Año nuevo, mismo Rafa Nadal: emocionante victoria en su regreso ante Thiem (7-5 y 6-1)

Había dudas y cierto temor en ver cómo iba a ser el regreso de Rafa Nadal a las pistas. Después de la toma de contacto que supuso el partido de dobles junto Marc López de hace unos días, donde los españoles cayeron derrotados ante Jordan Thompson y Max Purcell, el manacorí debutó en solitario en el ATP 250 de Brisbane con una contundente victoria ante Dominic Thiem por 7-5 y 6-1 en hora y media. Habían pasado 351 días desde su última celebración.

La mejor de las noticias no fue el resultado, bastante sobrado ante un rival de altura como el austriaco, aunque no esté pasando por su mejor momento, sino la imagen ofrecida en pista. Nadal llevaba un año alejado de la competición, con 37 años a sus espaldas e incontables lesiones acumuladas en su cuerpo. Quién lo diría viendo los primeros juegos en tierras australianas: a Rafa se le vio rápido de piernas, confiado en su derecha y, sobre todo, con la mirada competitiva que le caracteriza.

El servicio del español fue impecable en la primera manga, al igual que la de Thiem, un especialista en su saque. Ahí, Nadal dejó puntos de bella factura, demostrando que lo de regresar para competir iba en serio. Si alguien se esperaba que Rafa venía a pasearse por algunos torneos para recibir aplausos y homenajes, se equivocaba. El last dance del español es en condiciones... siempre que el físico le respete. El primer set se decidió ajustado, con ambos tenistas dominando su servicio, pero con victoria para el de Manacor.

Un inicio arrollador en el segundo set

Debe ser complicado que un tenista veterano, de 37 años, actualmente en el ranking 627 del mundo, te ponga contra las cuerdas nada más arrancar un ATP 250. Y esto le pesó demasiado a Thiem. El austriaco, otrora candidato a jugador de élite y que llegó a ser el tercer mejor jugador del mundo en el 2020, vive un momento delicado en su carrera (peleando por estar entre los 100 mejores del ranking) y eso se notó en su cabeza. Un break temprano de Nadal acabó por decantar esta segunda manga, que apenas sufrió durante los juegos.

No hubo encuentro en el segundo set. Nadal dominó impecable, jugando con la cabeza de su rival, que cedió la raqueta. La derecha del español corría como en los viejos tiempos y el saque del austriaco no era una amenaza real. 6-1 y puño al cielo. Rafa se reencontraba con el dulce sabor de la victoria sin apenas fallos (apenas una doble falta justo antes de celebrar).

El año nuevo empieza con un Rafa Nadal dando síntomas de recuperación total, de estar en plena forma para batirse ante los mejores. Hay muchos peros, por supuesto, y toca ir despacito y con buena letra. Pero hay algo indudable, Rafa está de regreso y su objetivo es demostrarse a sí mismo que es capaz de volver a ganar. Al tenis no le debe nada.