Arbeloa no se esconde, da la cara y vuelve a ejercer de líder en el Madrid

"El segundo gol fue culpa mía. El público puede recriminar un error y agradezco la ayuda de los que me aplaudieron después. En esta ocasión me han pitado a mí, pero otro día lo harán con otro compañero", sentenció después del partido que significó su divorcio y posterior reconciliación con el seguidor del Real Madrid. ¿Sinceridad? Lo que es seguro es que Álvaro Arbeloa es un jugador comprometido. Lo ha demostrado en su equipo y en la Selección. Cuando más complicado lo tiene siempre termina sacando la cabeza.

El lateraldespierta simpatía y recelo por igual. En el clásico algunos le terminaron echando de menos, esos que se alegraron de su ausencia sobre el verde. El pasado miércoles quedó demostrado. Antes del partido fue ovacionado por el fondo sur, para después ser cuestionado por el resto del estadio.

Los primeros pitos los escuchó antes de la jugada del segundo, esa en la que Vitolo le rompió por completo. A partir de ese momento cada intervención suya quedó señalada desde la grada del Bernabéu. Sin embargo, tras el descanso, lo que eran pitos se cambiaron poraplausos de la gran mayoría de los aficionados. Curioso, pero es que Arbeloa no deja indiferente a nadie. Es capaz de dar la vuelta a la situación sin mover un dedo. Sus mensajes llegan al aficionado.

Con Mourinho en el banquillo, algunos le elevaron a la categoría de capitán en la sombra. Ratificado con el gesto a favor de Benzema cuando más caliente estaba la grada del Bernabéu con el francés en el partido ante el Getafe. Después se dirigió al grupo antes del partido, detalle que algún jugador le recriminó, pero el lateral, se quiera o no, sigue demostrando que tiene alma de líder, de jefe de la manada.

Ante el Sevilla no se escondió. Dio la cara sobreel césped cuando era más criticado y repitió escena después de la ducha, asumiendo los errores de la primera mitad. Pocos jugadores son capaces de reconocer los errores cometidos y Arbeloa es capaz de hacerlo. Asume la responsabilidad y en todo momento intenta blindar al equipo de posibles influencias exteriores, algo que no suele gustar entre la prensa. "La alineación del clásico fue la mejor posible. Sin duda".

Arbeloa ya ha jugado 120 partidos en Primera con la camiseta del Real Madrid y es fijo en la Selección desde que en 2008 Luis Aragonés le llevara a la Eurocopa de Austria y Suiza. En lo que no ha cambiado es en su fría relación con Iker Casillas. Son, compañeros de equipo. Nada más.