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El orden del Málaga desespera y frena a un Barcelona inofensivo y sin imaginación
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NI UN TIRO AZULGRANA ENTRE LOS TRES PALOS

El orden del Málaga desespera y frena a un Barcelona inofensivo y sin imaginación

El mérito del Málaga se basó en su férrea defensa, la misma que frenó a un Barcelona que dejó una imagen gris y evidenció falta de chispa y gol (0-0)

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El Barcelona de Luis Enrique lució una cara algo diferente a la habitual. Sobre el césped de La Rosaleda no estaba la habitual pareja de centrales (Mascherano-Mathieu) sino la formada por Piqué y Bartra. Las rotaciones del asturiano se centraron en la defensa puesto que Douglas debutó con la camiseta azulgrana en la banda derecha; Pedro, por su parte, recibía un voto de confianza por parte del técnico asturiano en detrimento de Munir. Las intenciones de Luis Enrique quedaban claras: no quería hacer experimentos del centro del campo hacia arriba por lo que dispuso su equipo de gala. Enfrente se topó con un Málaga que tenía varios titulares en el banquillo y quesalió a disputarle el balón sin miedo mientras los azulgranas buscaban imponer su ritmo en la zona de tres cuartos moviendo el cuero con rapidez. Intento en vano cuando delante está un equipo que se agranda si le dan opción a ello.

Los hombres de Luis Enrique se vieron obligados a reducir su velocidad de crucero gracias al buen hacer defensivo del Málaga; tanto que no hubo ni un solo disparo azulgrana entre los tres palos.El Barcelona era un equipo previsible, incapaz de asociarse por el interior mientras los andaluces esperaban un robo para salir a la contra. Así fue como Amrabat obligó a Claudio Bravo a trabajar algo más que Kameni: las ocasiones del Barcelona se contaban con los dedos de una mano y sobraban. Lo intentó Pedro, pero se ‘autoregateó’. Messi quiso dar el do de pecho a la media hora de partido y no llegó a definir una pared con Jordi Alba en presencia de Pedro. El Málaga hizo sudar y trabajar a un Barcelona que apenas encontraba huecos y se mostraba lento en la circulación. La culpa o, mejor dicho, el mérito era de los hombres de Javi Gracia.

El conjunto andaluz frenaba al líder e impedía que se adueñase del partido. Bajo los focos de La Rosaleda, se vio un equipo local sólido, firme, férreo y acertado a la hora de tapar las posibilidades azulgranas gracias a la mano de hierro de Camacho. La consecuencia más evidente se tradujo en un partido equilibrado que el Barcelona sólo parecía poder romper con engaño y distracción para desordenar a la defensa rival. Algo que hasta el descanso no logró a pesar de la chispa de Jordi Alba. El paso por vestuarios le sentó bien al Málaga puesto que salió presionando en terreno azulgrana; los andaluces ya no estaban a merced de su rival. Éste se removía inquieto, incómodo, sufriendo por no poder estirarse.

La motivación malagueña podía con un Barcelona que no logró tomar el mando hasta que no transcurrieron los primeros quince minutos de la segunda parte. Tiempo que Luis Enrique empleó para dar salida a Sandro y Munir por Pedro y Neymar, dos cambios naturales. Antes, en un córner, Bartra tuvo la primera ocasión clara ganando la posición en el primer palo. La voz cantante le duró poco a un Barça inofensivo, gris e hipotecado a la invención de Messi ante la discreción mostrada por Iniesta. Actitud también mostrada por Douglas; su debut no fue el soñado y acabó siendo sustituido por Adriano. A su actuación hay que sumarle la falta que cometió y botó Luis Alberto buscando el disparo directo. El balón se topó con la diosa Fortuna: Bravo despejó y el cuero se encontró primero con el palo y con Piqué después.

El mismo que minutos después cabeceó con peligro un balón flojo poniendo en apuros a Kameni y cometiendo falta. Y es que el balón parado fue la única baza azulgrana en los últimos compases del partido, instantes en los que la tensión se elevó cuando Wellington y Messi tuvieron un encontronazo en el área local. El Málaga acusó un ligero desgaste en la recta final, suficiente para seguir dando guerra y aguantar mientras el Barcelona quemaba sus últimas naves y contemplaba cómo en la orilla esperaba el Sevilla para compartir el liderato de la Liga. La Rosaleda, por su parte, estalló para celebrar un punto de oro cargado de mérito y buen hacer logrado por un Málaga que no derrotó al Barcelona de Luis Enrique, pero tampoco le dejó saborear la victoria.

Ficha técnica

Málaga: Kameni; Rosales, Sergio Sánchez, Weligton, Torres; Darder, Camacho; Castillejo (Juanmi, min.77), Duda (Luis Alberto, min.67), Juanpi (Recio, min.85); y Amrabat.

FC Barcelona: Bravo; Douglas (Adriano, min.73), Piqué, Bartra, Alba; Busquets, Rakitic, Iniesta; Pedro (Sandro, min.64), Messi y Neymar (Munir, min.64).

Árbitro: Hernández Hernández (Col. Las Palmas). Amonestó a Rosales (min.73), Weligton (min.82) en el Málaga y a Douglas (min.70), Piqué (min.82) en el FC Barcelona.

Estadio: La Rosaleda.

El Barcelona de Luis Enrique lució una cara algo diferente a la habitual. Sobre el césped de La Rosaleda no estaba la habitual pareja de centrales (Mascherano-Mathieu) sino la formada por Piqué y Bartra. Las rotaciones del asturiano se centraron en la defensa puesto que Douglas debutó con la camiseta azulgrana en la banda derecha; Pedro, por su parte, recibía un voto de confianza por parte del técnico asturiano en detrimento de Munir. Las intenciones de Luis Enrique quedaban claras: no quería hacer experimentos del centro del campo hacia arriba por lo que dispuso su equipo de gala. Enfrente se topó con un Málaga que tenía varios titulares en el banquillo y quesalió a disputarle el balón sin miedo mientras los azulgranas buscaban imponer su ritmo en la zona de tres cuartos moviendo el cuero con rapidez. Intento en vano cuando delante está un equipo que se agranda si le dan opción a ello.