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A Messi no le hace falta entrenar para jugar un ratito y darle tres puntos al Barça
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remontada culé al gol inicial de torres

A Messi no le hace falta entrenar para jugar un ratito y darle tres puntos al Barça

El Cholo sigue sin dar con la tecla y ni siquiera se dio cuenta de que Luis Enrique se la puso en bandeja al no poner a Messi. Torres marcó a lo Torres, Neymar a lo Mihajlovic y Messi a lo Messi

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Simeone jugaba contra el Barça, contra su pasado, contra ese equipo y con su forma rácana de afrontar esos encuentros. El triple reto al que se enfrentaba colapsaba la mente. ¿Qué hacer para no hacer lo mismo de siempre y obtener lo mismo de siempre? El once del Cholo está ya establecido del primer jugador, el portero, al segundo delantero, su única duda es la delantera. Y con esa alineación sabida, las maneras de hacer pupa al Barça no son demasiadas. El estilo adquirido pesa y mucho y la posesión azulgrana te va abocando, poco a poco, hacia un embotellamiento en área propia del que es difícil salir una vez dentro. La solución no era sencilla… y no la encontró.

Unos minutos antes del inicio el rival le dio el remedio: no jugaba Messi. Sin Messi, el Barça de Messi no es lo mismo, como es lógico. Digo el Barça de Messi porque ha sido así desde hace años, pero más aún desde que está Luis Enrique en el banquillo. Casi todo (siendo benévolo) depende de cómo se levante el rosarino y si en ese partido toca seguir escribiendo la historia del fútbol o si ese día sólo toca ser el mejor del mundo. Sin él, la cosa cambia y no poco. Claro que no hay ninguno que se le parezca en la plantilla, por tanto, el único que tiene cierta semejanza con el estilo de Leo es Rafinha. Zurdo, con visión de juego y jugando a pierna cambiada.

Pero el Barça sin Messi es como un robot espléndido y hermoso que tiene la memoria RAM vacía, sin software. Las ideas productivas escasean, la claridad brilla por su ausencia y de las ocasiones ni hablemos. Pero ni con esas Simeone se atrevió a hacer de su Atleti algo más que un equipo sólido y fiable. No se encerró de manera tan evidente como en precedentes anteriores, pero sólo subió su línea defensiva unos pocos metros, los suficientes para no llegar al área contraria a la contra con la lengua fuera. Y aun así, el Barça provocó dos penaltis no pitados por sendas manos y Suárez se encontró con el larguero.

Pero el problema más grave del Atleti contra este Barça es que no es capaz de crear a través de un ataque posicional. El Barça intimida aunque no esté Messi. Cualquier equipo que se enfrente a él, salvo el Rayo y alguna otra rara excepción, se considera capaz de optar a quitarle la posesión durante varios minutos. El Atleti es de los que la regala a sabiendas. Y si le dejan, al Barça le gusta jugar. ¡Cómo no le va a gustar con Iniesta, Busquets y Rakitic juntos! La conexión entre los tres centrocampistas culés fue lo mejor de prácticamente todo el partido, sólo superado por el hermoso libre directo de Neymar.

Ese triángulo medular lo frenó levemente el Cholo con un 4-3-3 que situaba a Koke y Óliver más cerca del medio y así afrontó parte del final del primer tiempo y todo el segundo acto. Mejoró temporalmente el juego rojiblanco mientras que el Barça se tomaba un respiro que no le salió mal de milagro. El empane azulgrana le costó un gol y algún intento de Torres. El Niño no aporta prácticamente en el juego colectivo, ya que ahora, lejos de la plenitud física de su juventud, tampoco presiona. Pero hay algo que le atrae del Barça y casi siempre le tiene que marcar. La cosa es que se marcó en una carrera de esas que quedaron en la retina de la parroquia rojiblanca… propiciada por un despiste similar al gol de Aduriz en el Camp Nou en la vuelta de la Supercopa. Torres solamente tuvo que correr más que Mascherano y cruzarla.

Claro que lo de Messi en el banquillo era algo temporal, como esa moneda de cinco duros con la que jugábamos al Pang y parecía eterna, pero que sabíamos que en algún momento se acabaría. Al Cholo se le acabó el duro y Lucho sacó a Messi. Y ya iba 1-1, no le hizo falta para empatar. Salió el enano, como diría Romero, y resolvió una noche más la papeleta a Luis Enrique, ese con el que no se habla todavía y al que ha convertido en uno de los entrenadores azulgranas más laureados en año y pico. Fue un gol de los que no nos tiene acostumbrados. Fue de empujar, de meter la puntita (que hay que meterla y tal como lo hizo, ojo). Pero también vale, porque Messi atrae lo bueno hacia él, como un imán.

El Cholo sacó todo lo que tenía en el banco. Y porque no podía salir él, sino también se habría sacado a sí mismo. Cómo le habría gustado poder echar mano de Ángel Correa, uno de tantos argentinos que han venido de la Albiceleste y no han jugado esta jornada. Hizo debutar a Vietto, y ningún colchonero se acordará de su primer partido oficial. Ni siquiera Jackson mejoró a Torres. Ya daba igual todo, el Atleti había perdido cuando Messi saltó al campo, porque hay un argentino que le da igual jugar con su país, ver nacer a su hijo, no entrenar…

Ficha técnica:

1 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Óliver (Yannick Carrasco, m. 60), Gabi (Vietto, m. 81), Tiago, Koke; Griezmann y Fernando Torres (Jackson, m. 62).

2 - FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Mascherano, Vermaelen (Mathieu, m. 27), Jordi Alba; Sergio Busquets, Rakitic (Messi, m. 60), Iniesta; Rafinha, Neymar y Luis Suárez.

Goles: 1-0, m. 51: Torres culmina un pase de Tiago. 1-1, m. 55: Neymar, por la escuadra falta directa. 1-2, m. 77: Messi, tras una pared con Luis Suárez.

Árbitro: Mateu Lahoz (C. Valenciano). Amonestó a los locales Óliver (m. 18), Filipe Luis (m. 43) y Giménez (m. 89) y al visitante Iniesta (m. 44).

Incidencias: partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 54.000 espectadores.

Simeone jugaba contra el Barça, contra su pasado, contra ese equipo y con su forma rácana de afrontar esos encuentros. El triple reto al que se enfrentaba colapsaba la mente. ¿Qué hacer para no hacer lo mismo de siempre y obtener lo mismo de siempre? El once del Cholo está ya establecido del primer jugador, el portero, al segundo delantero, su única duda es la delantera. Y con esa alineación sabida, las maneras de hacer pupa al Barça no son demasiadas. El estilo adquirido pesa y mucho y la posesión azulgrana te va abocando, poco a poco, hacia un embotellamiento en área propia del que es difícil salir una vez dentro. La solución no era sencilla… y no la encontró.

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