El 'calentamiento' del primer set le vuelve a servir a Rafa Nadal para pasar a octavos

Nadal se está tomando sus primeros sets de los partidos en Londres de forma preparatoria, como una parte más del calentamiento previo a sus contundentes victorias. Sufre al inicio, conoce al rival y después desata su ira para acabar ganando hasta con cierta comodidad. Se ha metido en octavos de final por primera vez en tres años de esta manera: primero pausa, luego furia. El último en sufrirlo ha sido Mikhail Kukushkin, que a pesar de un juego muy agresivo y valiente, no tuvo opción a partir de un primer set muy igualado y perdió por 6-7(4), 6-1, 6-1 Y 6-1.

A pesar de esos momentos de incertidumbre que suponen los arranques del partido del mallorquín, este Rafa Nadal es mucho más competitivo que en sus últimas apariciones en la hierba londinense. Este año, la temporada de su noveno Roland Garros, quiere volver a reinar también en el Reino Unido, como ya hiciera en 2008 y 2010. Tres campañas son demasiadas sin ver al número uno del mundo entre los mejores del tercer Grand Slam del año. Nadal lo sabe y ha llegado a Wimbledon en plenas condiciones tanto físicas como mentales."Mis sensaciones han sido fantásticas. He jugado agresivo, mis movimientos fueron buenos y pude meter algunos puntos desde posiciones complicadas", decía Rafa.

Estas últimas son, sin duda, las más importantes. Ya quedaron atrás los problemas físicos de espalda, de rodilla y demás. Pero lo que más le afectó al tenista es su cabeza en las últimas dos eliminaciones en Wimbledon. Ninguno de los dos rivales con los que perdió tenían, lógicamente, las capacidades para vencer a un Nadal en plenas condiciones psicológicas. Nadal se dejó llevar cuando los encuentros se le complicaron y no luchó hasta el final por una victoria que ahora, en este 2014, sí está queriendo con ahínco. Porque salió muy reforzado de Roland Garros y ni siquiera la temprana eliminación en Halle le ha afectado en sus aspiraciones sobre el pasto.

Sobre todo se evidencia la fortaleza de Nadal y su voluntad de vencer cuando se le ha puesto el partido de este sábado cuesta arriba. Kukushkin acabó el partido ganando un juego en cada uno de los últimos tres sets, pero no por ello hay que pensar que tiró la toalla y dejó de creer en la victoria. En absoluto. El kazajo luchó cada bola como si fuera la última y el mejor ejemplo es que en uno de los últimos juegos de la tercera manga, forzó cinco ‘deuce’ antes de ganar su único juego del set. Y al inicio del encuentro, no concedió ni un solo ‘break’ al español y se llevó con cierta comodidad el ‘tie-break’.

El tenista kazajo duró 55 minutos sobre la pista, el tiempo que necesitó Nadal para aclimatarse. En la segunda manga, Nadal subió la intensidad y empezó a atacar el segundo saque del kazajo, algo que no había aprovechado en el set inicial. El manacorí rompió el servicio en el cuarto juego para ponerse por delante por primera vez en todo el partido. Con el marcador a su favor, el español incrementó su nivel de tenis recurriendo a su derecha para finiquitar el segundo parcial por la vía rápida.

Nadal pareció enrabietarse después de perder el primer set y encadenó siete juegos consecutivos para comenzar la tercera manga por delante ante un kazajo que ya no tenía la misma efectividad en sus golpes. El tenista español siguió lanzado en busca de finiquitar el encuentro lo antes posible coincidiendo con el bajón de Kukushkin que seguía aumentando sus estadísticas en los errores no forzados. Estos venían, sobre todo, por la valentía en el golpeo del kazajo, que buscaba golpes espectaculares a la línea que no siempre encontraban su destino.

El cuarto set siguió con el mismo guión de los dos anteriores. El kazajo, que no había cedido un solo set en la actual edición de este 'Grand Slam', desapareció de la pista desde el segundo set y facilitó el pase del número uno del mundo a los octavos de final de Wimbledon, donde se enfrentará al australiano Nick Kyrgiosque se impuso al checo Jiri Vesely por 3-6, 6-3, 7-5 y 6-2. Quién sabe si será entonces, en estos octavos, cuando Nadal empiece a cogerle el ritmo a los partidos desde el primer momento y no a partir del segundo set. Por ahora, le está funcionando, pero conforme pasen las rondas, perder la primera manga podría ser peligroso.