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Sudar, sufrir y crecer: derrota agridulce de Rafa Nadal, que dice adiós a Brisbane (7-5, 6-7 y 3-6)
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En cuartos del ATP 250

Sudar, sufrir y crecer: derrota agridulce de Rafa Nadal, que dice adiós a Brisbane (7-5, 6-7 y 3-6)

Se termina el primer torneo del año, y desde su regreso, para Nadal tras un durísimo encuentro ante un enorme Thompson. Desperdició tres bolas de partido en el segundo set

Foto: Rafa Nadal y su derecha en los cuartos de final. (Europa Press/AAp/Jono Searle)
Rafa Nadal y su derecha en los cuartos de final. (Europa Press/AAp/Jono Searle)

Rafa Nadal cayó en los cuartos de final del ATP 250 de Brisbane tras perder ante Jordan Thompson por 7-5, 6-7 y 3-6 en un partido que duró casi tres horas y media. Después de dos rondas relativamente sencillas para el español, donde lo más destacable era la buena forma ofrecida en pista tras casi un año parado por sus lesiones, Nadal demostró que no se le ha olvidado lo que es sufrir en la pista, dejando una gran imagen, pese a perdonar tres puntos de partido. Encuentro duro, de los que se sacan con sudor y casi lágrimas, de los que chirrían los dientes, pero que terminó con la primera derrota del año (a nivel individual).

El español, alejadísimo de los puestos altos del ránking mundial, afrontó su segundo partido en menos de 24 horas, con el objetivo de lograr ritmo competitivo. Y si lo que necesitaba era competir, eso es lo que le dio Thompson. Nadal apretó mandíbula y tiró de aguante. No se le vio ofrecer un tenis espectacular como por momentos sí sucedió en días previos, pero pensando a medio plazo y lo que será verse las caras con los Djokovic, Alcaraz y compañía, esta experiencia le vino de lujo al manacorí. Una lástima las tres bolas de partido de las que gozó en el segundo set.

El público australiano demostró tener en Nadal a su favorito, pese a los numerosos locales, y eso se notó con su entrada en pista. Rostro serio, gesto contenido, mano al alto para agradecer la ovación imponente que la pista central de Brisbane, Pat Rafter Arena, mismo ritual que en los dos primeros partidos del torneo ATP 250. Y, cómo había sucedido ante Thiem y ante Kubler, el servicio fue fundamental para Rafa.

Foto: Rafael Nadal, en su partido frente a Jordan Thompson (EFE/EPA/JONO SEARLE).

El español tardó doce saques en no sumar punto en su primer saque. Quizás, el mejor saque de siempre para el ganador de 22 Grand Slams. Las cámaras enfocaban a su entrenador, Carlos Moya, todo un experto en el servicio durante su carrera, que seguro habrá trabajado este apartado con Nadal durante estos largos meses de ausencia por problemas físicos.

Thompson, un jugador algo anárquico en pista, pero de talento indiscutible, sacó las garras en el tercer juego con saque para Nadal. Después de haber sufrido, y mucho, ante el impenetrable servicio inicial de Rafa, el tenista local se lanzó al resto con todo perdido (40-0 en el marcador), y generó dudas lógicas en el español. Trabajó más de la cuenta, pero se lo acabó llevando para poner el 3-2.

placeholder Gran desempeño de Thompson en los cuartos. (EFE/EPA/Jono Searle)
Gran desempeño de Thompson en los cuartos. (EFE/EPA/Jono Searle)

La tensión se notó en los músculos de Nadal. Eran cuartos de final, con dos victorias previas cómodas en su haber, y, a pesar de que el objetivo de estos torneos es coger forma para competir a medio plazo, la sed de triunfo es lo que tiene. No estuvo tan suelto como otros días, pese a ello, puso en problemas el tercer servicio de Thompson, a ratos totalmente concentrado, a ratos distraído. Cuando más cerca tuvo el break, dos bolas largas consecutivas al resto de Rafa dieron oxígeno al australiano.

El aire que respiró Thompson, se lo arrebató a Nadal. Las sensaciones era de máxima igualdad, pero, lógicamente, las dudas asaltaron al español. Olió la sangre el australiano y no dejó de atosigar a su rival. ¿El resultado? Primer break de todo el torneo en contra de Rafa. 3-4 y servicio para Thompson. Era momento para apretar los dientes, antes de apretar el puño. La respuesta del manacorí fue impecable: ¡un único punto concedido y break anulado!

Con mucho trabajo, Nadal sacó adelante su servicio para poner contra las cuerdas a Thompson, en un duelo de altísimo nivel tenístico. El australiano sirvió sabiendo que, si cedía su saque, se acaba el set. No le pesó la muñeca y endosó un juego en blanco al español. La primera manga del partido se encaminaba al tie break si no se ponía remedio... Y ahí salió el manacorí. 7-5 y primer set para Nadal. Una hora y once minutos duró la primera manga, durísimo enfrentamiento.

Los nervios de Thompson

A la hora y medio de partido, se vio al Nadal de toda la vida. Punto larguísimo, con 40 iguales en el segundo servicio de su rival (2-1 en el marcador), bote a la línea de Thompson y Nadal se la tuvo que jugar con globo de supervivencia. Smash aparentemente sencillo para él, pero Rafa leyó bien la estrategia y reseteó el punto, sendas derechas, sendos ataques... Y el australiano cedió ante la presión. El español no llegó a conseguir el break, era lo de menos.

A pesar de los nervios del Thompson, dejando gestos, malas caras y algún que otro amago de crisis, el tenista de 29 años volvió a demostrar que si no está más arriba en la élite del deporte no es por culpa de falta de talento. El australiano apretó y no se dejó ir a pesar de perder el primer set. Nadal, eso sí, aguantaba su servicio con este aire renovado y logró endosar un juego en blanco para poner el 4-3 en el marcador.

Uno de los grandes puntos del partido llegó firmado por Nadal y con recuerdo para Michael Laudrup. Contradejada mirando al tendido que incluso levantó de su silla al umpire del partido. Pura clase, pura elegancia, y muchas piernas para llegar a esa pelota después de dos horas de partido.

placeholder Nadal, en pleno saque. (Europa Press)
Nadal, en pleno saque. (Europa Press)

Con 30-30 y 5-5 en el marcador, la cara pensativa de Thompson hacía presagiar que le quedaba poco al encuentro. Nadal se hizo fuerte restando desde el fondo y lograba su primer punto de partido. Lo tuvo en la mano, pero el smash con escorzo se marchó fuera, después de haberlo hecho perfecto. Se rehizo Thompson con dos saque/red consecutivos. Muy valiente el australiano al mandar un mensaje: Rafa, te queda por sudar.

Y tanto que quedaba. Thompson llevó al límite el servicio del español, y cuando lo tenía en su mano, Rafa devolvió un revés a la línea ante el que el australiano sólo pudo aplaudir con la raqueta con deportiva. Instinto de supervivencia made in Nadal. No se puede explicar de otra manera. Qué difícil es entender la realidad cuando juega el manacorí. El único punto realmente negativo del partido: ver a Rafa tocarse el muslo durante un descanso con resignación en un descanso. Aunque continuó sin aparente problema físico.

Como no podía ser de otra forma, el segundo set se decidió en el tie break. "Vamos, va", susurró Nadal. Que comenzó la muerte súbita con dos restos ganadores consecutivos. 3-0 para empezar de la mejor manera. Sacó bien el manacorí, restó mejor el australiano. La derecha no le acompañó y cedió ambos servicios para dar vida a Thompson con el 3-2. Sí, sí, esto consistió en sufrir.

Nadal demostró tener más pulmones y piernas que Jordan en esos momentos, sacando adelante un resto larguísimo para colocar el 4-3 en el marcador. Dos saques para quedarse a punto de llevarse el set y el partido. El primero, dentro. El segundo... ¡Smash fuera de Nadal! Se le marchó largo un remate que no orientó bien. No era la jugada. Desperdició, además, su segunda bola de encuentro. Los nervios le jugaron una mala pasada a Rafa cuando más fácil lo tenía. La tercera pelota de partido llegaba en su servicio... ¡y Thompson no se rendía!

6-6 en el tie break. A estas alturas, el público australiano aplaudía cada esfuerzo de los tenistas. Impresionante desempeño de Thompson en la red para lograr su primera bola de set. Y coronó, vaya que si coronó. 6-7 y todo se decidiría en el tercer set. ¿Aguantaría su físico?

El tercer set de la resignación

Tuvo un inicio complicado en la tercera manga Thompson, de esos servicios que duelen al que los recibe. En todo momento parecía que perdía el juego... para luego llevárselo con dos golpes contundentes. A esas alturas de partido, sobraba decir que, probablemente, se estaba viendo la mejor versión de siempre del australiano. Crecido ante su público y ante una leyenda como Nadal. Aguantó la embestida con resignación Rafa, tratando de encontrar de nuevo sensaciones, y llevándose su saque en un juego ajustado.

El partido navegaba en la fina línea entre la epicidad y el conformismo. A estas alturas de temporada, ambos tenistas sabían que no era el momento para este desgaste. Pero es lo que tiene querer ganar por encima de todo. Thompson demostró su voracidad, rompiendo el saque de Nadal, segunda vez en el encuentro, y poniendo muy cuesta arriba el encuentro para el español.

Con 1-4 en el marcador, Nadal pidió al fisioterapeuta, de cara a masajear sus muslos. Regresó a la pista sin problemas... Y endosó un juego en blanco. El español se soltó los nervios, sabedor que era un partido que, de perderse, entraba en los planes. No se dejó llevar Rafa, que demostró orgullo. Thompson se mantuvo frío en su servicio y, con eso, le valió para llevarse una victoria que recordará en años posteriores. Final de partido 3-6, y de competición, agridulce para Rafa. Pero hay que confiar en un plan que, de momento, se está cumpliendo.

Rafa Nadal cayó en los cuartos de final del ATP 250 de Brisbane tras perder ante Jordan Thompson por 7-5, 6-7 y 3-6 en un partido que duró casi tres horas y media. Después de dos rondas relativamente sencillas para el español, donde lo más destacable era la buena forma ofrecida en pista tras casi un año parado por sus lesiones, Nadal demostró que no se le ha olvidado lo que es sufrir en la pista, dejando una gran imagen, pese a perdonar tres puntos de partido. Encuentro duro, de los que se sacan con sudor y casi lágrimas, de los que chirrían los dientes, pero que terminó con la primera derrota del año (a nivel individual).

Rafa Nadal