Comienza el espectáculo: las cajas de ahorros se lanzan a la carrera de las fusiones

Elena Salgado dio ayer el pistoletazo de salida: ya había numerosas cajas preparando su fusión a la espera de que se aprobara el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), pero el anuncio de que sólo contará con 36.000 millones de euros en 2009 va a acelerar notablemente el proceso. Todo el mundo quiere ser el primero a la hora de 'poner el cazo' en el Banco de España antes de que se acabe el maná de dinero público, no sea que alguna entidad no llegue a 2010.

Es cierto que las conversaciones ya habían comenzado hace meses y que ya se estaba preparando una parrilla de salida para ver quién era el primero en presentar su plan de fusión a Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Pero ahora es más que previsible que, sabiendo que no va a haber dinero para tanta gente, se aceleren los procesos en marcha y se inicien a toda prisa otros nuevos.

"Todo el mundo está hablando con todo el mundo en el sector", reconocen en una caja mediana, que añade que estas prisas están reñidas con el gran obstáculo de estas operaciones, consagrado por la versión final del FROB: la politización de estas entidades. "En las conversaciones el tema principal no es la situación de solvencia de cada uno, sino cómo encajar a todos los cargos; es decir, cada uno busca salvarse a sí mismo".

Claro que los políticos se enfrentan a un tremendo imponderable: la situación crítica que atraviesan muchas cajas ante el crecimiento galopante de la morosidad, el aluvión de provisiones, la insuficiencia de los ingresos -y eso que el estrechamiento de márgenes no llegará hasta 2010-, la falta de activos líquidos (todo el ladrillo que se están 'comiendo' es ilíquido en estos momentos) y la necesidad de afrontar los vencimientos de deuda más urgentes. Si la entidad está al borde del abismo, por más que la vicepresidenta niegue que haya ninguna en esa situación, tendrá que fusionarse por las buenas o por las malas, aunque sus políticos tengan que buscarse un destino menos confortable.

Procesos en marcha... o no tanto

En esto llevan ventaja los que ya tienen iniciado el proceso sobre los que simplemente están hablando. Poner en marcha un plan de fusión es muy complicado por todas estas cuestiones de integración de los cargos, y más cuando tiene que ser lo suficientemente creíble y sólido para que dé el visto bueno el Banco de España. Ahora bien, si se trata de cajas relativamente pequeñas y del mismo color político, no hay que descartar que se precipiten los anuncios en las próximas semanas para tratar de llegar a tiempo.

De momento, el proceso que parecía más avanzado es el de Caja Duero y Caja España, que habían ideado una estructura complicadísima que sólo se explica para salvaguardar a los cargos políticos de ambas. Pero, según fuentes solventes, el plan de fusión que estaba diseñando KPMG se ha frenado para dar entrada a Caja Burgos, pese a que ésta entidad lo ha negado oficialmente.

También está muy avanzado el proyecto catalán de unión a tres bandas entre Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Girona, donde ya está metido un importante despacho de abogados. Aquí el problema, según fuentes conocedoras de la situación, es que las tres cajas de las diputaciones quieren dar entrada a una cuarta o incluso a una quinta entidad: en teoría, se vendería como un intento de ganar más tamaño para acercarse a La Caixa, pero las fuentes aseguran que temen que el Banco de España no apruebe el plan de las tres porque la que está en peor situación, Caixa Catalunya, es mucho más grande que las otras, con lo que la fusión no resolvería el problema.

También parece haberse puesto en marcha otro proceso de fusión en Cataluña entre varias de sus cajas más pequeñas: Sabadell, Manlleu y Terrassa, con la posible incorporación de Manresa, según publicaba ayer el periódico La Vanguardia. Según dicha información, las conversaciones habrían comenzado hace dos meses, se encontrarían muy avanzadas y tendrían el visto bueno de la Generalitat y de MAFO.

El caso de Cajasur

Finalmente, tenemos el caso de Cajasur, que pretende fusionarse con Caja Murcia para evitar la voracidad de los dos gigantes andaluces, Unicaja y Cajasol. Pero la marcha atrás del FROB en su intención de permitir que el Banco de España promoviera fusiones interregionales deja a la entidad del cabildo de Córdoba a los pies de los caballos. Dada su crítica situación, es difícil que termine el año sin ser absorbida por una de sus vecinas.

A más pequeño nivel, Caja Ávila y Caja Segovia también han admitido su intención de iniciar conversaciones. Estas son las operaciones reconocidas, porque los rumores son de todo tipo, y probablemente crecerán todavía más a partir de ahora: se ha hablado de CAM con Caixa Galicia, de ésta con su vecina Caixanova, de que Caja Madrid pudiera absorber a Segovia y Ávila, e incluso de la boda de la entidad que todavía preside Miguel Blesa con Caixa Galicia.