Clase práctica: cómo afrontar tu primer (y temido) golpe en el tee del 1

Este es un consejo para principiantes. Poca gente cuando sale al campo de golf por primera vez se encuentra en un estado de confort absoluto. Suele ser parecido a cuando empiezas en el campo de prácticas, agarras el palo como si te fuera la vida en ello, pegas cien bolas y parece que has estado picando piedra. Y para colmo, ¡te aparecen agujetas en músculos que desconocías!

Con el tiempo, uno va ganando confianza y esto se traduce en una mayor soltura muscular. Empiezas a darte cuenta de que con menos esfuerzo parece que la bola incluso va más lejos. Puede parecer increíble, pero es muy cierto. Un ejemplo que nos gusta mucho es el de intentar lanzar con la mano una piedra o una bola lo más lejos posible. La primera vez inténtalo con el brazo en tensión y la segunda hazlo relajado.

Si lo observas, comprobarás que la distancia es la misma o mayor de forma relajada. Pues bien, el swing de golf es muy similar a esta acción. Como decíamos antes, en tus primeras 'citas' con el campo, te encontrarás un poco tenso porque es algo completamente nuevo y tu subconsciente, seguro, querrá mandarla muy lejos.

Para evitar caer en este estado de ansiedad, te recomendamos que hagas una rutina antes del golpe y te comprometas a repetirla cuando estés puesto frente a la bola. La rutina está basada en hacer swings de práctica sin bola tratando de golpear tees que hayas puesto delante. Esto, que parece simple, ayudará a soltarte y te permitirá olvidar lo que tienes por delante. Lo ideal es coger tres tees, clavarlos en el suelo y, en el tercero, poner la bola.

El objetivo es golpear los tres y olvidarte de que en el último está la maldita pelota, ésa que te hace pasar de sentirte un profesional a la cruda realidad. El objetivo principal para divertirse y ganar confianza en el campo es que la bola vuele y tengas un buen contacto con ella. Tranquilo, que con el tiempo y la práctica acabarás mandándola donde más o menos deseabas.

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