Bubba Watson y el estigma de Seve: firmó un eagle desde un búnker en el último hoyo

Bubba Watson es uno de los jugadores que más y mejor recuerdan a Severiano Ballesteros. El norteamericano es un pegador indomable que hace diabluras cuando más profundo es el lío en el que se ha metido. Seve también era uno de los pegadores más largos de su época y de su capacidad para pegar golpes imposibles está ya casi todo dicho o escrito. Watson ha vuelto a recordar este fin de semana, una vez más, al gran genio de Pedreña.

Su victoria en el WGC HSBC Champions, última gran cita del calendario mundial celebrada en el Sheshan International de Shanghái, ha sido estrambótica. Tenía el torneo en la mano a falta de dos hoyos para acabar, lo perdió jugando de forma catastrófica el 17 y lo volvió a ganar en el último agujero con un golpe magistral.

Situamos la acción. Bubba llegó al hoyo 18 después de prácticamente enterrar su opciones de triunfo en el 17, par 3. Allí, se marchó al búnker de salida, necesitó dos golpes para sacarla de la arena y dos putts más para terminar con un dañino doble bogey. Salió del 17 contra las cuerdas y ya no le valía más que una machada, una situación idéntica a la que tantas y tantas hemos visto a Seve.

Y en el 18, par 5, llegó la genialidad. Necesitaba el eagle y para ello tenía que embocar desde el búnker, donde acabó tras pegar su segundo golpe. Venía de pifiarla en la arena apenas diez minutos antes, pero no le importó. Fue el golpe del día, de la semana y, sin duda, uno de los mejores del año. Embocó desde la arena para firmar el único eagle que se ha hecho en ese hoyo en toda la semana y forzar el desempate con el sudafricano Tim Clark. Ya en el playoff se llevó el triunfo embocando un magnífico putt de birdie de unos siete metros. Bubba le daba la vuelta a la tortilla en dos arranques de golf arte, al más puro estilo Severiano.

No es la primera vez que Bubba conecta un golpe de estas características para ganar un gran torneo. Sin ir más lejos, su primera victoria en el Masters la consiguió con una banana sensacional entre árboles que dejó a todos con la boca abierta. Ahí comenzaron las comparaciones con Seve.Watson consigue la victoria en el último campeonato del mundo de la temporada y redondea un 2014 que arrancó en abril de forma extraordinaria, ganando el Masters de Augusta. Su estilo recuerdo a Ballesteros, pero conviene aclarar que a su palmarés (dos Masters y un WGC HSBC) aún le queda mucho cuajo para parecerse al del golfista español.

Por cierto, Sergio García, que tenía la oportunidad de alcanzar el Número Dos del mundo ganando en Shanghái, finalizó en el puesto 28º. Volverá a tener más oportunidades las dos próximas semanas en Turquía y Dubái.

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