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Casillas besó la Copa del Mundo... y a Carbonero
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EL GUARDAMETA PERSONALIZA LA ALEGRÍA DE ESPAÑA

Casillas besó la Copa del Mundo... y a Carbonero

Ciento quince minutos de sufrimiento, cinco de lágrimas sin parar y un beso, sincero y lleno de sentimiento, resumen el triunfo de España en el Mundial de Sudáfrica.

Foto: Casillas besó la Copa del Mundo... y a Carbonero
Casillas besó la Copa del Mundo... y a Carbonero

Ciento quince minutos de sufrimiento, cinco de lágrimas sin parar y un beso, sincero y lleno de sentimiento, resumen el triunfo de España en el Mundial de Sudáfrica. Iniesta nos llevó a la gloria con su gol, pero antes apareció Casillas para evitar que el fútbol hubiera cometido una de las mayores injusticias deportivas que se puede recordar, que no hubiera sido otra cosa que un simple gol de Holanda. Ya no hablo de una hipotética victoria Naranja, hago referencia a la posibilidad de que el fútbol mezquino y sucio se hubiera puesto por delante en el marcador. Y ahí estaba el capitán para aparecer en el momento justo y frenar en seco las aspiraciones holandesas.

 

Cuando tan sólo restaban cinco minutos para que terminara el agónico partido y se diera paso a la salvaje y cruel tanda de penaltis, Casillas rompió a llorar sin consuelo. En un principio se tapó la cara para evitar la siempre indiscreta mirada de una cámara de televisión, pero sus manos en la cara le delataron. No podía contenerse. El mejor portero del Mundial según la FIFA no tenía fuerzas para celebrarlo con sus compañeros. No podía. Su cuerpo y su cabeza sólo le invitaban a llorar. Nada más.

 

Corría el reloj y cuando Webb pitó el final del partido, el portero estalló. Ya le daba igual que se todo el mundo viera como las lágrimas caían por su cara. Era feliz y lo demostraba llorando. "Se lo dedico a mi hermano, a mis padres y a mi novia que lo ha pasado muy mal por todo lo que se ha dicho. Se ha sido muy injusta con ella".

 

La dedicatoria personal todavía tendría que esperar unos minutos. Antes, Casillas, ejerciendo de capitán, tuvo el honor de levantar la Copa del Mundo. Sólo diecinueve personas pueden presumir de tener el privilegio de haber levantado el trofeo que acredita a una selección, a un país como campeón del mundo.

 

Vuelta al ruedo, alegría compartida con todo el estadio, pero la sorpresa final que Iker tenía preparada era la dedicatoria especial la que iba a ofrecer a toda España a través de Telecinco. Y es que el capitán, nada más terminar la entrevista que le estaba haciendo Sara Carbonero y dedicarle el triunfo, le dio un beso de verdad, de corazón, con sabor a Mundial. Ya saben, cuando la española besa, s que besa de verdad. Eso sí, no fue a la primera a la que besó, ya que instantes antes, dio otro beso igual de sincero e intenso, pero en esta ocasión a algo inanimado, pero que logra volver loco a todo el mundo. Si hablamos  de esa copa que Blatter le entregó en su mano y que consiguió que toda España saltara de alegría.

Ciento quince minutos de sufrimiento, cinco de lágrimas sin parar y un beso, sincero y lleno de sentimiento, resumen el triunfo de España en el Mundial de Sudáfrica. Iniesta nos llevó a la gloria con su gol, pero antes apareció Casillas para evitar que el fútbol hubiera cometido una de las mayores injusticias deportivas que se puede recordar, que no hubiera sido otra cosa que un simple gol de Holanda. Ya no hablo de una hipotética victoria Naranja, hago referencia a la posibilidad de que el fútbol mezquino y sucio se hubiera puesto por delante en el marcador. Y ahí estaba el capitán para aparecer en el momento justo y frenar en seco las aspiraciones holandesas.

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