Sin dramatismos en Italia: sólo hace falta un punto para pasar tras caer por el "cansancio"

Si algo está claro en un Mundial es que nada queda garantizado después de ganar el primer partido. Se puede ganar de manera muy ajustada, como le sucedió a México contra Camerún, o épica, como Suiza a Ecuador. Se puede hacer historia, tal como hizo Holanda ante España, u ofreciendo un espectáculo sublime, algo que se vivió en el Italia-Inglaterra de la primera jornada del grupo D. Todo el mundo coincidía: ese encuentro se postulaba ya desde el inicio como un candidato serio a mejor partido de la Copa del Mundo 2014, no sólo por el buen juego azzurro, sino también por la gran respuesta sin premio inglesa.

Pero no ha pasado ni una semana de competición y esos aplausos y vítores bien merecidos tras el despliegue futbolístico italiano (comparable al estilo ofrecido en la Eurocopa de 2012) hacia la tetracampeona del mundo se han convertido de la noche a la mañana en dudas para los mismos jugadores que ganaron a Inglaterra y perdieron con Costa Rica. Era sin duda el partido en que los tres grandes del grupo pensaban en sumar los tres puntos. Los centroamericanos no daban ni el más mínimo miedo a los tres campeones y con la cabeza gacha y con un trabajo excepcional, dieron la vuelta al panorama y se han metido en octavos de final casi ya como primeros de grupo.

Si la prensa italiana suele ser bastante crítica con los planteamientos de su Nazionale cada vez que obtienen un resultado negativo y centrando habitualmente sus iras en Cesare Prandelli, esta vez la situación todavía favorable para Italia ante el último partido contra Uruguay, parece no haber desatado la ira de la stampa del país. El Corriere dello Sport, por ejemplo, destaca en su portada digital que apenas “basta un empate con Uruguay para pasar”, lo cual evidencia que más que palabras duras hacia cualquier miembro de la selección, prefieren optar por la calma y la esperanza en el último choque.

Sin embargo, el mismo periódico italiano publicó los resultados de una encuesta realizada entre sus lectores en la que preguntaban cuál era el motivo de la derrota inesperada de Italia. Las opciones eran “equipo irreconocible”, “elecciones de Prandelli” y “calor exagerado”. Pues bien, en este caso, los palos se los llevó el entrenador lombardo, que se llevó la palma con más de un 70% de los casi 9.000 votos, siguiendo así el hilo tradicional ya en Italia de que todos los problemas de la Nazionale son culpa de Prandelli.

En cambio, otros dos medios nacionales de referencia, como son La Gazzetta dello Sport y La Repubblica hablan de que el problema principal del combinado azzurro fue el cansancio acumulado en las piernas de los jugadores. La Repubblica destaca a Candreva, Thiago Motta, Marchisio y Chiellini como los más afectados por el calor sufrido en Recife y espera su recuperación para afrontar el duelo contra Uruguay, que será en Natal otra vez a las 13 horas brasileñas, en uno de los momentos de más calor del día.

Mientras, La Gazzetta añade al problema general del cansancio los primeros síntomas de dudas sobre el juego de posición italiano. El desarrollo balompédico italiano ha querido que esta nueva Italia juegue de una manera infinitamente más atractiva de lo que acostumbraba y ya en aquel país califican el nuevo estilo como tiqui-Italia. Reclama el periódico rosa que los que salten al campo “estén 100% convencidos de la identidad táctica con la que Italia afronta a los adversarios” y reclaman que en la selección hacen falta “atletas” y es lo que se necesita en este Mundial, según dicen.

Por su parte, el diario turinés Tuttosport habla de una posible “revolución” de Prandelli de cara a ese decisivo choque contra Uruguay en la que podría incluso estar involucrado negativamente Mario Balotelli, que podría quedarse en el banquillo dando entrada al capocannoniere de la Serie A, Ciro Immobile. Además, propone un cambio de sistema dejando a un lado el habitual 4-1-4-1 del seleccionador por el 4-3-3 con el que Italia trató de hacer daño a Costa Rica en la segunda parte sin conseguirlo.