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Clara Azurmendi, entre la sombra de Carolina y ensombrecida por TVE...
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LA DONOSTIARRA DEBUTÓ EN LOS JUEGOS

Clara Azurmendi, entre la sombra de Carolina y ensombrecida por TVE...

Está en Tokio por la lesión de la campeona española y porque estaba clasificada por ranking, pero su debut, ante la coreana An Seyoung, no pudo verse por la televisión pública

Foto: Clara Azurmendi, en su debut olímpico contra la coreana An Se-Young. (REUTERS)
Clara Azurmendi, en su debut olímpico contra la coreana An Se-Young. (REUTERS)

Hace menos de dos meses, el viernes 28 de mayo, la vida de Clara Azurmendi (San Sebastián, 1998) dio un giro inesperado. Su compañera y amiga Carolina Marín (Huelva, 1993) sufría una grave lesión de rodilla que, pocos días después, se confirmó que le obligaba a volver a pasar por el quirófano y le dejaba fuera de los Juegos de Tokio. Lógicamente, el disgusto para ella y todo el equipo de la Federación Española de Bádminton (FESBA) fue enorme, pues la posibilidad de que Carolina pudiera revalidar su oro de Río saltaba por los aires.

Foto: Clara Azurmendi devuelve el volante en su partido contra la indonesia Gregoria Mariska, durante el Mundial de Bádminton júnior celebrado en Bilbao. (EFE)

Sin embargo, y, haciendo bueno el refrán de que no hay mal que por bien no venga, la desgracia de Marín le abrió a Azurmendi la opción de ir a sus primeros Juegos Olímpicos. Aunque parezca lo mismo, Clara no ha ido a Tokio en sustitución de Carolina, sino porque Carolina no ha podido ir. Y es que de no haber estado tan bien colocada en el ranking mundial, la donostiarra no habría entrado en la última actualización de la lista para los Juegos, por más que de ella se cayera la onubense.

Tras casi un mes de incertidumbre, la noticia se confirmó el 26 de junio y fue entonces "cuando empezó el hormigueo", como confiesa la deportista de Basque Team. Con poco margen de maniobra, Azurmendi empezó a prepararse para vivir un sueño que, paradójicamente, una compañera y amiga le impedía siquiera soñar. Con los pies en el suelo, "Carolina defendía un oro, yo voy con otro fin", se ha cansado de repetir Clara, la donostiarra ha encontrado la recompensa a tanto esfuerzo. Ella también dejó su casa cuando tenía 14 años para irse a Madrid, ingresar en la Residencia Joaquín Blume, seguir sus estudios en el Instituto Ortega y Gasset y crecer deportiva y personalmente en el Centro de Alto Rendimiento.

placeholder Carolina Marín y Clara Azurmendi, en el 'HSBC World Tour' de Barcelona. (EFE)
Carolina Marín y Clara Azurmendi, en el 'HSBC World Tour' de Barcelona. (EFE)

Atrás quedaban sus años en Aldapeta, el club de su anterior colegio, los Marianistas de San Sebastián, donde Clara se inició en el bádminton gracias a su hermano, Andoni, que se apuntó a practicar este deporte como una actividad extraescolar y le arrastró a ella. Con el añorado Txomin Madinabeitia como primer entrenador y Rubén Berasategi y la también olímpica donostiarra Yoana Martínez como maestros, Azurmendi fue reclutada por Fernando Rivas, autor del 'milagro Carolina', para empezar a entrenarse entre seis y siete horas diarias.

Como si de una premonición se tratara, en diciembre de 2016 el propio Rivas declaró a El Confidencial que "con 18 años, Clara está teniendo una progresión más rápida que Beatriz Corrales y aún nos quedan tres años y medio para los Juegos de Tokio". Pues bien, cuatro años y medio después, uno más por el consabido aplazamiento de Tokio 2020 a causa de la Covid, Azurmendi está en Tokio. "Quiero hacerlo lo mejor posible por mí y también por Caro, que no está pasando un buen momento", comentó unos días antes de volar a Japón, para al mismo tiempo dejar claro que "esta es mi oportunidad de demostrar que en el bádminton español hay gente más allá de nuestra gran campeona".

placeholder La familia de Clara, viendo el partido por Eurosport en San Sebastián
La familia de Clara, viendo el partido por Eurosport en San Sebastián

De Fernando Rivas a Arturo Ruiz

Después de unos días en el CAR de Madrid con Fernando Rivas y una exhaustiva preparación con Arturo Ruiz, director deportivo de la FESBA y su entrenador en Tokio, Clara debutó este sábado en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo ante la surcoreana An Seyoung, la actual número 8 del mundo, que se impuso en dos sets por 21-13 y 21-8. Para hacerse una idea del nivel de su rival, basta con decir que ha ganado dos de sus seis enfrentamientos contra Carolina Marín. "Voy con la intención de disfrutar de esta experiencia que, por circunstancias de la vida, me ha tocado vivir. He luchado por estar aquí y, si quieren ganarme, tendrán que sudar", avisó la donostiarra. Y así tuvo que hacerlo la gran promesa del bádminton surcoreano.

"Me considero una jugadora muy ofensiva. Soy consciente de que en ataque soy muy peligrosa, por lo que intento llevar a mis rivales a mi juego y mi estilo", suele comentar Azurmendi, pero lo cierto es que An Seyoung nunca se lo permitió. Al término del partido, Clara agradeció todas las muestras de apoyo recibidas y aseguró que "las sensaciones habían sido buenas, a pesar del resultado. Estoy contenta con mi juego, aunque sé que hay muchas cosas que mejorar". No me conformo con esto, así que vamos a por más". Eso es lo que hará este lunes, en su segundo partido, contra la nigeriana Dorcas Ajoke Adesokan, a la que intentará derrotar y esperar a clasificarse como una de las mejores segundas.

Foto: Carolina Marín, en el reciente Yonex Open de Tailandia (EFE) Opinión

Este sábado se impuso la lógica para una jugadora que ha crecido a la sombra de Carolina Marín y fue ensombrecida por TVE, que no ofreció su debut olímpico. Su familia, a excepción de su padre, presente en Tokio como presidente de la FESBA, y todos los aficionados españoles tuvieron que ver el estreno olímpico de Clara Azurmendi por Eurosport. Se supone que es el pago, nunca mejor dicho, de no ser Carolina, pues a esa hora no había dos competiciones más importantes, al menos con deportistas españoles. De hecho, su partido fue antes de la final de taekwondo en la que Adriana Cerezo lógicamente acaparó toda la atención. No era para menos. Como tampoco hubiera estado de más ofrecer el debut de Clara.

Hace menos de dos meses, el viernes 28 de mayo, la vida de Clara Azurmendi (San Sebastián, 1998) dio un giro inesperado. Su compañera y amiga Carolina Marín (Huelva, 1993) sufría una grave lesión de rodilla que, pocos días después, se confirmó que le obligaba a volver a pasar por el quirófano y le dejaba fuera de los Juegos de Tokio. Lógicamente, el disgusto para ella y todo el equipo de la Federación Española de Bádminton (FESBA) fue enorme, pues la posibilidad de que Carolina pudiera revalidar su oro de Río saltaba por los aires.

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