Fundaciones, para consultar la legalidad del cambio de los estatutos. Dependiendo del fallo, que se espera para octubre, habrá segunda parte.