Neymar ya sabe cómo se las gastan en Europa: cinco faltas en quince minutos

La afición del Barcelona tenía marcado el 30 de julio en sus calendarios. Neymar también. No era para menos. El jugador brasileño, flamante fichaje azulgrana, debutó con su equipo cumpliendo el sueño que tanto anhelaba. Aunque él pidió el cambio al filo del descanso, el cuerpo técnico había decidido reducir su debut al tramo final del encuentro frente al Lechia Gdansk. Quince minutos bastaron para que el delantero sepa a qué atenerse cada vez que salte a un campo defendiendo el escudo del Barcelona: férreo marcaje para que Neymar pasara más tiempo en el suelo que haciendo diabluras con el balón en sus botas.

Los jugadores del Barcelona se sintieron como si estuvieran en casa. Los aficionados polacos se entregaron al máximo, tifo incluido, para que así fuera. El conjunto azulgrana sufrió más de lo esperado para firmar el empate (2-2) ante el Lechia Gdansk con tantos de Sergi Roberto y Leo Messi. El argentino fue fiel a su cita con el gol aunque su diana no eclipsó el gran momento que todos esperaban: en el minuto 77 Neymar saltaba al campo sustituyendo a Alexis. El argentino y el brasileño no coincidieron sobre el terreno de juego, un momento que el club ha preferido reservar para el Trofeo Gamper que se disputa el próximo viernes.

Todos los focos estaban pendientes de un Neymar que no ocultó sus ganas de jugar. Antes del descanso pidió el cambio, no podía esperar para entrar en acción. El problema es que los jugadores del Lechia Gdansk no estaban dispuestos a colaborar en el debut soñado por el jugador brasileño que, desde la banda izquierda, dio algunas muestras de la calidad que se le atribuye como un pase de tacón que tuvo como destinatario a Patric Gabarrón. Neymar ya sabe cómo se las gasta el fútbol europeo. Un cuarto de hora le sirvió para hacerse a la idea de que los rivales siempre irán al límite cuando se trate de cortarle las alas para impedir que su magia vuele. A las acciones que rozaron el límite del conjunto polaco hay que añadir las cuatro faltas que cometieron sobre el brasileño que pasó más tiempo en el suelo que jugando.

Neymar ya sabe lo que le espera cuando salte a un terreno de juego: en los campeonatos domésticos o en los europeos, los rivales no le van a perder de vista. El jugador brasileño estaba viviendo uno de los momentos más importantes de su carrera, algo que no impidió cierto sabor amargo. Los gestos del delantero delataban que estaba molesto con las acciones del Lechia Gdansk y con la permisividad del colegiado al que le pidió explicaciones cuando terminó el encuentro: “Las entradas han sido un poco fuertes, pero está todo bien, no me hicieron daño”. Su debut, como el resultado, supo a poco. El viernes tendrá la oportunidad de resarcirse ante su nueva afición y frente al que fue su equipo.