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Wimbledon y su reina reservan un sitio para Garbiñe, una "gran campeona"
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SERENA LA VE GANANDO EL 'MAJOR' BRITÁNICO

Wimbledon y su reina reservan un sitio para Garbiñe, una "gran campeona"

No pudo ser. Garbiñe llegó hasta las puertas del Olimpo de Wimbledon, pero no logró atravesar ese umbral reservado para las campeonas. Sí lo hizo Serena

Foto: Wimbledon se rindió ante Garbiñe Muguruza (Efe).
Wimbledon se rindió ante Garbiñe Muguruza (Efe).

No pudo ser. Garbiñe llegó hasta las puertas del Olimpo de Wimbledon, pero no logró atravesar ese umbral reservado para las campeonas.Sí lo hizo Serena Williams después de derrotar a la hispanovenezolana para escribir su nombre por sexta vez en el cuadro de honor del All England Club. Muguruza se marcha de Londres con un sabor agridulce: sobre la hierba, esa superficie en la que decía no saber jugar, se ha convertido en la gran sensación de la cita,y si había alguien que no la tomaba en serio o dudaba de su potencial, se ha quedado sin razones para seguir haciéndolo. Garbiñe supo qué es perder en Wimbledon en el peor partido de todos, pero no hay que olvidar que en su camino se ha ido deshaciendo de rivales que la superaban en el rankin (entre ellas, un par de Top 10). El All England Club le recordó este sábado que tiene un sitio reservado para ella porque algún día -no muy lejano- levantará el título de campeona.

Después de levantar su puño con rabia, de saltar irradiando felicidad en uno de los laterales de la pista central y de sonreír como nunca, Serena Williams recogió su sexto Wimbledon. En ese momento ya había escuchado los halagos de su emocionada rival y, tras el protocolario saludo, le llegó el turno de tomar la palabra. La nueva campeona se dirigió a los aficionados, pero tuvo un detalle especial para Garbiñe: “No estés triste. Muy pronto serás tú la que sostengas este trofeo, créeme. Eres una gran campeona”. La reina de Wimbledon acababa de dictar sentencia, justo después de que la hispanovenezolana contemplase cómo la pista central se levantaba para ovacionarla. Muguruza sabe que el All England Club tiene un sitio reservado para ella,aunque posteriormente confesase, entre risas, que no estaba muy atenta a las palabras de su rival: “Es bueno cuando oyes eso de una leyenda, pero en ese momento no le hice mucho caso”.

Nunca una derrota le tuvo que parecer tan dulce. A pesar de las lágrimas que surcaban sus mejillas y de la emoción que le impidió decir todo lo que había pensado. Con semejante escenario, su reacción era algo natural: “No podía parar de llorar. Había mucha gente aplaudiendo, ¿de verdad yo he conseguido que sintieran eso en una pista de tenis? Estaba un poco triste después de perder el primer set ya que tuve muchas oportunidades. En la segunda manga ella estaba jugando muy bien, con saques directos y golpes ganadores, no podía hacer nada. Sin embargo, cuando iba 5-1 abajo me dije que debía seguir luchando, que ella también estaba nerviosa”. Muguruza había hecho realidad algo con lo que llevaba soñando desde que tenía ocho años: jugar la final de un Grand Slam.

Para lograrlo ha dado rienda suelta a su tenis, el que le ha permitido convertirse en una pesadilla para las Top 10: Caroline Wozniacki, Simona Halep, Angelique Kerber o Agnieszka Radwanska ya la han sufrido. Echando la vista atrás y repasando este par de semanas, Muguruza señalaba que es difícil explicar con palabras todo lo que hasentido:"Han sido dos semanas de muchas emociones y aprendizaje. He aprendido que tengo buen nivel y que puedo estar entre las mejores. Me voy de Londres más motivada que nunca. Esta experiencia me ayudará a seguir mejorando y trabajando más duro. Luché todo lo que pude, competí y di lo máximo. Me voy sin reprocharme nada”.

Esta colección de victorias auguraun futuro más que brillante para una jugadora que ha puesto fin a la dura travesía que, con permiso de Carla Suárez, ha vivido el tenis femenino español. Desde la época dorada en la que Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez escribieron la página más importante de la historia de este deporte, no habían surgido figuras de su talla a las que bautizar como sus dignas sucesoras. Ahora, Garbiñe Muguruza es una de las elegidas. A sus 21 años ya ha liderado al equipo nacional en la Copa Federación y ha comenzado su colección de finales. Bien es cierto que no ha conquistado Londres como en su día hizo Conchita (Arantxa llegó un par de veces, pero cayó ante Steffi Graf,mientras que Lilí Álvarez jugó tres finales con el mismo resultado), pero la final de Wimbledon 2015 no es su techo. Es su primer trampolín para convertirse en la mejor jugadora española de la historia.

No pudo ser. Garbiñe llegó hasta las puertas del Olimpo de Wimbledon, pero no logró atravesar ese umbral reservado para las campeonas.Sí lo hizo Serena Williams después de derrotar a la hispanovenezolana para escribir su nombre por sexta vez en el cuadro de honor del All England Club. Muguruza se marcha de Londres con un sabor agridulce: sobre la hierba, esa superficie en la que decía no saber jugar, se ha convertido en la gran sensación de la cita,y si había alguien que no la tomaba en serio o dudaba de su potencial, se ha quedado sin razones para seguir haciéndolo. Garbiñe supo qué es perder en Wimbledon en el peor partido de todos, pero no hay que olvidar que en su camino se ha ido deshaciendo de rivales que la superaban en el rankin (entre ellas, un par de Top 10). El All England Club le recordó este sábado que tiene un sitio reservado para ella porque algún día -no muy lejano- levantará el título de campeona.

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