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La historia de Luis Monti, el futbolista que se vendió a Mussolini después de salvar a su familia
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HOY SE CUMPLEN 22 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO

La historia de Luis Monti, el futbolista que se vendió a Mussolini después de salvar a su familia

En los albores de los Mundiales de fútbol, un argentino se iba a convertir en héroe de Italia después de verse amenazado hasta en dos ocasiones de muerte: una por ganar... y otra por caer derrotado

Foto: Luis Monti, durante un partido con la selección italiana.
Luis Monti, durante un partido con la selección italiana.

Hace exactamente 32 años iba a desaparecer uno de los grandes héroes de la historia de los Mundiales. Un 9 de septiembre de 1983, fallecía el argentino Luis Monti, uno de los jugadores más importantes del fútbol argentino... o italiano. Y es que el defensa nacido en Buenos Aires no sólo tiene el honor de ser el único futbolista de la historia que ha disputado dos finales de la Copa del Mundo con dos selecciones distintas sino que, sobre todo, es el único deportista que nunca quiso jugar los dos partidos que podían darle el título... por miedo a acabar asesinado.

Defensa recio, duro y muy contundente, pronto se convirtió en uno de los zagueros más importantes de Argentina. Su rudeza le convertía en un jugador muy difícil de superar, lo que permitió que a Monti se le conociera con el sobrenombre de 'Doble Ancho'. Sus primeros pasos en Huracán y Boca Juniors le hicieron fichar en 1922 por San Lorenzo de Almagro, donde se ganó su fama de zaguero expeditivo. Tras brillar en la selección argentina en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 -donde lograría la medalla de plata-, iba a llegar su gran oportunidad: los Mundiales.

Su debut en la Copa del Mundo le iba a convertir en héroe nacional, al ser el encargado de hacer el primer gol en la historia del torneo de la selección argentina tras conseguir el tanto de la victoria ante Francia. Jugador fundamental para la albiceleste, fue un pilar básico a lo largo del campeonato, permitiendo que el equipo entrenado por Francisco Olazar fuera contando sus partidos a base de victorias hasta meterse en la gran final. Convertida en la gran favorita del Mundial, Argentina lucharía por ser la primera campeona del mundo ante la anfitriona, Uruguay.

Pero entonces, Luis Monti lo hubiera dado todo por no jugar el partido definitivo. Nervioso, llorando y temblando en el vestuario, al saltar al terreno de juego olvidó su bravura para convertirse en una sombra en el campo. "Si un uruguayo se caía, él lo levantaba. Monti no debió jugar aquella final, estaba muerto de miedo", aseguró tiempo después su compañero Pancho Varallo. ¿El motivo? Muy sencillo: antes del comienzo del partido, un grupo de uruguayos se le acercó al defensa con un mensaje claro: 'Si Argentina gana la final, tú y tu familia no sobreviviréis'.

De héroe a villano

Argentina perdería aquella final por 4 a 2, a pesar de ir ganando 1 a 2 al descanso. Monti salvó la vida, pero la afición argentina pasó de idolatrare a tildarle de llorón y de cobarde. Por ello, no dudó lo más mínimo en aceptar la oferta de Italia para defender los colores de su selección, con otro contrato sobre la mesa para fichar por la Juventus de Turín. Por aquel entonces, Benito Mussolini ya era consciente del poder del deporte para mover masas y entendió que la posibilidad de ganar el siguiente Mundial sería un paso definitivo para fortalecer el Fascismo.

Italia se encargó de organizar el Mundial de 1934 y 'Il Duce' no iba a permitir, bajo ningún concepto, no ganar el torneo. Por ello, nacionalizó a cinco jugadores para reforzar a la 'Azzurra' -los argentinos Monti, Orsi, Guaita y Demaría, más el brasileño Guarisi-. Y tras 'fichar' a los 'oriundi', el siguiente 'trabajo' de Mussolini no fue otro más que comprar árbitros que facilitaran el camino de la selección anfitriona hacia el título. Tras golear a Estados Unidos en octavos de final, tuvo lugar uno de los partidos más bochornosos de todos los tiempos, precisamente ante España.

Ambos equipos iban a empatar a uno, en un partido tan duro que hasta siete españoles iban a caer lesionados, lo que provocó que no pudieran estar disponibles para el 'replay' que ganó Italia por 1 a 0. Orsi lo tenía claro: "Menos mal que ganamos. Mejor dicho, ganó Monti. Les pegó a todos, creo que hasta al seleccionador español". Tras vencer a Austria en semifinales, no sin un polémico arbitraje, Italia se metía a la gran final de su Mundial ante Checoslovaquia. Llegaba la segunda oportunidad de Monti para convertirse en campeón del mundo.

"Ganar o morir"

Pero lo que el argentino no esperaba era una nueva amenaza. El día antes del partido, Mussolini se reunió con la selección para hablarles muy claro: "Si Checoslovaquia nos quiere ganar, nosotros debemos golpearlos y ellos caer. Mucha suerte para mañana y, ya saben 'ganar o morir'" mientras hacía un gesto con el dedo pulgar sobre su cuello. Antes del partido, la selección italiana estaba realmente nerviosa, a los jugadores se los notaba atenazados e incapaces de encontrar un fútbol fluído, lo que provocó una nueva charla de 'Il Duce' en el descanso al ver que el marcador no se movía.

Dirigiéndose directamente al seleccionador Vittorio Pozzo, Mussolini volvió a soltar su amenaza: "Que Dios le ayude si llegan a fracasar". Y el miedo se hizo más real que nunca cuando Puc adelantaba a Checoslovaquia en el 70 de partido. Cuando el partido acababa, en el minuto 81, Orsi iba a salvar a toda una selección, pero no sería hasta el gol de Schiavo en el 95' cuando Italia iba a suspirar, y no tanto de alegría por ganar su primer campeonato del mundo como de tranquilidad por haber evitado la muerte al conseguir el objetivo marcado por 'Il Duce'.

Tras aquel partido, Monti no sólo conseguía su primer Mundial, sino que se convertía en el primer jugador de la historia -y único, hasta la fecha- en jugar dos finales de la Copa del Mundo con dos selecciones diferentes. Y, lo que es más importante, consiguió salvar la vida por segunda final consecutiva: "En 1930, en Uruguay, me querían matar si ganaba, y en Italia, cuatro años más tarde, si perdía". Esta es la historia de Luis Monti, un jugador que terminó por hacer carrera en Italia tanto como jugador como entrenador y que un 9 de septiembre de hace 32 años perdía la vida a los 82 años.

Hace exactamente 32 años iba a desaparecer uno de los grandes héroes de la historia de los Mundiales. Un 9 de septiembre de 1983, fallecía el argentino Luis Monti, uno de los jugadores más importantes del fútbol argentino... o italiano. Y es que el defensa nacido en Buenos Aires no sólo tiene el honor de ser el único futbolista de la historia que ha disputado dos finales de la Copa del Mundo con dos selecciones distintas sino que, sobre todo, es el único deportista que nunca quiso jugar los dos partidos que podían darle el título... por miedo a acabar asesinado.

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