MotoGP o el juego de los errores y la irregularidad
Quien no se equivoca, gana. Aunque no gane. Andrea Dovizioso, sin hacer grandes resultados, pero sin cometer graves errores, suma y sigue, como la tortuga de la fábula
MotoGP vive tiempos revueltos. Por lo general, cuando el gran dominador de la máxima categoría desaparece de escena, se desata un debate sucesorio en el que termina destacando su mayor adversario, que ve el camino libre hacia la coronación. Tomemos el ejemplo de lo sucedido con anterioridad, cuando Freddie Spencer (1986) y Mick Doohan (1999) desaparecieron del campeonato tras arrollar a la competencia. Curiosamente, como ha sucedido esta temporada con Marc Márquez, esto siempre ha sucedido en territorio español: en el Jarama en 1986, Spencer abandonó cuando lideraba la carrera y ya no volvió a ser el mismo; en Jerez en 1999, Doohan se lesionó de gravedad –en la misma curva que Márquez- y ese accidente precipitó su retirada.
Cuando Spencer desapareció de escena, Eddie Lawson, su gran rival en las dos temporadas precedentes, se hizo con la supremacía, a pesar de la oposición de Wayne Gardner, y mostró solidez. No en vano, ya en 1984 había sido campeón de 500. Cuando en 1999 Doohan quedó fuera del campeonato, Alex Crivillé, que era su mayor opositor desde 1996, se adueñó del campeonato.
Mucha irregularidad aprovechada por Dovizioso
Sin embargo, esta temporada la baja de Márquez tendría que haber abierto las puertas a Andrea Dovizioso, subcampeón del MotoGP en las tres últimas temporadas, para que el italiano dominara el campeonato. Pero no es así. De hecho, nadie domina en MotoGP y resulta imposible aventurar quién puede ser el candidato con más opciones. No hay forma de que un piloto enlace más de dos resultados positivos. Hoy en Misano hemos visto como el hasta ahora líder Fabio Quartararo ha echado por tierra su posición con dos caídas. De esta forma, una triste séptima posición, lejos, muy lejos del grupo de cabeza, ha permitido a Dovizioso convertirse en el nuevo líder de MotoGP.
La irregularidad de los pilotos es la nota dominante. Todos, salvo Dovizioso y Nakagami, se dejan varios ceros en su casillero, propiciando que el piloto italiano, que es una callada hormiguita, se haya aupado a lo más alto de la clasificación. Puede que haya otros pilotos más explosivos que Dovizioso, pero no sería extraño que poco a poco el de Ducati se afianzara en su posición, habida cuenta de las carreras que tiene por delante: repetir en Misano (terreno poco favorable), Catalunya, y dos paradas en Motorland, claramente esperanzadoras para él. Ojo con el de Ducati, que tiene claro el objetivo.
Lo que resulta innegable es que los repetidos fallos de los pilotos han dejado un campeonato desconcertante. Con los puntos que ahora disfrutan Dovizioso y Quartararo, el año pasado solo serían quinto y sexto de la clasificación… Actualmente no hay ningún piloto que haya sumado más de dos podios en seis carreras. Cuatro de los cinco ganadores de esta temporada han sido pilotos que ganaban en MotoGP por primera vez, y hay doce pilotos diferentes en las 18 posiciones de podio posibles hasta el momento… Imprevisible.
Decepción con Quartararo y Viñales
Lo cierto es que siempre esperas más de los teóricos favoritos, los pilotos señalados para hacer un gran resultado. Hoy Quartararo y Viñales han decepcionado. El primero llevaba varias carreras sintiendo el peso de la púrpura, la carga de ser el líder de MotoGP, y en Misano ha fallado. Pero se ha caído empujando para no perder al grupo de cabeza. La segunda caída ha sido un fallo del equipo: se paró viendo que no llegaba a ningún sitio, y tras un tiempo parado en el pit lane, lo mandaron de nuevo fuera. Durante la parada nadie tuvo la precaución de cubrir los neumáticos con calentadores. Se enfriaron y en la cuarta curva, al suelo…
Lo de Viñales es la enésima decepción. Una vez más saltó a pista con una opción de neumático diferente a la del resto de las Yamaha. Morbidelli, Rossi y Quartararo montaron el compuesto medio; él, el duro, y no se mostró a gusto en ningún momento. Llegó al box haciendo aspavientos, molesto. Una vez más un contraste entre las jornadas de entrenamientos, “dos días perfectos de trabajo en la oficina”, las había calificado así el sábado, y el domingo, donde nada funciona a derechas desde que salió de Jerez. De nuevo por una mala elección.
Decepciona también, aunque menos, KTM. El fabricante austriaco se había preparado muy bien las carreras de casa, y aunque Dani Pedrosa había realizado entrenamientos en Misano semanas atrás, la realidad de la marca puede que sea esta. Tras el espejismo del viernes (las cuatro KTM entre las diez primeras), solo una moto naranja se ha colocado en el “top ten”. El campeonato está bastante loco, pero no tanto…
Dejemos lo positivo para el final. De nuevo, Joan Mir. Misano es un terreno más favorable para la Suzuki que las citas austriacas, y Mir ha ido de menos a más, subiendo por segunda vez al podio. Es uno de los pocos pilotos que comparado con 2019 evoluciona. Necesita clasificar mejor para asegurarse una salida con el grupo de cabeza. Cuando lo consiga, que se preparen.
MotoGP vive tiempos revueltos. Por lo general, cuando el gran dominador de la máxima categoría desaparece de escena, se desata un debate sucesorio en el que termina destacando su mayor adversario, que ve el camino libre hacia la coronación. Tomemos el ejemplo de lo sucedido con anterioridad, cuando Freddie Spencer (1986) y Mick Doohan (1999) desaparecieron del campeonato tras arrollar a la competencia. Curiosamente, como ha sucedido esta temporada con Marc Márquez, esto siempre ha sucedido en territorio español: en el Jarama en 1986, Spencer abandonó cuando lideraba la carrera y ya no volvió a ser el mismo; en Jerez en 1999, Doohan se lesionó de gravedad –en la misma curva que Márquez- y ese accidente precipitó su retirada.