Es noticia
Los Cubs contra una maldición que empezó con una cabra y dura desde 1945
  1. Deportes
  2. Otros deportes
llevan 101 victorias en la temporada regular

Los Cubs contra una maldición que empezó con una cabra y dura desde 1945

Son el mejor equipo del béisbol y quieren volver a las Series Mundiales, pero para conseguirlo tendrán que sortear la mala suerte que comenzó desde que negaron la entrada a su estadio a un animal

Foto: Los Cubs ganan un partido de esta temporada en el Wrigley Field (Reuters)
Los Cubs ganan un partido de esta temporada en el Wrigley Field (Reuters)

Todo empezó con una cabra, por extraño que parezca. Murphy se llamaba el animal y se encaminaba a entrar al mítico estadio Wrigley Field de Chicago un día de octubre de 1945 para ver el cuarto partido de la Series Mundiales de béisbol. Iba con su dueño, Billy Sianis, propietario de una conocida taberna local. La idea no gustó a otros aficionados y le pidieron que se marchase. La seguridad del estadio les dio la razón. Él, que no debía tener el mejor carácter del mundo, se rebrincó: "Los Cubs no volverán a ganar más". Y el resto es historia.

Foto: Un grupo de benamejicenses jugando al béisbol.
TE PUEDE INTERESAR
El milagro del béisbol en Benamejí: la fiebre popular logró un campo millonario
Texto y fotos: Agustín Rivera. Benamejí

Es probable que ustedes no crean en maldiciones, pero si fueran aficionados de los Cubs le darían al tema el beneficio de la duda. Desde entonces no han vuelto a las Series Mundiales. No ha sido un problema de presupuesto, siempre se han mantenido entre los equipos más poderosos. Tampoco de jugadores, durante muchos años han tenido plantillas de primerísimo nivel, capaces de mirar a la cara a los mejores equipos de su tiempo. Lo que no han tenido desde aquel día es un conjunto realmente ganador, de esos que a final de temporada descorchan las botellas de champán y proclaman a gritos que nadie es mejor que ellos.

Los Cubs son uno de los fundadores de la Liga Nacional, la más antigua de las dos que componen las grandes ligas del béisbol. El equipo se fundó como los White Stockings en el año 1876 y en los años finales del siglo XIX se convirtieron en uno de los mejores equipos del deporte. Pronto empezaron a ganar títulos en su liga y, cuando se crearon las Series Mundiales en 1903, las que cruzaban al campeón de la Nacional y la Americana, aparecieron como unos de los grandes favoritos para lograrlas. Tanto que, en 1908 consiguieron su segundo título, fueron los primeros en repetir la distinción.

Desde entonces no han logrado ser campeones. El equipo siguió siendo uno de los mejores, y fue ganando títulos de su liga hasta que en 1945 pasó lo de la cabra Murphy. Ese fue el último año que accedieron a las Series Mundiales, la Guerra Mundial estaba terminada, Hitler se había suicidado y unas semanas antes se tiraron las bombas atómicas de Hirosima y Nagasaki. No existía la ONU, ni por supuesto la OTAN, no había empezado la Guerra Fría... Han pasado 71 años de aquello, y nada de nada. Los Cubs siguen sin llegar a unas Series Mundiales. 108 son los años que llevan sin ganarlas.

placeholder Jake Arrieta, lanzador estrella de los desdichados Cubs.
Jake Arrieta, lanzador estrella de los desdichados Cubs.

Una procesión de cabras

Han intentado todo para sofocar el tema. El Wrigley, quizá el estadio más bonito de la liga, reconocible por la hiedra que cubre sus fondos, ha visto un desfile de cabras que no se recuerda en ningún otro recinto deportivo del mundo. Sam Sianis, sobrino de Bill, ha ido en varias ocasiones con una cabra, del mismo modo que algunos aficionados han intentado maldecir a otros equipos, como los Houston Astros, acudiendo a su estadio con el animal para ver si les echaban y podían revertir la cosa. No puede haber tantas cabras malditas en el béisbol, debieron pensar. Error, el equipo sigue perdiendo. El año pasado estuvieron cerca, se plantaron en la final de la Liga Nacional contra los Mets y con la vitola de favoritos. Allí los neoyorquinos les dieron una buena paliza propulsados por Daniel Murphy, curiosamente apellidado del mismo modo que la cabra que empezó toda esta locura.

Este año en el norte de Chicago -los White Sox mandan en el sur- se las prometen felices. Son, según todos los datos, el mejor equipo actual de béisbol. No ha terminado la temporada regular y ya suman 101 victorias, una cifra que nadie igualará, no hay partidos suficientes para ello. Su éxito se cimenta en una rotación de lanzadores descomunal, la mejor de la liga, con jugadores como Jake Arrieta o John Lester. Dicen los que saben que en el play off el lanzamiento es lo más importante, que un buen pitcher es el que gana campeonatos. Los bateadores también están en la élite, son actualmente el tercer mejor equipo ofensivo en la liga y Kris Bryant aspiran al MVP.

Nada puede fallar salvo que, como es obvio, siguen siendo los Cubs, los mayores perdedores de la historia del deporte. Los argumentos de sus aficionados para creer que también esto pasará son muy variados. El principal, por supuesto, es el equipazo que tienen, pero también se aferran a otras grandes maldiciones del deporte que en algún momento desaparecieron. Quizá la más conocida se dio también en el béisbol, fue la del Bambino que dejó a los Red Sox de Boston, otro de los equipos más célebres de la MLB, sin conseguir un título desde 1918 a 2004. Duró más de 80 años, pero al final terminó.

De aquel equipo no solo toman el ejemplo, también su principal ejecutivo. Theo Epstein es el niño prodigio del béisbol, un joven que nada tenía que ver con el deporte pero en el que se introdujo a base de números. Cuando le hicieron general manager en Boston hubo dudas, pero las disipó ganando dos campeonatos y sacando a la franquicia del desespero de una maldición. En los Cubs sueñan con que él siga siendo el cazafantasmas. En Chicago creen en la maldiciones, pero también esperan que no sean eternas.

Todo empezó con una cabra, por extraño que parezca. Murphy se llamaba el animal y se encaminaba a entrar al mítico estadio Wrigley Field de Chicago un día de octubre de 1945 para ver el cuarto partido de la Series Mundiales de béisbol. Iba con su dueño, Billy Sianis, propietario de una conocida taberna local. La idea no gustó a otros aficionados y le pidieron que se marchase. La seguridad del estadio les dio la razón. Él, que no debía tener el mejor carácter del mundo, se rebrincó: "Los Cubs no volverán a ganar más". Y el resto es historia.

El redactor recomienda