Almagro tendrá que ser intervenido después del Open de Australia

No está loco. No padece ninguna enfermedad mental. Tampoco ha matado a nadie. Simplemente su mano izquierda le pide un tornillo para sanar la fractura en el hueso escafoides que se produjo la semana pasada durante el torneo de Aucklan mientras disputaba un partido de dobles junto a David Ferrer.

Almagro decidió participar en el Open de Australia, torneo que le despierta una gran emoción. Su entrenador José Perlas y él, apostaron por mantenerse en el primer Grand Slam de la temporada, corriendo el riego de que la lesión se agrave con un golpe. Sin embargo, según pudo saber El Confidencial después de consultar a un médico especialista en la materia, las posibilidades de que el tenista español sufra una lesión mayor son pocas.

“La verdad es que tenía más riego de lesionarse antes de que le pusieran la férula que ahora que juega con ella”, reconoce este reconocido médico del mundo del tenis. Y agrega: "De no ser porque su revés es a una mano y porque su mano fuerte es la derecha, no podría haber seguido con vida en Australia".

Definitivamente es un caso particular. Las ganas de hacer un buen papel, su indiscutible profesionalidad y su mentalidad ganadora se han impuesto al dolor. Almagro ya ha superado en primera ronda al belga Xavier Malisse, semifinalista en Wimbledon. También al alemán Benjamin Becker, 38 del mundo.

Ahora se enfrentará al colombiano Alejandro Falla en dieciseisavos de final. El murciano no esconde su dolor. Asegura que le es difícil mantener la concentración durante un partido. “Sentirá dolor durante el torneo, sobre todo en los primeros días”, matiza este mismo médico a este diario.

Lo cierto es que hasta ahora no han podido detenerle. Almagro ha sufrido para derrotar a sus adversarios. El desgaste físico en la pista es evidente, no obstante, ese tornillo que le tendrán que poner para recuperarse de dicha lesión, aún tendrá que esperar. Ojalá sea hasta que finalice el Open.