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La vuelta cuesta arriba de Serena: el tenis trata un embarazo como si fuera una lesión
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ESTE MIÉRCOLES hizo SU PRIMER ENTRENAMIENTO

La vuelta cuesta arriba de Serena: el tenis trata un embarazo como si fuera una lesión

La mejor jugadora de la historia fue madre en septiembre, pero en el Abierto de Australia creen que volverá a jugar en enero. La WTA no protege a las madres y trata los casos como una lesión

Foto: Serena Williams, en su victoria en Australia 2017. (EFE)
Serena Williams, en su victoria en Australia 2017. (EFE)

Bastó la foto de unas zapatillas, blancas y doradas, con mucho brillo, excesivo incluso, casi obligando a ponerse unas gafas de sol para mirarlas. Una foto con fondo verde y una red, indiscutiblemente una cancha de tenis. Una foto colgada en las redes por Serena Williams. "Emocionada, muy emocionada", decía el mensaje de la jugadora. Y, a partir de ahí, especulen. Lo primero, claro, la vuelta de la tenista, a la que se echa de menos porque es la mejor jugadora de siempre, también porque nadie ha podido sacar la cabeza en el circuito femenino. La reina se fue con causa justificada y en los meses de ausencia nadie quiso desposeerla del trono.

Serena se retiró de las pistas ganando el Open de Australia. Por aquel entonces ya estaba embarazada, pero en su caso aquello no fue un factor. Se paseó por Melbourne destrozando rivales hasta ganar su vigésimo tercer grande, el récord de la era moderna. Unas semanas después anunció que se iba a tomar un tiempo, que nacería una niña a la que llamó Alexis Olympia. Han pasado nueve meses de aquello, sus redes se colmaron de fotos de la pequeña, aprovechó para casarse con el emprendedor Alexis Ohanian en una ceremonia marcada por los detalles inspirados en 'La bella y la bestia' y a vivir un poco. Lejos de las rutinas, los entrenamientos, los hoteles, los viajes... muy cerca de Snapchat.

Serena inspira a Nike

Fue a galas, concedió entrevistas, siempre con esa presencia suya tan arrolladora. Williams, una tenista de enorme éxito, es un icono. En estos meses ha visto como nombraban una constelación como ella y también como Nike denominaba a su nuevo edificio central como ella en homenaje a su carrera. Además, ha entrado en la junta directiva de la tecnológica SurveyMonkey. Cosas, en definitiva, que solo pueden ocurrirle a Serena. Muy poco tenis en estos meses, claro, porque tampoco procedía.

Ella lo echaba poco de menos, pero al revés no se puede decir lo mismo. Ostapenko ganó Roland Garros; Muguruza, Wimbledon; y Stephens el US Open. Ninguna de las tres terminó primera del mundo, algo que le correspondió a Simona Halep, buena jugadora notable por no lograr imponerse en los grandes torneos. Incluso Wozniacki, otra de esas tenistas a las que les cuesta mantener la línea, se hizo con su mayor victoria en el Masters de final de la temporada. Mucha variedad, y eso le da algo de incertidumbre, pero más por deméritos que por una competencia entre jugadoras rindiendo al máximo posible.

Foto: Serena Williams, en el último Abierto de Australia. (REUTERS) Opinión

Craig Tiley, el director del Abierto de Australia, cree que es probable que Serena vuelva en su torneo. No tiene, en realidad, muchos más datos que algunos síntomas inconexos. "Tiene el visado de entrada y en el torneo encontraría más espacio, porque es muy grande", comentaba el ejecutivo, deseoso de que su predicción sea algo más que un deseo.

De lo que no duda es de su estado físico, aunque teóricamente haya vuelto a entrenarse hace solo unos días. "Eso no se cuestiona, ella estará a punto para romper el récord de grand slams de Margaret Court", relataba. También quiso señalar, como si estuviese vendiendo el evento más que analizando la situación, que Australia es un lugar muy agradable para las familias y que Roger Federer suele acudir con sus hijos al primer grande de la temporada.

placeholder Serena con su hija, Alexis Olympia. (Reuters)
Serena con su hija, Alexis Olympia. (Reuters)

La WTA no piensa en los embarazos

En todo caso, habrá problemas y es que el tenis está preparado solo a medias para la reincorporación de la mujer al circuito. En el caso de Serena Williams, si vuelve a su nivel previo, tiene poco de que preocuparse, pues con su calidad no le importa demasiado afrontar determinadas circunstancias adversas. Es más, se convertirá en una jaqueca para las mejores jugadoras del circuito, que podrán encontrársela en rondas mucho más tempranas de lo que están acostumbradas.

La WTA, un circuito íntegramente femenino aunque su consejero delegado y su director financiero sean hombres, no tiene una política específica para la vuelta al circuito y trata esos regresos como si el tiempo transcurrido hubiese correspondido a una lesión. Eso significa que Serena Williams tiene ránking protegido, entrará en ocho torneos sin necesidad de estar entre las mejores del mundo por ello, pero no se le respetará su primer puesto, por lo que no será cabeza de serie.

La revista Forbes analiza el fenómeno y no termina de entenderlo. Se necesitaría un poco más de sensibilidad porque en el caso de Serena la incidencia menor, pero otras jugadoras que no sean ella pueden sufrir muchísimo en la vuelta a las pistas y caer de golpe en los ránkings por el hecho de haber sido madres. También recuerdan en la revista que la WTA no ofrece ningún tipo de seguro social a las jugadoras, así que la maternidad es potencialmente muy lesiva para sus cuentas corrientes. Esto, por descontado, no afecta casi a Williams, que podrá vivir más que de sobra el resto de sus días con lo ganado jugando al tenis.

Foto: Garbiñe Muguruza, en Singapur. (EFE)

El caso más reciente de tenista de primerísimo nivel que ha vuelto con éxito a las pistas es el de Kim Clijsters, que ganó el US Open de 2009 en su reaparición, 18 meses después de tener su primer hijo. Es el de la belga un caso bastante diferente, ya que Williams tuvo a su retoño en septiembre y solo transcurrirían seis meses entre el parto y su primera participación en un grande. Clijsters ganó tres de sus cuatro grandes después de haber sido madre. "Cada jugadora es diferente, incluso cada embarazo es diferente, es complicado decir cómo volverá", explicaba en tiempos recientes la exnúmero 1 belga.

"Tienes que encontrar tu modo de afrontarlo, yo tuve la suerte de que mi marido podía viajar conmigo todo el año, así que íbamos juntos, sin mi familia me hubiese costado seguir jugando. Depende también de cómo se vea ella como madre y como atleta, estoy segura de que tendrá desafíos por delante", remata Clijsters.

En los últimos cincuenta años solo Clijsters y la australiana Evonne Goolagong Cawley.

Bastó la foto de unas zapatillas, blancas y doradas, con mucho brillo, excesivo incluso, casi obligando a ponerse unas gafas de sol para mirarlas. Una foto con fondo verde y una red, indiscutiblemente una cancha de tenis. Una foto colgada en las redes por Serena Williams. "Emocionada, muy emocionada", decía el mensaje de la jugadora. Y, a partir de ahí, especulen. Lo primero, claro, la vuelta de la tenista, a la que se echa de menos porque es la mejor jugadora de siempre, también porque nadie ha podido sacar la cabeza en el circuito femenino. La reina se fue con causa justificada y en los meses de ausencia nadie quiso desposeerla del trono.