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El oportunismo salva al Atleti de la quema
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victoria apurada ante el eibar (2-1)

El oportunismo salva al Atleti de la quema

Los tantos de Miranda tras un córner, y Mandzukic, después de una falta, dan la victoria al Atleti ante un Eibar valiente que apretó con el gol de Abraham

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‘Adelante Campeón’, rezaba el tifo organizado por un Frente Atlético infatigable para maquillar el pobre estreno liguero en el Vicente Calderón. Antes de empezar a empapar de sudor la elástica y sufrir como casi siempre, tocaba bañarse en aplausos y vítores. Gabi, Godín y Raúl García alzaron la Copa de la Liga (105 días después del triunfo en el Camp Nou) en un palco de autoridades donde imperaba la sonrisa nerviosa. A pocos metros de allí, el gesto del sancionado Simeone, sentado junto a Vizcaíno, no transmitía mejores sensaciones.Tras los 90 minutos de acción, la pose no mejoró mucho. El Atlético vivió de las rentas que le proporcionaron dos jugadas a balón parado antes de cumplirse la primera hora para deshacerse de un Eibar descarado y correoso. Los cabezazos de Miranda, a la salida de un córner, y Mandzukic, tras una falta templadita de Gabi, fueron el sustento para sumar el primer triunfo del curso. El Eibar, insolente y sin miedo al abismo, recortó distancias por medio de un gran gol de Abraham. Insuficiente botín para derrocar a la percha de un Atleti a quien sólo su experiencia en los momentos críticos salvó del desastre (2-1).

Al margen de las merecidas flores, los tres puntos invadían los pensamientos de un Atlético que, en vista de la inoperancia de la directiva para cerrar los deseos del cuerpo técnico, deberá conformarse y luchar con lo que tiene. Una plantilla en teoría competitiva de la que sólo el tiempo dirá si basta para plantar cara al previsible bipartidismo Madrid-Barcelona. Quien finalmente no estuvo presente en la ribera del Manzanares fue José Eulogio Gárate. 37 años después de su partido homenaje, desde las redes sociales se trató de promover una iniciativa para que ‘el ingeniero del área’ hiciera el saque de honor ante los dos equipos de su vida. Por desgracia,la leyenda rojiblanca no se encontraba en Madrid y fue sustituido por lasjugadoras de la selección española femenina de waterpolo.Los más nostálgicos del lugar se quedaron con las ganas de ver patear a uno de sus ídolos desde el centro de la cancha.

Antes de nada, el Eibar trató de recular y aclarar un malentendido que inundó de morbo la previa del choque. En declaraciones a las cámaras de Gol T, el técnico armeno, Gaizka Gartinao – quien se refirió al Atlético en los siguientes términos: "Son unos hijos de puta, te dan mil hostias y te expulsan a ti"-, dijo que su rival “es un equipo que nos encanta, un espejo en el que nos miramos". Cosas defútbol. Sin cadencia y con las fuerzas repartidas arrancó un partido que puso de manifiesto lo difícil que está siendo carburar para los colchoneros en su particular ‘vuelta al cole’. A falta de exuberancia, buenas son unas pequeñas dosis de oportunismo y picardía para tomar impulso y salir del atolladero.

Cuando el balón danzaba de una punta a otra del verde, en medio del agitar de una afición ansiosa por ver al equipo que tantas alegrías les dio el pasado curso, llegó un premio inopinado para los locales. En el primer saque de esquina del partido, Koke botó un balón cerrado y cortito desde la derecha. Nada más ver salir el balón de la bota del canterano, Miranda recordó las lecciones del Cholo durante las intensas sesiones de entrenamiento en elCerro del Espino. El central brasileño se adelantó a la defensa y cabeceó al fondo de la la red con un escorzo exagerado. Una jugada repetida hasta la saciedad que todo el mundo conoce pero que pocos son capaces de desbaratar antes de que sea demasiado tarde.

El Eibar pensó entonces que debía reordenar sus intenciones retrocediendo y conservando un poco el balón. Ante la falta de ritmo, la astucia y pillería de Mario Mandzukic forzaron la máquina para alumbrar un segundo mordisco, también a balón parado, que desnudaba las vergüenzas de un Eibar, mejor defensor el año pasado en Segunda, que ya sabe que en Primera cualquier despiste puede costar un ojo de la cara. Gabi sacó una falta provocada por Mandzukic, cómodo en el papel de tronco con destreza en el juego de espaldas. El balón al corazón del área no encontró oposición hasta dar con la testa del croata que no perdonó en una de las especialidades de la casa.

De falta en falta y tiro porque me toca. Poco después, Javi Lara, el héroe encargado de marcar el primer gol del Eibar en primera, se encargó de pegar una falta sobre Capa al borde del área que Moyá repelió con jerarquía. Un encontronazo que envalentonó a los de azul celeste, dando el pistoletazo de salida a los mejores minutos de los guipuzcoanos. Ante la adversidad, el Eibar se creció y, en una acción de manual, obtuvo el premio a una valentía encomiable. Permítanme el regodeo. Arruabarrena jugó con Ángel, que a la altura de la frontal y de tacón se la cedió a Abraham. El lateral zurdo se encontró con un balón franco en la frontal que golpeó con maestría con su pierna derecha (cualquiera diría que el chaval es zurdo cerrado). El balón, templado y silencioso, dibujó una parábola de ensueño y fue directo a quitar las telarañas que se habían formado durante el verano en la portería de Moyá. Una asociación perfecta que hace las delicias de cualquier aficionado al mundo del fútbol.

El descaro del Eibar, en feliz sintonía con la apatía atlética, seguía emitiendo señales preocupantes para los locales. Para muestra, un botón. Dos palmos le faltaron a un perro viejo como Arruabarrena para cazar dentro del área el envío de Ángel desde el carril diestro. El colofón soñado a un tres para tres decidido y lleno de pasión. Poco antes del intermedio, un Raúl García desaparecido en funciones a punto estuvo de sorprender desde fuera del área. Sólo los reflejos, la manopla y el vuelo arácnido de Irureta evitaron el tercero en una gran intervención del portero del Eibar. Inquietante imagen la del ‘Mono’ Burgos, cronómetro colgando, mascando chicle y buscando en el horizonte la respuesta a unas dudas que siguen asentadas en el equipo colchonero. El Atlético, con tímidos síntomas de fatiga, agradeció el pitido de Prieto Iglesias que mandaba el duelo a los vestuarios.

A la vuelta de la caseta, ninguno de los dos entrenadores consideró oportuno agitar el cesto. Entre faltas y saques de esquina, ambos conjuntos fueron presentando credenciales para un tanto que dinamitara el choque para bien o para mal. Primero Koke con una falta que se marchó alta en el mirador del área. Luego el Eibar que se quedó cerca de castigar las dudas de Moyá en la salida de un córner desde la izquierda. El Cholo seguía el devenir del partido con interés y extrañamente calmado. La procesión, dicen, va por dentro. La euforia tornó en pitos al rival y un ‘Atleeeti’ desgarrado que erizaría el vello de cualquier profano.

En estas el teléfono rojo grada-banquillo dictó sentencia. Primero Griezmann (Raúl Jiménez) y luego Mandzukic (Saúl) fueron los elegidos para renovar la imagen de un equipo que iba cediendo metros y al que la única noticia positiva residía en el luminoso. Agua.Jugaba con fuego un Atlético de Madrid deslucido y sin ideas, inmerso en una lucha personal por recuperar un estatus del que, sin la batuta de Arda y con algunas piezas sin rayar al nivel requerido, están a años luz. La intensidad defensiva con la que se emplearon los atléticos para defender el resultado nos dejó una más que merecida expulsión de Mario Suárez. Sin embargo, el colegiado del encuentro le perdonó la segunda amarilla tras un manotazo indiscriminado sobre Dani García. Poco antes, Koke había visto la amarilla por una acción extemporánea sobre Arruabarrena.

Los últimos minutos dejaron una imagen preocupante. La hoguera montada por el Eibar anduvo muy cerca de quemar a un Atlético incapaz de trenzar al que sólo le quedó el triste recurso del disparo lejano. Una vía de equipo empequeñecido y arrugado. Casi sobre la bocina, Godín midió mal en la salida y el balón desde la medular se filtró hasta la frontal donde Ángel apareció para controlar y meter la puntera. Su disparo se marchó desviado por muy pococortando la respiración de la parroquia atlética. El equipo eibarrés se puso flamenco y, con los tres cambios de corte ofensivo, estaba dispuesto a echar el resto. Al final el tiempo y las tablas rojiblancas para gestionar el resultado jugaron en su contra. Sin juego, sin luz y sólo con el oportunismo de la primera mitad como aval, el Atlético celebra con media sonrisa el primer triunfo de la temporada.

Ficha técnica:

2 - Atlético de Madrid: Moyá; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Raúl García, Gabi, Mario, Koke; Griezmann (Raúl Jiménez, m. 60) y Mandzukic (Saúl Ñíguez, m. 64).

1 - Eibar: Xabi Iruretagoiena; Bóveda, Albentosa, Raúl Navas, Abraham; Errasti, Dani García (Saúl Berjón, m. 82); Capa (Nieto, m. 62), Arruabarrena (Manu del Moral, m. 73), Javi Lara; y Angel.

Goles: 1-0, m. 11: Miranda. 2-0, m. 25: Mandzukic. 2-1, m. 34: Abraham .

Árbitro: Eduardo Prieto Iglesias (C. Navarro). Amonestó a los locales Mario Suárez (m. 54) y Koke (m. 64).

Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 48.000 espectadores. Antes del inicio del partido, Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, entregó a los capitanes del Atlético de Madrid Gabi Fernández, Raúl García y Diego Godín el trofeo de campeón de Liga de la pasada temporada. Las jugadoras de la selección española femenina de waterpolo hicieron el saque de honor del encuentro. El argentino Diego Simeone, entrenador del equipo rojiblanco, siguió el partido desde el palco por sanción.

‘Adelante Campeón’, rezaba el tifo organizado por un Frente Atlético infatigable para maquillar el pobre estreno liguero en el Vicente Calderón. Antes de empezar a empapar de sudor la elástica y sufrir como casi siempre, tocaba bañarse en aplausos y vítores. Gabi, Godín y Raúl García alzaron la Copa de la Liga (105 días después del triunfo en el Camp Nou) en un palco de autoridades donde imperaba la sonrisa nerviosa. A pocos metros de allí, el gesto del sancionado Simeone, sentado junto a Vizcaíno, no transmitía mejores sensaciones.Tras los 90 minutos de acción, la pose no mejoró mucho. El Atlético vivió de las rentas que le proporcionaron dos jugadas a balón parado antes de cumplirse la primera hora para deshacerse de un Eibar descarado y correoso. Los cabezazos de Miranda, a la salida de un córner, y Mandzukic, tras una falta templadita de Gabi, fueron el sustento para sumar el primer triunfo del curso. El Eibar, insolente y sin miedo al abismo, recortó distancias por medio de un gran gol de Abraham. Insuficiente botín para derrocar a la percha de un Atleti a quien sólo su experiencia en los momentos críticos salvó del desastre (2-1).

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