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Falcao sirve la cabeza de Koeman en bandeja y pone a Laporta contra las cuerdas (1-0)
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Otra raya para El Tigre

Falcao sirve la cabeza de Koeman en bandeja y pone a Laporta contra las cuerdas (1-0)

El Barça volvió a perpetrar otro partido flojo, previsible y soporífero frente al conjunto revelación de LaLiga, el Rayo Vallecano. El colombiano abrió la lata y Depay falló un penalti

Foto: El Kun Agüero se lamenta tras la derrota. (EFE)
El Kun Agüero se lamenta tras la derrota. (EFE)

El Rayo Vallecano es el equipo revelación de LaLiga. Un conjunto vibrante, vertical y sólido capaz de sacudir a sus rivales y convertir sus dudas en goles en contra. Si el adversario es un Barça que navega a la deriva de la mano de Ronald Koeman y que visita el feudo de la franja, la mezcla química genera una bomba de relojería que explotó en la cara del club azulgrana. Apoyados en una presión asfixiante y un ataque fulgurante, el Rayo de Andoni Iraola sacó a relucir todas las deficiencias estructurales de un Barça enano y sin capacidad de reacción que fue a remolque del cuadro local. Otra derrota más. Otro desastre culé.

placeholder Koeman no da con la tecla. (EFE)
Koeman no da con la tecla. (EFE)

El gol de Radamel Falcao tras una pérdida de Sergio Busquets y un recorte ante un pasmado Gerard Piqué disparó el optimismo de un Rayo Vallecano cómodo. Fue la guinda del pastel en una primera parte donde el Barça se derribó con el más mínimo soplido. El Barça se fue al descanso sin disparar ni una sola vez entre los tres palos ante la desesperación de su afición, crispada con un Philippe Coutinho intrascendente y un equipo a merced de su rival. En la segunda parte, el conjunto azulgrana apretó y generó tres buenas ocasiones, pero ni Nico González ni el Kun Agüero por partida doble pudieron situar las tablas.

El torpe penalti de Óscar Valentin sobre Memphis Depay acercó al Barça de nuevo a rascar un punto, pero Stole Dimitrievski adivinó el lanzamiento del delantero neerlandés y el arreón azulgrana se difuminó de nuevo. El Rayo Vallecano volvería a coger las riendas del partido para asentarse en una zona europea donde vive instalado en la Europa League con 19 puntos y acaricia la Champions (a tan solo un punto).

Lo peor | posesión

El Barça es un conjunto previsible y aburrido. A veces ni siquiera importa que roten los futbolistas, porque el problema es mucho más profundo. Es un desastre colectivo. Por eso sus posesiones, con futbolistas mal perfilados para generar ventajas en los primeros pases, fue una bicoca para un equipo ultravertical y agresivo como el Rayo Vallecano. Las pérdidas de Sergio Busquets, Sergi Roberto o Philippe Coutinho provocaron muchos problemas desde el principio y así llegó el golazo de Radamel Falcao. Esto no es una acción puntual, sino una cuestión enraizada en los hombres de Koeman. Los circuitos de pases son anodinos, no desordenan el sistema defensivo rival y acaban rompiendo a un Barça con tendencia a romperse y dejar sus líneas muy divididas.

placeholder Piqué no supo cómo frenar a Falcao. (Reuters)
Piqué no supo cómo frenar a Falcao. (Reuters)

Los atacantes se limitan a tocar la pelota hacia atrás, los centrocampistas pocas veces buscan a los delanteros al hueco y la fantasía individual de Memphis Depay, Kun Agüero y Sergiño Dest brilló por su ausencia. A cámara lenta giró Gerard Piqué para defender el movimiento de Falcao al espacio. A cámara lenta también juega este Barça acostumbrado a tocar al pie y matar de hastío a sus propios aficionados. No hay brotes verdes en un equipo incapaz de encontrar mejoras colectivas ni individuales a medida que avanzan las semanas.

Lo mejor | El Rayo es un equipazo

Andoni Iraola ha construido a un equipo que sabe qué hacer en todo momento. Vertical, agresivo, concentrados sólidos y contundentes en las dos áreas, el cuadro vallecano sacó de quicio al Barça sin la necesidad de amasar pelota como sus rivales. No le hacía falta pese a tener el talento suficiente como para completar posesiones de calidad. Siempre que se producía el más mínimo error en los pases azulgranas, los futbolistas rayistas siempre estaban cerca y bien colocados para robar la pelota y salir escopeteados al contragolpe. Así llegó el 1-0, pero es una de las principales señas de identidad del equipo de moda en el fútbol español.

placeholder Andoni Iraola saluda a Ronald Koeman. (EFE)
Andoni Iraola saluda a Ronald Koeman. (EFE)

El Rayo Vallecano acaricia la Champions League de forma merecida porque su rendimiento colectivo es capaz de complementar su talento individual. Es cierto que, libra por libra, no acumula un catálogo de estrellas como otros clubes de LaLiga, pero cuenta con un técnico lo suficientemente bueno como para elevar el nivel medio de su plantilla y maquillar las carencias particulares de sus futbolistas. Todo lo contrario que Koeman, empeñado en ser la cabeza visible del Barça más pequeño de los últimos tiempos.

Lo bueno | Falcao sigue siendo un tigre

El Tigre volvió a dejar una muestra en forma de gol de su inabarcable talento. A sus 35 años, aprovechó la asistencia de Óscar Trejo al espacio para ganar la carrera a un dubitativo Gerard Piqué, recortarle dentro del área, colocar la pelota en la cepa del poste y superar a ter Stegen. Con cuatro goles en seis partidos de LaLiga, el colombiano es uno de los delanteros más en forma del campeonato y no queda ni rastro de las lesiones que mermaron su paso por el Galatasaray en Turquía. Ganó los duelos individuales áereos, bajó las pelotas llovidas del cielo, se movió como pez en el agua fuera del área (y dentro de ella) y superó tanto a Eric García como a Gerard Piqué.

placeholder Falcao celebra su gol. (EFE)
Falcao celebra su gol. (EFE)

Quizás el sudamericano ya no está para la exigencia de disputar 90 minutos a máxima intensidad, pero los momentos de fútbol espléndidos que sigue dejando sobre el césped de Vallecas ya hacen bueno un fichaje con muchas incógnitas de rendimiento despejadas. A la hora de definir, no hay más de tres delanteros más letales ni determinantes en el interior del área que el del Rayo Vallecano. Si la salud se lo permite, va a brindar muchas noches de gloria al club de la franja.

Lo normal | Ambientazo en Vallecas

La afición de la franja rugió como pocas pueden hacerlo en LaLiga para proyectar a su equipo hacia la victoria. A pesar de tener una directiva empecinada en complicar el matrimonio entre afición e institución, los seguidores del Rayo Vallecano volvieron a llenar su estadio y nunca dejaron de animar. Es mérito de un equipo vibrante y que nunca se rinde, pero también de una afición que siempre está al pie del cañón incluso en los momentos más complicados a nivel institucional, económico y social. Es momento de disfrutar. Se lo han ganado.

placeholder Una imagen del encuentro. (EFE)
Una imagen del encuentro. (EFE)

Lo malo | La poca jerarquía del Barça

El Barça es un equipo triste y previsible donde su técnico da bandazos tácticos y su presidente mantiene al entrenador en el cargo a pesar de que no hay nada que rescatar de los partidos de su equipo. Sin embargo, la pobreza individual de los jugadores llamados a amortiguar la marcha de Leo Messi es flagrante. Desde la falta de determinación de Memphis Depay para transformar el penalti que pudo haber significado el 1-1 en Vallecas pasando por la irrelevante actuación de Philippe Coutinho y acabando en la falta de puntería del Kun Agüero.

placeholder Coutinho, uno de los principales señalados. (Reuters)
Coutinho, uno de los principales señalados. (Reuters)

El Barça sigue sin ganar fuera de casa ni marcar lejos del Camp Nou. Un dato que, lejos de ser anecdótico, radiografía a la perfección la ruina deportiva y económica de un conjunto que ha perdido la grandeza tras la marcha del astro rosarino. De nuevo, la pelota vuelve a estar en el tejano de Joan Laporta. Echar a Ronald Koeman en verano y en septiembre hubiese sido caro, pero más caro va a salir quedarse fuera de la Champions League (están a cinco puntos) y, quizás, caer en la fase de grupos de la máxima competición continental. ¿Perder tenía consecuencias? Veremos hasta qué punto.

El Rayo Vallecano es el equipo revelación de LaLiga. Un conjunto vibrante, vertical y sólido capaz de sacudir a sus rivales y convertir sus dudas en goles en contra. Si el adversario es un Barça que navega a la deriva de la mano de Ronald Koeman y que visita el feudo de la franja, la mezcla química genera una bomba de relojería que explotó en la cara del club azulgrana. Apoyados en una presión asfixiante y un ataque fulgurante, el Rayo de Andoni Iraola sacó a relucir todas las deficiencias estructurales de un Barça enano y sin capacidad de reacción que fue a remolque del cuadro local. Otra derrota más. Otro desastre culé.

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