Pitos, penas y la gloria: así fue la etapa de Gerard Piqué en la Selección Española

Le pitaron en los últimos años, cada vez que se ponía la camiseta de la Selección. Esos silbidos, sin embargo, eran injustificados. Por supuesto que estaban dentro de la libertad de expresión, pero eran innecesarios porque Gerard Piqué, que ahora deja el fútbol, siempre defendió con honores a España dentro del terreno de juego. Hablar de lo que ocurre fuera del césped mejor dejarlo para el Congreso de los Diputados. Las heridas de Sudáfrica confirmaron su profesionalidad.

Piqué debutó con la Selección el 11 de febrero de 2009 en Sevilla, en el Ramón Sánchez Pizjuán. Aquel día, España venció a Inglaterra (2-0) y Gerard fue titular junto a Raúl Albiol como pareja de centrales. También jugó Sergio Ramos, aunque todavía ocupaba el lateral derecho. Aquel fue el primero de los siete torneos que el catalán disputó con el equipo nacional.

La primera parada fue en Sudáfrica, en 2009. España llegó como campeona de Europa, pero había atravesado el relevo en el banquillo. A Luis Aragonés lo había reemplazado Vicente del Bosque. En la cita continental, la pareja de centrales fue Marchena-Puyol. Sin embargo, Piqué reemplazó al sevillano en la Confederaciones. Aquella pareja con su gran amigo Puyi no duró mucho en la Selección.

La Confederaciones, su cuenta pendiente

España era una de las favoritas para ganar esa Copa Confederaciones, en una hipotética final frente a Brasil. Los sudamericanos llegaron a ella, donde Estados Unidos, la gran sorpresa del torneo, se colocó 0-2 ganando, el mismo resultado con el que venció al equipo de Del Bosque. Los brasileños, sin embargo, vencieron por 3-2 y se hicieron con el título. Fue el primero de los dos traspiés que tuvo Piqué con la Selección en ese torneo.

La candidatura a ganadora se reafirmó un año más tarde en Sudáfrica. Piqué, de nuevo, fue titular en el equipo y tuvo un periplo cargado de infortunios. En los dos primeros partidos en la fase de grupos, sufrió sendas heridas en el labio y en la ceja. Eso sí, no le impidieron jugar los siete encuentros de aquel Mundial en el que España consiguió su única estrella.

La lesión de Puyol, que atravesaba los últimos momentos de su carrera, unido al cambio de posición de Ramos, hicieron que el andaluz fuera su nueva pareja en la defensa. Dos tipos antagónicos en su forma de ser, pero que quizá formaron la mejor pareja de centrales de la historia de España. Con ellos dos atrás, la Selección se llevó la Eurocopa en 2012. Y se completó el famoso tres de tres, con los dos torneos continentales y el Mundial.

El fracaso de Brasil 2014

Brasil esperó a España, al igual que Sudáfrica, un año antes del Mundial, en 2013. Ese año, en el Barcelona, Piqué había cambiado a Guardiola por Tito Villanova, un relevo sin muchas modificaciones. En la Copa Confederaciones, el país enteró vibró de nuevo en una tanda de penaltis en semifinales. Si en la Eurocopa fue ante Portugal, aquella vez tocó frente a Italia.

La final más esperada, ese Brasil-España, llegó con un Maracaná completamente abarrotado y con ganas de cortar la racha triunfal de la Selección. Piqué fue de nuevo titular, en la única final que perdió defendiendo al país. Los brasileños, empujados por la grada, consiguieron una cómoda victoria (3-0).

El gran fiasco de Piqué con la Selección llegó un año más tarde, en el Mundial. España, que defendía el título logrado en Sudáfrica, fue eliminada en la fase de grupos después de las derrotas ante Holanda (1-5) y Chile (0-2). De nada sirvió la victoria ante Australia (0-3).

Por aquellos años, ya comenzaron los pitos al central, en cualquier entrenamiento o partido que tuviera con la Selección. Tanto sus compañeros como Del Bosque pedían respeto para Piqué cada vez que tenían la oportunidad. El público, sin embargo, no se mostró transigente.

Un gol de Piqué le dio la victoria a España frente a la República Checa en el primer partido de la Selección en la Eurocopa de 2016 (1-0). Ramos se subió a sus hombros, dejando ver que la relación que había entre ellos ya no era inexistente como antes. En esos momentos, había complicidad dentro y fuera del terreno de juego.

La Selección fue eliminada en octavos en esa Eurocopa, igual que en el Mundial de Rusia, el último torneo de Piqué. Sin en 2016 fue frente a Italia (2-0), en 2018 la derrota llegó frente a los anfitriones (1-1 y 3-4). El adiós, que lo anunció antes de aquella Copa del Mundo, se produjo con pena. La gloria, sin embargo, la alcanzó a lo grande con España.