Mirambell, un luchador obligado a hacer frente a la falta de recursos... y al sabotaje

Sonriente y tranquilo, pero aún con los últimos rescoldos de su participación en los Juegos de Invierno de Sochi dando vueltas por su mente. Así atendió Ander Mirambell a El Confidencial, un deportista que se ha visto obligado a 'tirar' de imaginación para sobrevivir en un mundo nada sencillo para un español. Pionero en el skeleton, decidió arriesgar en Sochi en busca de un nuevo sueño que no acabó con el resultado esperado. Una inoportuna lesión, sumada a las dificultades a la que se ha visto sometido en los últimos años, sabotajes incluidos, han forjado a fuego un atleta cuyo próximo objetivo es poder estar entre los diez mejores competidoresde la especialidad en los próximos años.

Con su mochila de Sochi colgada sobre los hombros, y su perenne sonrisa en la cara, Mirambell se mostró muy sincero sobre su participación en los últimos Juegos. Consciente de que sus cualidades le puedenpermitirluchar por objetivos más elevados, sus problemas físicos y sus ganas de triunfar -arriesgando más de la cuenta- le hicieron no conseguir el objetivo marcado, lo que le hacen estar algo "decepcionado" consigo mismo. El atleta español trató de arriesgar en busca del objetivo de estar entre los mejores, pues tras su participación en los Juegos de 2010 "donde llegué a meta", había llegado el momento de "plantearse un objetivo más ambicioso", aunque la suerte no estuvo de su lado.

"Estoy un poco triste con el resultado, porque creo que podía haber estado más arriba. Me quedo con esa 'espinita', pero haber tenido 25 bajadas menos que los demásprovocó que no fuéramos lo suficientemente competitivos. Además, nuestra estrategia agresiva nos podía haber metido en el 'Top 20' o mandar abajo, lo que al final pasó. Me rompí la mandíbula antes de ir aSochi, lo que me impidió comer carne, algo que me influyó mucho. Este circuito es en el único en el que no he hecho marca personal, porque estaba mucho más lento. Perdí dos kilos que, en la salida, ya nos hacían ser2 o 3 décimas más lentos, y de ganalashubiéramos acabado vigésimo segundos. Sólo pilotando un poco mejorhubiera entrado en el 'Top 20'", asegura.

Con la mandíbula rota, perdí dos kilos que me hicieron ser 2 o 3 décimas más lento en la salida de los Juegos de Sochi

Es necesario recordar que, para alcanzar los Juegos, es necesario estar entre los 30 mejores del mundo. Para ello, Mirambell ha firmado en los últimos años momentos inolvidables, como "en Saint-Moritz,donde me 'cargué' al campeón olímpico de 2010y lo dejéfuera de los Juegos porque ganédos carreras". Pero los problemas del español no sólo radican en la "falta de recursos" o en tener que luchar contra rivales "que tienen 30 bajadas más que tú al año", sino que sus complicaciones han ido más allá. Ser un 'extraño' en tierra de profesionales ha despertado muchas envidias entre sus compañeros, que incluso han acabado en sabotajes que, de no haber descubierto, podían haber atentado contra la vida del atleta.

"Entender que un español está compitiendo de tú a tú contra los suizos y los gana... De repente, empiezan a pasar cosas raras: desdepedir unas cuchillas y que no te lleguen hasta final de temporada, a problemas más graves.En uno de los viajes con otros atletas, me despertéy vique me había desaparecido una herramienta para atornillar tuercas. Con dudas, fuial circuito y vi que la tuerca que aprietaesa herramientaestaba floja. Menos mal que a raíz de lo ocurrido me dio por revisar. Estaba claro que alguien había manipulado el trineo. Cuando te encuentras con estas situaciones, te das cuenta de que necesitas tu propio proyecto y más cuando compites con los treinta mejores del mundo", asegura.

Sin 'secretos' por la falta de un proyecto privado

Sin un proyecto propio y con falta de recursos, Mirambell se ha visto obligado a compartir junto a otros equipos su experiencia, lo que ha provocado que no exista ninguna intimidad con respecto a sus 'secretos' de competición, y que sus ideas sean 'copiadas' por otros atletas. El español se ha encontrado con problemas como ver que "otros atletas ponían silicona en tuercas tal y comoyo había hecho" o descubrir que varios deportistas habían utilizado "unas cuchillas que sólo yo creía tener". A pesar de ello, su colaboración con otros equipos también le hadado grandes momentos, como fue conocer a su entrenador Martin Rettl, una de las grandes ilusiones del español para el próximo proyecto olímpico.

Ander, yo quiero seguir siendo tu entrenador y voy a ir a muerte contigo si tú quieres

"Martin es una persona que no se planteósólo un objetivo resultadista sobre los puntos a conseguir, sino que se planteó que volviera a sonreír porque venía de una época complicada, donde iba a las competiciones sin disfrutar porque lo pasaba mal. Para que la gente entienda cómo es él, cuando acabó la carrera en Sochiyo estaba cabreado. Pero cuando llegué a él, me dijo: 'Ander, yo quiero continuar contigo, tienes potencial para estar entre los diez primeros en Corea del Sur (2018) y voy a ir a muerte contigo si tú quieres', mientras me daba un abrazo. Que un entrenador haga eso antes de corregirte los errores cometidos, pues dice mucho de lo humano que es", confiesa.

La seguridad, en entredicho en Sochi

Sochi ha marcado a Mirambell. En lo que denomina unos Juegos "artificiales y no para la gente", ha vivido experiencias muy curiosas. Una de las que recuerda con más cariño tiene que ver con el equipo brasileño de bobsleigh, que se vio obligado a pulir su trineo por su mal estado. Tras limpiarlo y dejarlo liso, sin nada de pintura, había llegado el momento de retirar las pegatinas, para lo que necesitaban alcohol. Al no tener, le pidieron a una voluntaria que les trajera algo para ayudarles, y la solución fue clara: botellas de vodka. Pero no todo fueron anécdotas positivas, y el importante despliegue de seguridad llevado a cabo en la ciudad rusa impresionó sobremanera al atleta español.

No me gustan ni los Juegos Olímpicos artificiales ni los que no son para la gente

"El sistema de seguridad que montóRusia, y no sólo el que se veía, fue espectacular. La obsesión por la seguridad era tal que nos dieron un teléfono ruso, nos prohibieronver algunas páginas web e incluso escuchamos ruidosraros en elmóvil... Cuando salíamos fuera de la Villa a tomar algo, venía una voluntaria con nosotros y a cada movimiento que hacíamoshacía una llamada, tras la queaparecían policías secretas para controlarnos. O ver a gente durmiendo bajo los árboles con el rifle y con los prismáticos. Lo que sí que critico y no me gustaría que pasara si el día de mañana tenemos unos Juegos, es que fueran artificiales. Los de Sochi no fueron ni unos Juegos para el pueblo ni que la gente quisiera", señala.

Estar entre los diez mejores del mundo sin subvenciones

A pesar de no lograr un buen resultado, el piloto español se muestra ilusionado con la posibilidad de crecer hasta estar entre los diez mejores pilotos del mundo. Para ello, es consciente de que debe trabajar duro, pero no sólo en el circuito, sino que debe saber moverse bien para conseguir patrocinios que le permitan ingresos importantes para mejorar sus condiciones. Para ello, no cree que el camino sean las subvenciones públicas, sino que el futuro está en las iniciativas de'crowdfunding'.Y la misión no sólo pasa por obtener recursos, sino que su intención no es otra másque mantener con vida el camino que ha abierto en el skeleton para futuras generaciones que quieren continuar en este deporte.

Prefiero que una beca se gaste en un hospital para salvar una vida que en el skeleton

"Mi próximo reto es quedar entre los diez primeros, para lo que el objetivo es mover mi media de resultados lomás cerca del 'Top 10' posible de cara a Corea del Sur 2018, mejorar el trineo e intentar crear nuestro propio proyecto independiente. Financiar un equipo de skeleton cuesta, como mucho, entre 30.000 y 50.000 euros al año. Pero una de las cosas que tenemos que cambiar es que dependemos demasiado de las subvenciones públicas y funcionamos así por tradición. El crowfunding es un ejemplo de hacia donde va el futuro. Prefiero que una beca se gaste en un hospital para salvar una vida que no para pagar el skeleton, eso lo tengo clarísimo". Así habla Ander Mirambell, un pionero que ha brillado entre hielo gracias a su claridad de ideas.